Sweet & Savage [eldarya]

Capítulo 2

Ashkore miraba curioso la espada que sostenía entre sus manos. Estaba hecha de madera de muérdago y tenía pintados motivos coloridos. Si no supiera que era un arma, creería que se trataba de un juguete para niños. Nada que ver con su intimidante *zanbatō. De acero, hecha para aplastar huesos y exterminar.

Un gruñido llamó su atención.

Atado de pies y manos, un joven de la ancestral y respetadísima raza de los Imakandi. Legendarios y muy orgullosos cazadores mitad hombre-mitad león.

Atraparlo fue una pesadilla.

A pesar de ser sólo un chico, se defendió con fiereza y salvajismo. Digno de su temido linaje.

Se tocó la barbilla.

Todavía sentía la patada que le propinó en la mandíbula. ¡Casi se la descoloca!

Cuánto gusto le daría darle una cuchillada por cada golpe que recibió de sus garras y patas, pero tenía algo mejor en sus planes.

—¡Qué bien! Veo que despertaste —se burló.

—¡Suéltame! —rugió el muchacho.

Ashkore caminó alrededor de él, ignorando sus rugidos y la vista de garras negras en vez de uñas. Por fortuna, anticipándose, se aseguró de mantener los dedos de sus manos bien separados con las sogas.

—Me imagino que para cazadores tan soberbios como ustedes, esto debe de ser muy humillante —dijo riéndose en la última frase.

El chico levantó los labios níveos mostrando enormes colmillos.

—¡He dicho que me SUELTES AHORA MISMO! —rugió de nuevo.

—No puedo —dijo cínico. Acariciaba con los dedos la espada de muérdago mientras que una sonrisa perversa se formaba debajo de su mascara. —Hay algo que quiero que hagas.

—¿¡POR QUÉ DEBERÍA!?

—Pues... no tendrás otra opción...

 

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En medio del bosque.

—Fue un lindo detalle comprarle a Purral un obsequio para la sacerdotisa —le decía Ainara a su amiga que doblaba delicadamente la bella túnica de seda violeta con detalles plateados. Después de andar todo el día, sacaron sus equipos de acampar al ver el cielo nocturno acercarse.

—Desde que tengo memoria, Misaki obā-chan siempre usaba túnicas pero de lana y nunca una tan fina.

—'Obā-chan' es como dices 'abuela' en japonés —se acordó Ainara.

—Sí, ella es como mi abuela. Acogió a mi mamá cuando decidió salir de la villa de Talestris para viajar por toda Eldarya. —Suspiró. Rara vez Misaki hablaba de su familia. —Siempre decía a sus hermanas amazonas que tomaría sus cosas y se iría de nómada. Y lo cumplió, aún en contra de sus maestras. Se escapó durante una fiesta mientras todas bailaban y bebían. —Su mirada se volvió lejana. —Pasó de poblado en poblado, trabajando de lo que sea, desde mucama hasta guardaespaldas de algún noble.

»Visitó el templo Barur y entabló una gran relación con la sacerdotisa. Misaki obā-chan se convirtió en una madre para ella. Cuando mamá siguió viajando, le mandaba cartas a Misaki obā-chan desde los lugares donde se encontraba»

»Y un día, mamá vio a un hombre salvando a una familia de unos comerciantes de esclavos, y ella lo ayudó. Así se conocieron mis padres. —Ainara abrazó a Misaki, quien adquirió un tono soñador. —Después de eso, hablaron por horas y así ella se enteró de la Guardia de Eel. Se unió y fue una de las mejores Obsidianas junto a mi padre. —Misaki la abrazó más fuerte, ocultando su rostro en el cuello de Ainara. —No sabes cuánto los extraño, Ai».

Ésta era una de las cosas que más la perturbaban en su relación con Nevra. ¿Cuánto más le dolería a su amiga de la infancia cuando supiera que se besaba a escondidas con el chico que a ella le gusta?

Durante su cena el silencio las cubría, como anunciando malas noticias. Misaki hacía como si nada pasaba mientras alimentaba a su draflayel Kaida pero lo presentía en el aire. Ainara también. La sensación opresiva de unos ojos determinados sobre ella le provocaron escalofríos que intentó reprimir. Los ghouls tenían sentidos del olfato y del oído mucho más desarrollados que un vampiro común o un licántropo, pero no captaba nada. Lo que quería decir que su invitado sabía camuflar su aroma natural para pasar desapercibido, y eso a su vez quería decir que se enfrentaban a alguien experimentado.

Un ruido.

Se miraron la una a la otra.

Otra vez silencio.

Lo que más odiaba que sucediera Misaki eran precisamente estos momentos en donde no podían ver a su enemigo, dándole la ventaja de atacar. Lanzó un juramento en su mente.

Una bola de humo verde pantanoso cubrió la cabeza de Ainara y ésta cayó de bruces tosiendo sin control.

Misaki se puso en posición de batalla. Una figura saltó de la nada ante ella. A la luz de la fogata, un león rugiente blanco y melena roja como el fuego le enseñaba los dientes.

La imagen de su compañera combatiendo hecha una furia fue lo último que vio Ainara antes de que sus párpados la llevasen a un irresistible abismo negro.

 

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*Zanbatō: Una espada especialmente grande de un solo filo que data del período Heian del Japón histórico, y cuyo nombre se traduce como "espada para matar caballos" o "sable para cortar a caballo". Vemos a Ashkore portar una zanbatō en la imagen de Navidad 2017.



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En el texto hay: fanfic, eldarya, nevra

Editado: 07.09.2021

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