Sven decidió aplazar el viaje por su herida, luego de insistir mil veces accedí a ir. Son vacaciones a fin de cuentas, necesito salir de esta ciudad, olvidarme un poco de todo lo que he vivido este tiempo.
¿Dónde está Ezio?
No es que me preocupe por él, solo siento curiosidad de como alguien como él puede doblegar sus deseos y metas solo por una derrota.
Han pasado varios días, Ezio no volvió a aparecer más por esta casa y tampoco por la ciudad. Encontraron su máscara y atuendo tirados en la basura. Los exhibieron en la plaza principal, hicieron una gran fiesta que duró dos días, hubo música, licor, comida y mucho baile, yo me quedé en casa junto con mis amigos.
La economía se ha reactivado, la gente ya no tiene miedo de salir de sus casas puesto que en dos semanas no se han reportado asesinatos nuevos, los negocios se quedan abiertos hasta tarde, la gente pasea, convive, es feliz, justo lo que me está costando a mí.
Siento como si todos me ocultasen algo y cuando trato de descubrir una migaja de verdad me evaden las preguntas y cambian de tema, no solo es Sven, es Aniki y Amparo que también esconden algo, nadie me dice nada. Paso las noches desvelándome, pensando en que me ocultan quienes me quieren.
A esta altura ya no duele la verdad, duele que me la oculten.
Estoy apunto de explotar...
—Tenemos que ir a buscar esa pieza faltante antes de ir a Guayaquil —Dice Sven mientras caminamos por las calles de Quito— A ti te gusta el oro.
—Creí que ya se habían llevado todo el oro hacia España —Respondo.
—No todo, el tesoro de Atahualpa sigue aquí y está en Quito.
—Creí que era una leyenda.
—Pues no, sí ejecutaron a Atahualpa y su hermano Rumiñahui escondió el tesoro aquí en Quito en el lugar donde nadie lo buscaría, en la vista de todos.
—¿Dónde? —Pregunto— Han financiado expediciones de Europa y nadie ha visto un gramo de ese oro.
—En El Panecillo, la montaña que se ve desde cualquier punto de la ciudad, nadie buscaría ahí porque sería muy evidente, entonces allí lo puso.
—¿Porqué esa montaña se llama El panecillo?
—Porque tiene forma de panecillo —Responde Sven— Mira.

—Muy ingenioso —Respondo— Sven, que era eso tan importante que tenías que decirme y no quiero que me evadas la pregunta o me enojo.
—Te ha mordido un perro —Responde Sven al instante— No, eso no funciona todavía —Para la caminata y se pone pensativo— Todo comenzó cuando tu madre tenía 20 años de edad y tu padre... Espera ¿Porqué hay un asentamiento militar en El Panecillo?
—Siempre ha habido ese asentamiento español aquí, Sven, ¿Mi papá qué?
—Voy a tener que venir solo y con un pequeño ejercito o... Un gran ejercito, la última opción. Ya nada, toca esperar.
—Sven, si no me dices lo que ibas a decir te juro que me largo y no me vuelves a ver —Digo enojada— Estoy cansada de que me ocultes cosas.
—Estás chiquita —Responde serio— Todavía me das ternura cuando te enojas.
—Soy 4 años mayor que tú y no te va a dar ternura cuando me largue y no vuelvas a saber de mí.
—Y yo soy tu padre —Se ríe un poco y pone una sonrisa muy sarcástica— Mejor vete, quizás me valores cuando me pierdas.
—Eres un cínico, manipulador y mentiroso —Me acerco para encararlo— Y estoy cansada de ti, me largo —Doy media vuelta— Me agradabas cuando mentías mejor.
—Yo no sé mentir —Añade— Te dejé de comer en el horno, yo solo pasaré por mis cosas para irme a Guayaquil, piensa si todavía me quieres en tu vida.
—Yo te quise, pero dejé de hacerlo cuando me di cuenta que tú solo vives para ti y nunca vas a cambiar.
—Sabía que era un error intentar arreglar todo el daño que te hice —Dice Sven acercándose— Y prefiero que me odies por la verdad a que me quieras por varias mentiras, te voy a contar hasta donde soportes, pero te advierto que la vida es puta y la realidad muta a veces.
—Sven —Digo sintiéndome un poco más aliviada— Sea lo que sea te juro que lo entenderé.
Mira a los lados, hay calles vacías y un ambiente solitario, ya casi llegamos al Panecillo pero por estar un asentamiento militar español nadie de acerca. Es el lugar perfecto, buscamos una banca y nos sentamos, el a la derecha y yo a la izquierda, en medio dejamos la pala que íbamos a usar para cavar. Sven se pone la capucha y comienza a hablar
—No te voy a explicar que o quien es Dios y porque calibra todo con cuerdas como si fuesen acordes, tú eres la de las matemáticas y las ecuaciones, no puedo darte una respuesta a eso porque cuanto más lo pienso menos entiendo, yo soy un hombre de letras y algo idiota comparado a ti que siempre fuiste más lista en todo que yo.
—Continúa y ve al grano —Digo— Apenas sé contar, sumar y restar.
—Eres un cajón de sorpresas, en realidad sabes hablar español inglés y alemán fluidos.
—I can barely speak Spanish and you think I can speak other languages —Me tapo la boca sorprendida de lo que acabo de decir— Es ist unmöglich. Ich weiß, dass ich gut mit Literatur umgehen kann, aber noch nicht.
Algo dentro de mí se removió ya que mi cabeza comenzó a doler un poco intensamente, Sven me abraza y como si supiera que me sucede frota la parte exacta donde me duele.
—Es que eso no ha tenido sentido, bro, necesito que me expliques —Pienso en lo que acabo de decir— Yo no hablo así, no sé que me pasa.
—Te dije que te iba a contar la verdad y así será —Respira— Mira —Saca de su bolsa una figura de una ave hecha toda de oro, tiene el tamaño de una piedra pequeña— Estaba recolectando estas piezas, ya recolecté todas las de Europa y Asia, solo faltaba la pieza que se encuentra en El Panecillo.
Pone la pieza en mis manos, la veo y tiene muchos detalles. Cuando la analizo con mis dedos siento como si ese fragmento de oro con forma de animal vibrara.
—Las estaba buscando con la mujer que amo y su mejor amiga que también te quiere mucho a ti. Entonces cuando estábamos apunto de obtener la última pieza, la única persona que he amado sin necesidad de un vínculo biológico me apuñaló y me abandonó a mi suerte, se llevó a mi hija y desapareció, sí, ya no solo era el amor el amor de vida, era la madre de mi hija.