—Sabía que vendrían —la voz de Sigyn nos hace regresar la atención hacia el escenario. Aparece como un fantasma, flotando elegantemente, no es una guerrera, pero no necesita ensuciar sus puños. De pronto sale de entre el telón un cuerpo, es Doherty, un par de hombres la exponen a jalones, está atada de manos, golpeada hasta sangrar, con el rostro desfigurado, babeando sangre— sabía que les llegaría la invitación —Sigyn la ve con asco y la empuja hacia delante haciéndola caer de rodillas.
—¡¿Dónde está mi hija?! —, grita Björn, sus ojos están inyectados de sangre.
—¿Tu hija?, nuestra hija querrás decir —lo corrige Sigyn manteniendo la compostura, toma a Doherty por el cuello, levantando su rostro hacia nosotros— ahora está conmigo como siempre tuvo que ser.
—“¿Cómo terminaste así?” —me meto dentro de la mente de Doherty, siento lástima por ella. Frunce el ceño, su labio inferior tiembla y las lágrimas corren por sus mejillas mezclándose con la sangre de su rostro.
—¿Aiden? —, dice en voz tan baja que dudo que Sigyn la haya escuchado, me reconoció.
—No permitiré que lastimes a Simone —insiste Björn acercándose hacia el escenario dispuesto a enfrentarla, pero pronto su camino se ve obstaculizado por Grendel que de un brinco se ha puesto frente a él.
—Esas no son mis intenciones, lo único que quiero es tenerla de regreso, conmigo, que me ame, que me quiera como siempre tuvo que ser… —juega con el cabello lleno de sangre de Doherty, como lo haría una niña con una muñeca vieja a la que ya le perdió el interés— … todo mejoraría si tu vinieras con nosotros, podríamos tener esa familia que siempre soñamos —rodea el cuerpo de la agente que ha permanecido en silencio, consumida por el dolor, sin esperanza, sus ojos hinchados por los golpes hacen un esfuerzo por abrirse y verme fijamente— dicen que nunca es tarde mientras la dicha sea buena, Björn, si aún recuerdas lo que sentías, si aún tu corazón guarda algo de cariño para mí, creo que podemos arreglar las cosas.
—¿”Arreglar las cosas”?, la quisiste matar —le recuerda Björn cargado de ira.
—Debes de entender que mi prioridad era Grendel, pero dadas las circunstancias no pudimos hacer mucho por su condición… ¿verdad, cielo? —, le pregunta con cariño a Grendel que solo me ve fijamente, apretando sus puños, esperando el momento de ajustar cuentas, de por fin enfrentarme como siempre lo deseó desde que me conoció.
—¡Estás loca! —, grita Björn y camina hacia Grendel determinado a hacerlo a un lado.
Estoy tentado a detenerlo, pero más tardo en pensarlo que en Grendel arrojar el primer golpe, Björn se agacha esquivándolo, pero de nuevo Grendel vuelve a arremeter con su otra mano. Los golpes no se detienen, Björn solo retrocede, no le da tiempo de contestar y cuando levanta su arma, el wendigo lo toma por el cuello, rompiéndoselo con facilidad, como si esos músculos fuertes y gruesos de guerrero no fueran suficientes para proteger su columna. Björn se desvanece, pierde la consciencia, muere y con un solo movimiento sale por el aire. Su cuerpo cae lejos de nosotros, entre unas butacas al fondo del recinto.
—No sabes perdonar, tu corazón guarda demasiado rencor —suspira desilusionada Sygyn— en cuanto a ti, Aiden… le vendiste tu lealtad a la persona equivocada —coloca suavemente las manos en la cabeza de Doherty, la ve sin misericordia. Sus pulgares acarician las mejillas de la agente—. Todo este tiempo fuiste un lastre, agente Doherty, dócil, manipulable, así es un corazón con miedo y envidia. Quisiste corregir tu camino, pero fue muy tarde, tú me entregaste a Simone, tú trajiste a todos sus aliados a morir en esta enorme tumba, te irás al Hel sabiendo que eres una traidora.
—“¡Sigyn!, ¡suéltala!, ¡ella no tiene nada que ver en esta guerra!” —gruño dentro de su mente, la lástima que siento por la agente me hacen querer protegerla de su destino, pero tal vez ya es demasiado tarde.
—Doc... ¿qué ocurre?, ¿nunca supo cómo deshacer este “nudo gordiano” —Sigyn sonríe con soberbia divertida por usar mis palabras contra mí, ¿desde hace cuánto sabría que yo era un traidor? —, deje le muestro como se hace.
Por un fragmento de segundo la mirada de Doherty se posa en mí, sus ojos me ven con tristeza, con miedo, puedo sentir lástima, pues entiendo que su tiempo se terminó. Después de dedicarme una última mirada, cierra sus ojos, inhala profundamente y parece recuperar la paz que había perdido hace tanto tiempo. Un chasquido proveniente de sus cervicales y todo acaba, Sigyn le ha roto el cuello. El cuerpo de Doherty cae al piso, inerte.
Sale de entre bambalinas Burak, abre el telón con facilidad y saca a Simone, está con las manos atadas, mi corazón da un vuelco en cuanto sus ojos se posan en mí, puedo ver la ansiedad que la embarga, necesito liberarla, necesito sacarla de aquí.
—Aiden… —pronuncia mi nombre apenas en un susurro y mis músculos se contraen, la bestia que vive dentro de mí está lista para pelear por ella, no mentía cuando dije que ambos estamos perdidamente a sus pies.
—Mi niña… Aiden no vendrá con nosotros —Sigyn acaricia el rostro de Simone, acomodando mechones de cabello detrás de sus oídos—. Despídete, pues será la última vez que lo veas —le da un beso en la frente y camina hacia el extremo del escenario, esperando que Simone la siga, pero se queda con ambos pies clavados, sus ojos se llenan de lágrimas.
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Editado: 07.01.2022