Capítulo uno

22/04/2012  Francia, Paris. 7:01 A.M

Terminó de sujetar el ultimo botón de su abrigo, tomó su bolso metiendo todo lo necesario y salió de su apartamento. 

Era el mes de abril y estaban en primavera, pero la temperatura no pasaba de los 15 grados y no ayudaba para nada que ese día estuviera nublado, pero eso no impedía que las calles se llenen de turistas que sacaban fotos a todo lo que sus ojos consideraban atractivo. 

Continuó caminando con tranquilidad por las calles, y con cada paso que daba los tacones de sus botas bajas chocaban en la acera atrayendo la mirada de unos cuantos turista del sexo puesto. 

Esa tranquilidad que sentía se esfumó cuando se sintió perseguida; sí perseguida, así que lo primero que hizo fue girar su cabeza sobré su hombro izquierdo, la única persona que venía detrás de ella era una mujer de cabello castaño, de tez bronceada y vestía con traje de oficina pero envés de vestir las típicas faldas tubo, la mujer traía unos pantalones de tiro alto que de verdad le quedaban bien. 

Regresó su vista al frente y aceleró el paso, pero esa sensación de que alguien la estaba persiguiendo, aparte de la mujer claro, seguía intacto. Siguió caminando tratando de aparentar estar tranquila, pero no podía y menos cuando un hombre vestido también de traje salió de un callejón que estaba a unos pasos de ella, lo más raro fue que se quedó parado en ése lugar, como si la estuviera esperando. 

Negada a pasar por delante de esa persona, se cruzó al otro lado de la calle, y ni eso la dejó tranquila ya que se preguntó en que momento había aparecido otra persona, era otro hombre vestido de la misma forma que los otros dos. Cansada de todo el teatrito que estaban haciendo esos tres, caminó hasta un callejón y se metió ahí, tratando de comprobar que no la estaban siguiendo y que las tres personas se habían vestido igual solo por pura coincidencia. 

Todo quedó descartado por el sonido de varios zapatos chocando contra la acera detrás de ella. 

Metió la mano en su cartera y rápidamente se dio la vuelta sosteniendo firmemente la pistola semi automática entre sus manos. 

— Un paso más y los tres terminan con un balazo en la frente. — amenazó, y como lo imaginó, ellos también traían armas que ahora apuntaban a Tessa. 

Miró hacia arriba a ver como varías personas se acomodaban con sus rifles, y en segundos tenía muchos puntitos rojos sobré ella. 

— ¿Saben que ninguna bala va a tocarme no? — le pregunto a todos los presentes, una sola persona respondió. 

— Lo sabemos Tessa. —miró a la persona bastante conocida para ella— ¿Por qué no bajas la pistola? —preguntó el agente Coulson. 

— Lo haré, pero primero ellos — Coulson tuvo que dar un pequeño movimiento de cabeza para que todos sus agentes bajarán las armas, y como lo prometió, Tessa también lo hizo. 

— Necesitamos hablar Tessa, pero en otro lugar. 

Quince minutos más tarde sé encontraba de nuevo en su apartamento y toda esa gente que minutos atrás la estaba apuntando, ahora hacían de su seguridad rodeando toda la casa, de qué la estaban protegiendo no tenia ni idea. 

— Pensé que dejé bien en claro que mis intenciones de trabajar en S.H.I.E.L.D eran nulas — habló Tessa al mismo tiempo que dejaba sus cosas en el sofá. 

— Fury quiere que viajes a Nueva York, necesita verte. 

— Y yo ya dije que no me interesa, agente Coulson — trato de aparentar estar calmada y que su voz así lo reflejara, ya que por dentro le estaba gritando a todo el mundo que se vaya de su casa y la dejen tranquila.

— Tessa, Fury necesita esa reunión contigo y si es posible esta tarde — insisto Coulson. 

Antes de hablar, soltó un suspiro tratando de calmar la poca paciencia que le quedaba— Si todo esto es por el proyecto Vengadores, le dices a Fury que ya no estoy interesada. 

— La iniciativa Vengadores fue eliminado antes de que te llamaran. Pero había un problema, no sabían si tus habilidades cubrían todo lo que el proyecto requería. 

Se sintió algo ofendida por las palabras del agente, pero era obvio que no eran palabras suyas, tal vez de Fury o si no eran de Fury entonces eran de los mandos más altos. 

— ¿Si no les servía antes que le hace pensar que le serviré ahora? — preguntó esperando que no le contestara nada, pero era Coulson, el que tenía una respuesta para todo. 

— Hay algo mas grande, Tessa — Coulson le extendió unos archivos, que hasta ese momento no se habían dado cuenta que los traía. 

Dudó unos segundos, pero de todas formas terminó agarrando los archivos, con los archivos en mano caminó hasta la mesa de la cocina y tomo haciento en una de las silla. 

— ¿Que es el Teseracto? — le preguntó a Coulson que estaba a unos cuantos pasos de ella. 

— Sigue leyendo. 

Le ordenó y así lo hizo, pasó de pagina y ahí se podía ver una imagen del Teseracto, era un cubo combinado de colores azules y celestes. 

Después de leer lo que el cubo hacía y aun sin poder creerlo, giró lentamente su cabeza hasta Coulson. 

— ¿Esta cosa habré portales? — habló después de unos cuantos minutos callada tratando de procesar toda la información. 

— El Teseracto es bastante peligroso, y se lo han robado —comentó mientras tomaba asiento en la silla frente a ella—. Necesitamos que viajes a Nueva York y nos ayudes a encontrarlo. 

— ¿Que les hace pensar que yo sola puedo recuperar esa cosa?. 

— No estarás sola. 

Ya estaba bastante frustrada con todo esto y le frustraba mucho más pensar que si no aceptaba y todo salia mal la culpa la iba a comer viva, así que con todo el dolor del mundo, dijo las siguientes palabras. 

— Bien, iré —sólo esperaba no estar equivocada.