¿Puede la realidad ser afectada por la ficción?
Tal vez esa pregunta, planteada en nuestros días, sea una completa locura. La realidad no sigue los mismos lineamientos que lo denominado como ficción.
Entonces, ¿cómo catalogamos a las cosas que tienen la suficiente fuerza como para afectar nuestra realidad desde un punto ficticio?
“Magia”, “poder”, “fuerza sobrenatural”.
¿Te suenan conocidos esos términos?
Todos estos son, sin duda, cosas de ficción, capaces de afectar sus realidades, modificándolas a su gusto. Obviamente, al ser simple ficción, estas no pueden existir en la realidad que nosotros conocemos.
Pero, ¿qué pasaría si existiese un poder capaz de anular la lógica con la que se rige el universo?
Entonces, cientos de personas alrededor del mundo lucharían por obtenerlo, aplastando a sus competidores sin importar nada más que ellos mismos.
Es en ese momento, cuando lo que sucede en el mundo no puede ser medido con fórmulas. En ese momento, las matemáticas dejan de ser un lenguaje universal. No se puede explicar con fórmulas las cosas que ni siquiera tienen constantes.
En el registro de la historia humana, han existido tres cosas capaces de romper los límites establecidos por la ciencia.
La primera fue la perla.
Si bien aún no se sabe cómo funcionaba, o si tan solo es un mito creado hace cientos de años, no se puede evitar reconocer que tenía la capacidad de anular las reglas preestablecidas en la naturaleza. Por ejemplo, la ley de la conservación de la materia.
“La materia no se crea ni se destruye”.
Era exactamente lo opuesto a lo que ese artefacto hacía, siendo capaz de crear cosas dentro de la nada absoluta, sin tener que sacrificar objetos para obtener resultados.
El segundo recurso capaz de romper con la lógica, fueron las habilidades.
Desde hace casi cien años, la raza humana sufrió una pequeña evolución a manos de seres superiores, los cuales no han recibido nombre dentro de la cultura humana, ya que se dice que no existe palabra alguna para describirlos correctamente.
Las extrañas marcas que aparecieron en sus cuerpos eran la señal de que los humanos habíamos dado un paso, apoyados por una entidad exterior. Con el transcurrir del tiempo, todas las personas con marca comenzaron a experimentar cosas sin explicación.
Algunos eran capaces de crear objetos de la nada, mientras que otros, convertían los objetos a la nada. Curioso, ¿no lo crees?
Todo eso armó una completa revolución. Cientos de científicos alrededor del mundo trataron de estudiar las habilidades que estos nuevos humanos estaban mostrando, logrando justificar un par de ellos con las reglas del universo.
Pero hubo una habilidad que hizo que desertaran en la búsqueda de respuestas.
Una persona con marca logró rasgar el espacio, destruyendo la continuidad a placer.
Bueno, gracias por tus aportes Einstein, acaban de quedar obsoletos.
A partir de ese momento, no había nada imposible de lograr para estas personas, lo cual llevó a una segregación de las personas que no lo tenían, las cuales simplemente envejecieron y murieron, siguiendo el orden natural de las cosas, mientras que sus hijos nacían con las extrañas marcas.
Lo sé, la explicación de este suceso es extensa, así que la recortaremos.
Por último, y muy superior a las demás, estaba el deseo.
¿Cómo es que un deseo es más fuerte que una habilidad capaz de desgarrar el espacio-tiempo?
Espera un momento, no estamos hablando de un deseo común. Unos años después de que las marcas se manifestaron en las nuevas generaciones, comenzó a celebrarse un gran evento a nivel mundial, comúnmente denominado como El Juego. Era otra acción inexplicable para los humanos, así que, al no poder explicar o darle un nombre apropiado, muchos comenzaron a referirse a este como el juego. Esto no tiene mucha ciencia.
Es por esos años cuando la humanidad simplemente dejó a la ciencia de lado. Sin importar cuánto se esfuercen, las habilidades eran capaces de replicar o anular cualquier cosa que los científicos hacían o pensaban. No tenía caso luchar en una guerra que se perdería de todas maneras.
A partir de ese momento, toda la tecnología quedó estancada. Como resultado, el futuro, o el presente, depende cómo se lea, no es el que se esperaba.
Con todas esas teorías creadas por mentes brillantes siento destruidas en pocos años, la cantidad de personas que trabajaban en el ámbito simplemente decidieron retocar los avances actuales y tratar de adaptarlos a la nueva realidad.
Ese es el porqué, no es una sociedad extremadamente avanzada. No tiene caso.
Tal vez esperabas armas de plasma o naves interestelares, edificios flotantes y muchas cosas más. A veces, la realidad es triste.
Fue hace poco más de treinta años cuando la ciencia comenzó a desarrollarse nuevamente, gracias a las acciones de un solo hombre. Su nombre, Karl Blond.
Los científicos actuales, o del futuro, como quieras llamarlos, le deben mucho a esa persona. Después de casi cincuenta años de rezago tecnológico, este hombre logró algo que nadie imaginaba. Romper las leyes que regían a los que destruían la lógica.