—Si no vuelvo, sabrán que te encontré y me buscarán, tendríamos que huir, irnos a otro país, cambiar nuestro nombre o enfrentarlos directamente; es demasiado arriesgado, además… necesito saber más, averiguar que quiere Sigyn para poder detenerla— quita su mano de mi pecho, atrapando la mía entre sus dedos, la besa con cariño —confía en mí.
—Confío en ti, pero…— retrocedo un par de pasos, siento que el aire me falta —…yo no… no sé qué haría si descubro que…— pone su dedo en mis labios, silenciándolos.
—No pasará… ¿se te olvida quién soy?, soy el caníbal del distrito 13…
—Eres el hombre que amo— mis ojos se llenan de lágrimas y ahora me siento estúpida. Vuelve a acercarse, me toma por la nuca y besa mi frente para después abrazarme.
—Todo estará bien, confía en mí— me dice al oído tratando de consolarme. Distrayéndome del momento, mi teléfono suena.
El miedo sigue ahí, por mucho que quiera alejarlo de mi corazón es imposible; entre más estoy con Aiden, más miedo tengo a que algo malo le pase, como si el hecho de que fuera un monstruo de más de dos metro no fuera suficiente para sentirme segura. Tomo mi celular de la cazadora, es Akos. Me coloco los lentes antes de contestar, no puede escuchar mi voz real, se asustará, creerá en fantasmas.
—Ortega.
—Teniente… tenemos que hablar, en privado, en verdad necesito verla.
—¿Qué ocurre?—, pregunto confundida, levanto la mirada hacia Aiden, sé que escucha la conversación.
—Por favor…— vuelve a insistir sin decirme más, confío en que no hará nada que me afecte, es Akos, es confiable.
—Nos vemos en el parque central, en el puente de piedra sobre el lago en 20 minutos— le pido antes de colgar.
—Te descubrió— me dice Aiden con media sonrisa.
—¿Qué?, ¿cómo que me descubrió?, claro que no… ¿estás loco?, es imposible— guardo de nuevo el teléfono, con un movimiento de cabeza le doy la señal a Yanin para que salga por la ventana y continúe su trabajo como centinela.
—¿Apostamos?—, me dice con arrogancia, está confiado y tengo miedo de que tenga razón.
Llego antes de lo planeado, mantengo las manos dentro de mi abrigo viendo el lago ante mí; hace tanto frío que no hay ni un alma cerca, no es un buen día para visitar este lugar y mientras espero, las palabras de Aiden me dan vueltas a la cabeza y no solo eso, el resto de mis pendientes: tengo que regresar a la casa comunal y hablar con Björn; aún sigo esperando a Annika para hacerle un pedido; y claramente esperar que Ivar y su hijo no vuelvan a causar estragos. Es como si no tuviera solo que preocuparme por Burak y mi… ¿madre?, no sé si sea correcto llamar de esa forma a Sigyn, es como si mancillara la memoria de Zenya… ¿Zenya?, no… mi madre, mi verdadera madre, la que me educó y me cuidó con amor.
—¿Ortega?—, Akos me hace regresar a la realidad, está ante mí, con una mirada cargada de duda, parece contrariado.
—Rivera, ¿todo bien?
—La casa del jefe de narcóticos se incendió anoche, se encontró el cuerpo calcinado de T-Bird, no tenía cabeza ni corazón o por lo menos ese es el adelanto no oficial de la autopsia que me dio Karime— se acerca un poco más.
—¿Qué hacemos aquí?, ¿por qué no me lo dijiste?, deberíamos de estar allá— intento pasar, darle la espada y encaminarme hacia la escena del crimen, pero me detiene tomándome por el brazo.
—Creo que no soy tan estúpido como intentas hacerme creer.
—¿A qué te refieres?—, las palabras de Aiden suenan de nuevo en mi cabeza.
—Cárter… déjalo ya— sus ojos me ven con suplica, ¿cómo lo supo?
—¿Cárter?, creo que estás confundido.
—No, no lo estoy, somos amigos desde hace mucho tiempo, sufrí tu muerte como no tienes idea, pero… sé que eres tú, sé que eres Cárter disfrazada, lo sé, sé que eres la asesina de los hombres de Burak, tu eres la valquiria, la nórdica… lo que me duele es que no confíes en mí lo suficiente para habérmelo dicho antes, haciendo que tuviera que descubrirlo por mí mismo.
—Rivera, entiendo que este caso ha sido muy pesado, debes de estar cansado, si necesitas el día puedo hablar con Müller…
—No necesito descansar, no necesito tomarme el día, necesito que me digas la verdad— me toma de ambos brazos, está seguro de que soy Cárter, ¿es el momento para confesarme?, después de todo es mi amigo, el único en el que he confiado.
Tomo la decisión, aprieto mis labios y retrocedo al mismo tiempo que le hago un movimiento con la cabeza para que me siga hacia los árboles, caminamos en silencio mientras pienso en las palabras correctas para poder confesarme. Cuando llegamos a lo más profundo del bosque, levanto la mirada hacia Yanin que revolotea haciendo círculos por encima de nosotros, sus ojos no ven nada más, estamos solos.
—¿Cómo lo supiste?
—Te conozco, no fue difícil… aunque Ortega fuera muy huraña y pareciera odiar a Cárter, son muy parecidas… —sonrío ante su deducción— …lo que me queda duda es: ¿cómo cambiaste tu apariencia?, —mis dedos cosquillean y tomo mis lentes para mostrarle la magia, mi pelo se vuelve rubio, mis ojos adquieren ese tono azul y mi piel se blanquea, parece sorprendido— wao… eso explica muchas cosas.
#2072 en Detective
#21335 en Novela romántica
amor deseo pasión venganza, venganza dolor perdon, detective mafia sobrenatural amor
Editado: 07.01.2022