Hay heridas que en vez de abrimos la piel nos abren los ojos.
-Pablo Neruda
-Baja de ahí Sunshine. -Masculló, mi niña interior no pude evitar dar pequeños saltitos de emoción, había logrado que me llamaré como antes.
Baje como había ordenado, él por su parte ya me esperaba sentado en la orilla de su cama, su expresión como la primera vez que lo conocí era fría y seria.
-Antes de que digas algo, te pido que me escuches Aiden. -Titubee sentandome a su lado.- Hay cosas que no sabes de mi, de mi pasado, como hay cosas que no se de ti, ni de tu pasado y por ello no sería justo que yo te pidiera contartelas mías más adelante, no cuando trate de sacarte tus pasado a rastras y lo siento porque esa no soy yo, yo no juzgo y menos a ti Aiden. Al igual que tu yo también estaré para ti cuando tu decidas abrirte a mi.
Espere uno segundos mientras el silencio nos consumía, Aiden se paró y empezó a rebuscar en sus cajones hasta que sacó de ellos un papel, una fotografía.
-Ella es Emily Harmoon. -Espeto, entregandome aquella fotografía de Aiden un par de años más joven, una sonrisa en su rostro abrazando a una chica igual de alta que él, castaña y ojos color azul y de fondo un restaurante elegante, se les veía muy felices.- Ella no se suicidó por mi, se suicidó porque estaba embarazada. Emily Harmoon estaba embarazada de mi padre Sunshine.
Estaba procesando la gravedad de sus palabras, que estaban costando digerir, las preguntas no dejaban de surgir en mi mente, ¿Como?, ¿Porque?, ¿Que dijo su padre?.
Aiden era de esas personas, que como yo les costaba mucho abrirse a la gente, a veces por sucesos severos que te impone la vida, otras por que ya nacen asi, ausentes y distantes.
-Bien, está bien para mi. Hablaremos más adelante ¿vale?. -Murmuré acercándome para abrazarlo, el correspondio a mi abrazo y me abrazo fuertemente como si nunca quisiera dejar irme y como lo abrazaba yo a el.- Lo siento.
-Nunca te disculpes por explotar o decir lo que sientes Sunshine, es como si te disculparas por ser real.
El tenía razón, pero por otro lado también lo estaba juzgando y eso no debia ser asi.
-¿Quieres bajar?, los chicos y Mads están abajo. -Pregunte separandome de él sin antes ver sus ojos que como siempre no veía ese brillo en el, y aun no perdía la esperanza en verlo algun dia.
-Okey.
Juntos bajamos las escaleras hasta llegar a la sala que se encontraba decorada con muchos globos de todos los colores, en medio de ella se hallaban dos grandes bocinas y un televisor.
-¿Que es esto y por que estan vestidos asi?. -Señaló a Adam, Ethan y Paul quienes se encontraban frente a él vestidos de las princesas de Disney.
-Somos las princesas de tus sueños. -Bromeo Ethan, Judy por su parte ya se veía mejor y tenía en sus manos el regalo que tenía para Aiden.
-Diría que la princesa de mi sueños no tendria pelo en el pecho, ni estaría maquillada como si estuviera inspirada en un capitulo de Art Attack. -Respondió burlón analizando a los tres chicos.
Adam iba vestido de Elsa de Frozen su película favorita, Ethan de Rapunzel con una peluca hasta el piso y Paul bueno el no sabia de que estaba disfrazado.- Oh por cierto Paul es Mulan. -Mencionó Ethan.
-¿Y por que tiene dos pitillos pegados en su cabeza? -Inquirí.
-No habían palillos chinos en la cocina. -Respondió tosco Paul volcando los ojos.
-Todo listo. -Los cinco asintieron en tanto la madre de Aiden prendia los micrófonos y empezaba la melodía de una fabulosa canción.
Adam tomó uno de los micrófonos y empezó a cantar con todas sus fuerzas, Mads tomó la bolsa a su lado y empezó a tirar papelitos blancos a modo de nieve.
-¡La nieve pinta la montaña hoy, no hay huellas que seguir, en la soledad de un reino y la reina vive en mi. El viento ruge y hay tormenta en mi interior, una tempestad de mi salió, lo que hay en ti no dejes ver, buena chica tu debes ser, no has de abrir tu corazón, pues ya se abrió. -Canto mientras los chicos se le unían al coro.
-Libre soy, libre soy no puedo ocultarlo más, libre soy, libre soy, libertad sin vuelta atrás, qué más da, no me importa ya, gran tormenta habrá. El frío es parte también de mi. -Finalizaron cambiando el tema y ahora Paul tomaba la vocería.
Judy, Madisson, la madre de Aiden y yo empujamos a Aiden afuera donde también habían vocinas, un televisor y una silla con esposas. Al ver la silla Aiden trato de escapar, Judy hizo una maniobra dejandolo inmovil a la par que nosotras lo alzábamos para esposarle a la silla.
Y el show de Paul comenzaba...
-Mira bien, nunca voy a ser una novia ideal o una buena hija no sabré, tal papel jamás tomar. -Canto bajo acercándose a Aiden para besarlo en su mejilla y bailarle.- ¡Ahora se que al demostrar quien realmente soy gran dolor podría causar.
-¿¡Quienes quien veo ahí!?. -Los chicos se unieron cantando y formaron un trianguló y señalando a Aiden.- ¡Su mirar fijo en mi y que en mi reflejo no reconocí, no puedo continuar esta gran falsedad, cuando yo en mi reflejo yo vere en mi la verdad. -Completo tirándose al suelo y besando los pies de Aiden.
Los vecinos empezaban a salir siendo espectadores del gran show que estábamos montando, Paul corrió adentro junto con a Adam y salieron con luces flotantes para después lanzarlas al cielo.
Ethan por otro lado tomó el micrófono para seguir con su canción a la par que los chicos corrían en círculos saltando como bailarinas de ballet.
-Tiempo aquel viendo a La distancia, tiempo fue viendo al interior, tiempo que no me imaginaba lo que me perdi... Y hoy aquí viendo las estrellas, y hoy aquí todo es claridad desde aquí, ya puedo ver que es donde debo estar.
-¡Y la luz encuentro al fin, se aclaró aquella niebla, Y la luz encuentro al fin ahora el cielo es azul. -Cantaron a coro mientras nos uniamos Judy, Mads y yo. Las luces flotantes iluminaban el rostro de Aiden quien estaba muerto de la vergüenza con la cabeza gacha para que nadie pudiera percibir el color carmesí que estaban adquiriendo sus mejillas.
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Editado: 29.08.2021