Tal vez es ahora

Capítulo 15

Nora

Ojalá dormir y no despertar hasta que todo se haya arreglado. Hasta que todo sea como me gustaría que fuese.

Mi coche sigue en el taller; por supuesto, la batería hay que cambiarla. Tara sigue como los últimos días; ayer fui a verla, y aunque es una mujer que siempre tiene una sonrisa en su cara e intenta sacar el lado positivo de todo, me percaté de que realmente estaba peor que el último día que la vi.

Y, por otro lado, el tema de mi madre sigue rondando por mi cabeza, los comentarios que tuvo y su insistencia con que vuelva con Austin, con quien también –por supuesto– sigo cabreada.

Sinceramente, me apetece dormir y no despertarme hasta dentro de un tiempo.

Pero, claramente, no puedo. Ahora mismo me encuentro yendo de un lado a otro del set de grabación. Hoy ha sido un día más tranquilo y no me siento cansada, pero sí agotada mentalmente por lo ocurrido estos últimos días. Aun así, la tarde ha pasado rápida y en unos minutos, cuando termine de recoger todo, podré irme.

–Nora –me llama Carol y me giro al instante para mirarla–. ¿Puedes colocar esas dos cámaras por mí? –señala los dos aparatos que están a unos metros de ella–. Tengo que ir a recoger a mi hija, y voy a llegar tarde.

–Claro, no te preocupes –acepto–. Yo me ocupo.

–Muchas gracias, eres la mejor –se acerca y me da un corto abrazo–. Te debo una. ¡Hasta mañana!

–Hasta mañana –sonrío.

Me quedo mirándola hasta que la veo desaparecer y yo sigo con lo mío. No hay mucha gente a mi alrededor, la mayoría ya se han ido.

A los pocos minutos, he terminado y suelto un suspiro de alivio. Por fin me voy a ir a mi casa. Me acerco a coger mi chaqueta y mi bolso cuando veo de reojo salir a Marcus de su despacho improvisado. Estoy a punto de despedirme de él cuando se adelanta.

–Nora, ¿puedes venir un momento?

Ya te va a echar la bronca.

Imposible, no he hecho nada mal.

Asiento rápidamente con la cabeza y me apresuro a ir junto a él, entrando en el cuarto después de él. Sierro la puerta cuando lo hago y dudo un momento antes de acercarme a una silla que hay frente a él cuando me hace un gesto.

–Me dijiste que tenías una idea para la película, ¿verdad? –dice de repente, pillándome completamente desprevenida.

¿A qué viene esto? Han pasado ya un par de semanas desde eso. ¿Por qué me lo pregunta ahora?

–Eh… sí.

–Bien, cuéntamela.

–¿Cómo?

–Cuéntamela. Dime la idea que tenías –repite.

Me quedo un momento paralizada. ¿Después de dos semanas acaba de decir que le cuente lo que se me ocurrió? ¿Por qué? ¿De verdad está interesado?

Pero reacciona y cuéntaselo de una vez.

Ah, sí. Es verdad.

–Oh, sí, vale –reacciono y me aclaro la garganta antes de seguir hablando–. Bueno… te lo comenté un poco. En la primera película de Impacto aparece la madre de Dean y ésta, al final de la película, se marcha por petición de su hijo para mantenerla a salvo. En la segunda no se supo nada de ella y lo que llevamos de la tercera tampoco. Yo… pensé que al ser el final de la trilogía, podía aparecer de nuevo.

–¿Y sabes cómo?

–Sí, bueno… No es necesario cambiar el guion ni nada, por supuesto. No digo que haya que hacerlo. Pero en la escena final, sí que podría aparecer un pequeño cameo donde se reencuentre con su hijo después de todo el tiempo que han estado separados –hago una pequeña pausa–. Yo creo que… gustaría que volviese a aparecer.

Hay un momento de silencio.

Marcus se queda mirándome mientras yo espero, impaciente, a que diga algo. Conforme pasan los segundos pienso que, tal y como hizo la primera vez, se reirá de mí.

Me estoy arrepintiendo de ello y esto cuando de decirle que olvide lo que acabo de decir cuando, finalmente, tras unos segundos de silencio, por fin se decide a hablar.

–Vale, sí –se limita a decir.

–¿Vale, sí? –repito. ¿Qué quiere decir eso?

–Sí –asiente lentamente con la cabeza–. Está bien. Me gusta. Lo incluiremos.

Vale, esto sí que no me lo esperaba.

¡Van a incluir mi idea en la película! ¡Algo que yo he pensado! ¡En una película!

Mi día acaba de mejorar.

–Por supuesto, tengo que hablarlo con el co-productor y el guionista, pero estarán de acuerdo –añade y yo asiento con la cabeza–. Genial, puedes irte ya.

–Vale –vuelvo a asentir con la cabeza y me levanto. Pero, antes de salir, me giro una vez más hacia él–. ¿Puedo preguntarte por qué has cambiado de opinión?

–Tyler me dijo que lo hiciese.

Espera, ¿qué?

–¿Tyler?

–Sí. Me dijo que te escuchó hablando de esa idea con alguien y me dijo que debería hablar contigo, que le parecía una buena idea –se encoge de hombros.

Bueno, eso no es del todo verdad. Pero ha hablado  con él, que es lo que realmente me importa y, por supuesto, me impresiona.

–Oh… –hago una pausa–. Pues… bueno, gracias.

–De nada –señala la puerta–. Cierra cuando salgas, por favor.

Asiento con la cabeza y, tras despedirme de él, salgo y cierro la puerta a mis espaldas.

Me quedo un momento ahí parada y sonrío ampliamente. Me he estado conteniendo ahí dentro para que Marcus no pensase que estoy loca, pero ahora no puedo evitar sonreír como nunca y dar pequeños saltitos, girando sobre mí misma, emocionada.

Salgo del set instantes más tarde y me dirijo a la entrada; Selena no tardará mucho en llegar. Sin dejar de sonreír en ningún momento, camino tranquila hacia la entrada, por donde me cruzo con Dylan. He hablado con él en varias ocasiones cuando hemos coincidido en los rodajes, y me sigue pareciendo el mismo chico simpático y agradable con el que hablar de vez en cuando.

–¿Qué tal, Nora? –me saluda, caminando ahora a mi lado.

–Muy bien, ¿y tú qué tal?

–Cansado –ahoga un bostezo y se encoge de hombros–. Creo que hoy dormiré como un bebé.



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En el texto hay: romance, amor, cine

Editado: 04.01.2021

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