—Liberaste a Dusha, tus heridas cierran como por arte de magia, has matado de esa forma trágica a tanta gente… ¿quién eres?, ¿quién es él? —, ve a Aiden aun con terror por la bestia que es. Me doy cuenta que tiene razón y que quien era no se parece en nada a quien soy ahora.
—Soy Simone Björnsson… una criatura que ni tu ni ningún otro humano debería de comprender —volteo hacia Camille y con un movimiento de cabeza le ordeno que la desate— él es el doctor Aiden Meyer, wendigo y castigador, inquisidor de los groseros y malvados. Juntos acabaremos con Burak, con su gente y con todos sus planes, y tú no te volverás a meter, no volverás a defenderlo ni a luchar a su lado.
—¡Yo no quería hacerlo! —, me grita desesperada.
—Pues es lo que hiciste, bien podría cortar tu cuello o dejar que Aiden te destruya y dejarte aquí por meterte en lo que no te importa, por defender al hijo de puta que mató a tu madre… ¿por qué lo hiciste?, ¿querías fama a costa de lo que fuera?, ¿no pensaste por un momento que ese maldito arrancó de tus manos y de tu vida a tu madre?, ¿qué crees que ella pensaría de ver todo lo que hiciste por él? —, sus ojos se desorbitan sorprendida, creo que pude escuchar el crujir de su corazón rompiéndose— no hay peor traición que ensuciar la memoria de la gente que te ama por obtener algo de forma egoísta —sin pensarlo dos veces le doy una bofetada haciéndola caer hacia un lado—. Se llama tener honor y principios, la verdadera pregunta que te deberías de hacer es: ¿quién eres tú, Doherty?, y sobre todo, ¿qué carajos quieres?
Se levanta con dificultad del piso, sobando su mejilla, regañada, sin poder levantar su mirada hacia mí, aterrada por lo que le pueda hacer. Trato de encontrar de nuevo la calma, de intentar pensar con la cabeza fría, volteo hacia Aiden buscando algo de paz, asiente con la cabeza y de nuevo esa nube negra lo rodea por completo, bajo la mirada hacia nuestras manos entrelazadas, se cubren por el mismo humo y siento como su mano se vuelve más pequeña, más suave, la piel de su guante aparece, vuelve a ser el hombre.
—¿Qué harán conmigo?, ¿terminaré igual que Glozz?, ¿me cortarán la cabeza? —, su voz se quiebra, está llorando de nuevo.
—Te diré lo que pasará: te irás de aquí, Camille te acompañará hasta tu casa, hablarás con tu padre y tu hermana y los tres se irán del país, se mantendrán lejos de todo esto hasta que acabe, no intentes evitarlo, un grupo de rusalkas y berserkers los estarán custodiando… sabrás que puedes regresar o hacer lo que quieras cuando en las noticias anuncien la muerte de Burak y no solo eso, sus escoltas desaparezcan… ¿entendiste?, no hay nada que puedas decir o hacer para que eso cambie.
—¿Por qué? —, parece desconcertada— después de todo lo que pasó, ¿por qué haces esto?, ¿por qué me proteges?
—No es que te proteja, solo no quiero que te sigas metiendo en mis asuntos y eches todo a perder de nuevo.
—Podrías matarme.
—Podría, tal vez Burak lo haría, pero entiendo que no eres culpable de tu estupidez, Sitriuc se encargó de llenarte de lodo y al parecer careces de un sexto sentido que te advierta del peligro… te daré un consejo, cambia de profesión —volteo de nuevo hacia Camille y comprende que es hora de quitar de mi vista a Doherty— vas contra reloj, agente, no pierdas el tiempo, huye y no regreses hasta que todo se calme.
Pasa por mi lado con la cabeza abajo y arrastrando sus pasos, antes de que se aleje lo suficiente la tomo del hombro y la hago girar hacia mí, le doy un puñetazo en la cara con fuerza, Camille la tiene que sostener para que no caiga al piso.
—Y eso fue por besar a mi hombre… ¿entendido? —, Karime ya me lo había advertido, simplemente lo estaba guardando para un momento especial. Doherty cubre su rostro llena de dolor, Camille la toma por los hombros y con una sonrisa divertida se la lleva, alejándola de mi vista. —Siento que me quedé corta, tal vez si merecía morir —digo en voz baja, pero sé que Aiden me escuchó. Se acerca con una sonrisa socarrona y me abraza por la espalda.
—¿Lo dices por todo lo que hizo o por el beso?
—No lo sé, tal vez el beso, sí, definitivamente el beso que te dio —volteo hacia él, mientras yo siento que la sangre me hierve él solo me ofrece una sonrisa.
—Lo bueno es que no eres celosa —me dice al oído.
—Perdón… no creí que ser besado por Doherty hubiera sido divertido.
—¿Quién te lo dijo?, ya sé… Karime —resopla contra mi cuello antes de darme un beso que termina electrocutando mis terminaciones nerviosas.
—Sí y no podía dejarlo pasar… perdón.
—Jajajajaja —me pega contra su torso— no podría decir que eso fue un beso, más bien fue una clase de contacto desagradable, no tendrías por qué preocuparte.
—Bueno, supongo que siempre tendré miedo de que dejes de amarme y te intereses por otra mujer —sonrío de lado, no es broma, lo veo tan maravilloso, tan perfecto que me da miedo perder una de las pocas cosas buenas que me ha dado la vida.
—Jamás —acaricia mi cabello acomodándolo detrás de la oreja— ¿crees que yo no tengo miedo de perder una de las pocas cosas buenas que me ha dado la vida? —, dijo justo lo que yo pensaba, la impresión me hace abrir los ojos con sorpresa y siento que quiero llorar.
—¿Ahora lees la mente? —, frunce el ceño, parece que no comprende mi pregunta. Me pongo de puntitas para alcanzar sus labios. Amo que se incline de inmediato para ayudarme a conseguir mi objetivo. Sus manos me toman por la cintura con cariño, siento el calor de sus palmas irradiando sobre mi piel.
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Editado: 07.01.2022