Take Me: Tómame

Capítulo 52

—¿Dónde está Roxy? —, de repente se me viene a la mente, hago memoria, no la recuerdo en la fiesta, nunca la vi en cuanto llegamos, ¿qué ocurre?, Aiden nota como pierdo la cabeza y decide acercarse a calmarme.

—Tranquila… piensa con la cabeza fría —acaricia mi rostro y de alguna forma logra traerme paz— te haré algo de comer antes de que comience tu día.

—¿El corazón de Skank? —, le pregunto antes de que atraviese la puerta de la habitación.

—No pienso arriesgarme a que mi hijo no cuente con todas sus oportunidades para seguirle el paso a su madre —me sonríe, pero sus ojos me dejan en claro que el miedo sigue ahí, latente—. Después de que comas algo iremos a donde quieras, ¿está bien?

—¿Me acompañarás?

—Te dije que no te iba a dejar sola —me guiña un ojo y su argumento me da más tranquilidad.

 

Después de terminar de vestirme salgo de mi habitación, veo en todas direcciones tratando de ver algún indicio de Roxy, pero no es así, temo lo peor, ni siquiera tengo hambre, aunque veo a Aiden sirviendo mi último corazón. Me acerco a la mesa, el olor es delicioso y me abre el apetito aunque mi ansiedad me consume. Me siento frente al plato, tomo el tenedor y me quedo congelada viendo la carne frente a mí.

—No dejaré que te levantes hasta que te lo acabes —me advierte Aiden parado frente a mí, apoyando sus manos sobre la mesa.

—Si… algo le pasó a Roxy… —me siento impotente, molesta.

—Si algo le pasó, no fue tu culpa… se le pidió que se quedara aquí el tiempo necesario hasta ponerla a salvo… ¿entiendes? —, pincho el primer pedazo de carne y lo meto en mi boca, el sabor es de lo mejor, pero insisto, la situación no ayuda.

Trago cada pedazo con rapidez, intento darme prisa, no puedo esperar a llegar con Akos. Cuando por fin mi plato está limpio Aiden termina de enfundarse sus guantes y acomodar su saco listo para acompañarme. Me levanto de la mesa y juntos salimos hacia el Challenger rojo que nos espera a unos metros del refugio. El camino lo hacemos prácticamente en silencio mientras él se esfuerza por tomarme de la mano e intentar relajarme, siente mi tensión.

Llegamos al punto que nos indica la ubicación que mandó Akos, nos estacionamos en la acera de enfrente del bar donde maté a Darla y siento que mi estómago se retuerce, de pronto no tengo ganas de bajar del auto.

—Aún no hay policías alrededor, ¿estás segura de esto?

—De seguro Akos no ha levantado el reporte —inhalo con fuerza y salgo del auto acomodando mis lentes que dan la apariencia de Ortega.

Atravesamos la calle juntos, pero con cierta distancia, con precaución de que no parezca que vamos en la misma dirección. Pasamos por el estrecho pasillo que lleva al callejón trasero y entonces empiezo a ver el caos. El contenedor está fuera de su lugar, la basura regada, todo es un desastre, más de lo normal. Mis pisadas terminan de romper los vidrios que hay regados por el suelo, ¿qué ocurrió?

En el fondo del callejón se encuentra Akos, ve hacia el piso con tristeza y cuando sigo su mirada me doy cuenta que hay algo detrás de la basura, corro para asomarme. El horror me llena por completo cuando veo a Roxy tirada en el frío y húmedo piso, con la cabeza rota, su piel ya está completamente gris, es como si hubiera pasado toda la noche aquí.

—Roxy —los ojos se me llenan de lágrimas.

—Lo siento, no sabía que la conocías —Akos parece apenado, no es capaz de verme a los ojos— recibí la notificación, llamaron a la comisaria, uno de los vecinos informó actividad sospechosa anoche, cuando llegué me la encontré así, parece que le dieron en la cabeza con algo muy duro hasta que la mataron.

—Eso como… lo que pasó con Lexy —retrocedo y un escalofrío me recorre, de nuevo las imágenes pasan por mi mente, ¿la volví a perder?, giro sobre mis talones y me encuentro con el pecho de Aiden, me envuelve en sus brazos de manera protectora y las lágrimas no se controlan, salen de mis ojos con intensidad.

—Lo siento —dice cerca de mi oído.

—Recrearon la escena del crimen que cometió Novak —dice Akos detrás de nosotros— la mataron de la misma forma.

—Fue adrede… fue Burak —volteo de nuevo hacia Akos sin ocultar mis lágrimas.

—Te creo… después de todo mataste a su hermano de una forma muy violenta, ¿qué carajos fue eso?, incluso Müller tuvo que moverse a la escena del crimen, no lo podía creer, es impresionante, demasiada muerte y destrucción.

—Esto fue lo que me gané, me metí con el hermano de Burak, él se metió con Roxy, se cobró demasiado rápido —me muerdo los labios y avanzo entre las bolsas de basura buscando el rostro pálido de Roxy— lo siento tanto… en verdad… yo… —mi labio inferior me tiembla de dolor, la nariz se me constipa— ¿por qué tenías que salir de la casa comunal?, ¡ahí estabas segura!, ¡tenías que quedarte ahí! —, le reclamo aunque ya no tenga sentido.

—Ella tomó su decisión, no es tu culpa —dice Aiden a mis espaldas, pero sus palabras no me traen paz.

—No puedo hacer nada contra Burak sin perder algo a cambio… ¿por qué?, ¿por qué no puedo simplemente mandarlos a todos al diablo y terminar con esto? —, me levanto frustrada y enfurecida.

 




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