Tal vez es ahora

Capítulo 32

Tyler

Salgo del coche, me aseguro de que lo he cerrado bien y miro a mi alrededor. Jessica ya debe de estar por aquí.

Sí, Jessica. He… quedado con ella. Hoy terminaba un poco antes en el rodaje y anoche estuve hablando con ella, así quedamos en vernos hoy. ¿Que por qué? Supongo que… que después de tantos años en los que estuvimos juntos, le sigo teniendo cariño.

¿Y Nora?

Mierda. No me hagas pensar ahora en Nora. Ella… no sabe nada de que he quedado con Jessica ni de que he estado hablando de ella. ¿Que por qué de nuevo? Supongo que… no lo sé. Sinceramente, no lo sé.

Muy bien, Tyler. Sigue así.

Suspiro y, tras mirar a mi alrededor durante varios segundos, la veo en una mesa de una cafetería esperándome. Rápidamente, me acerco hasta allí y se levanta al instante en el que me ve llegar, saludándome con dos besos. Me siento frente a ella y pido un refresco antes de volver a mirarla.

–¿Qué tal? –le pregunto.

–Muy bien. Ya sabes –sonríe–. ¿Cómo te ha ido a ti la mañana?

–Pues supongo que como todas, ya sabes –me encojo de hombros.

–Genial, entonces –hace una pausa–. ¿Sabes? Esta mañana he tenido una reunión con la marca de ropa en la que haré de modelo. Empezaré en una semana.

–¿Y los eventos que me dijiste cuándo los empiezas?

–Pues… tengo un par de ellos en dos semanas, y sigo después de Navidad.

Asiento con la cabeza conforme me va explicando y ella se extiende hablándome de lo que han hablado y de cómo pueden ser esos eventos. Y yo, a pesar del rencor que le tuve en un principio, la escucho atentamente, tal y como hacía antes de que se marchase.

No aparta la sonrisa de su rostro y yo tampoco de ella. Es como si… como si tuviese un imán que me atrae hacia ella por mucho que no quiera hacerlo. Porque Nora sigue estando ahí. Sigue siendo alguien que me gusta demasiado y a quien he mentido diciendo dónde me iría.

Entonces, ¿por qué estoy aquí y no con ella?

Porque eres imbécil.

Dime algo que no sepa.

Y porque estás tan enganchado a la chica que tienes delante que eres incapaz de ver otra cosa.

Me paso las manos por el pelo y sigo escuchando como me cuenta que mañana tiene una sesión de fotos justo cuando me suena el teléfono. Lo tengo encima de la mesa y, al ver como se ilumina la pantalla, puedo ver el nombre de la persona que me ha enviado el mensaje.

Nora.

Genial.

–Un momento, Jessica –le pido, y cojo el móvil rápidamente.

Lo desbloqueo y abro su conversación.

Nora: ¡Hola! ¿Estás en tu casa? Ya he salido, y tengo que contarte algo.

¿Me tiene que contar algo? ¿El qué? ¿Será algo grave? No, no lo será. Si lo fuese, lo hubiese escrito de forma diferente o… directamente, me hubiese llamado. Vale, entonces… ¿qué le contesto ahora? Ya le he mentido antes diciéndole que iba a hacer unas cosas en casa cuando en realidad he quedado con Jessica. Si ahora le digo la verdad, sabrá que le he mentido y se enfadará.

Se enfadará igualmente si le mientes otra vez y se entera.

¿Y si no se entera?

Joder, Tyler. Te estás luciendo. ¡Que te dijo que te quería!

No, ahora no me hagas pensar en eso, joder.

Miro de reojo a Jessica, quien está mirándome atentamente, y vuelvo a bajar la vista a la pantalla para responderle.

Tyler: No, no estoy en casa. He tenido que salir a hacer unas cosas de trabajo y Madelaine no está en casa para que pueda abrirte. Te llamo más tarde y hablamos.

Sí, eso haré. La llamaré más tarde y podré hablar con ella tranquilamente.

Recibo un escueto vale por su parte y lo miro un momento antes de volver a dejar el móvil sobre la mesa y mirar a Jessica de nuevo.

–¿Quién era? –me pregunta.

–Ah, nadie. Una… una amiga –digo simplemente–. ¿Qué me decías?

Ella parece dudar un momento, pero, al final, sigue hablándome de ella y yo la escucho atentamente, interviniendo de vez en cuando y, en definitiva, contándole yo también cosas de la película y futuros proyectos que tengo en un futuro.

Estamos los dos tan tranquilos, hablando como si no hubiese pasado nada, que… que me recuerda a aquellos momentos que antes pasábamos juntos. Y no sé si debería sentirme tan bien como me estoy sintiendo ahora mismo.

–¿Una película romántica? –pregunta ella.

–Sí. Me lo comentaron hace un par de meses, pero seguramente se lleve a cabo.

–¡Eso es genial! ¿Puedes contarme algo de cómo sería?

–Pues no, la verdad. Lo siento. Me comentaron un poco por encima, pero no puedo contar nada –me encojo levemente de hombros.

–Bueno, pues… ya me lo contarás cuando puedas, entonces.

Le miro unos instantes sin decir nada y, finalmente, asiento con la cabeza. Ella sonríe ampliamente y se termina el café; yo, por mi parte, me terminé el refresco hace casi 10 minutos.

–¿Tienes algún plan ahora mismo? –pregunta de repente.

Sí, ver a Nora.

–No –me limito a decir–. ¿Por qué?

–Podríamos… no sé, hacer algo juntos ahora –propone ella, con algo de duda en su propuesta–. Si te apetece, eh. Si tienes otras cosas que hacer o no quieres, no importa.

–Bueno, yo… –hago una pausa y me quedo mirándola unos segundos antes de responder–. Vale. Pero antes quiero ir a mi casa a darme una ducha. Luego ya podemos ir a cualquier otro sitio.

–Genial. ¿Vamos?

Asiento con la cabeza y dejo el dinero de las dos bebidas junto a una pequeña propina sobre la mesa antes de salir de allí. Y el rato que pasamos los dos dentro de mi coche, mientras yo conduzco hasta mi casa y ella va sentada a mi lado, vuelven a llevarme a pensar en todo lo que…

…vivisteis hace unos años. Ya lo sabemos.



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En el texto hay: romance, amor, cine

Editado: 04.01.2021

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