Tal vez, Siempre Seras tú. (editando)

4.No hay vuelta atrás

Tomo mi celular, y veo llamadas perdidas de Alexander, o apago y cierro con seguro la habitación, me recuesto en la cama, y saco una foto de la maleta, era nuestra última foto tomada hace 1 semana, estábamos en el jardín del palacio real, ambos nos mirábamos fijamente a los ojos.

- ¿Porque me miras así? - recuerdo tú voz en mi mente.

-No te miro de una manera especial- te conteste sonrojada.

Estoy nerviosa en la habitación, es la primera vez que voy a dormir sola, en un lugar que no sé dónde es, trato de relajarme y prendo la televisión.

-Noticias hoy en día- escucho decir al conductor del programa de noticias.

-No, noticias es lo último que quiero ver-hablo sola mientras cambio de canal.

Nada en la televisión me llama la atención, la apago y recojo el libro que está cerca del buro de mi cama.

Es solo un libro amarillo, al abrirlo me doy cuenta que es la guía de teléfonos, solo me rio de mí, miro el reloj de la pared, son ya las 2:00 a.m.

-Bueno será hora de dormir- digo mientras me arropo con las sabanas.

A la mañana siguiente recojo mis cosas, las acomodo en la maleta escojo ponerme unos jeans oscuros a juego con unas botas negras, así como una blusa blanca un poco gastada y finalizo con una chaqueta negra, estoy decidida a iniciar mi vida fuera de la realeza, no quiero tener que sufrir por estar enamorada de mi mejor amigo, el príncipe Alexander que lo más probable es que pronto se case con Chloe.

Me miro al espejo, mi cabello aun es castaño, lo tengo un poco debajo de los hombros.

- ¿Qué me hare? - me pregunto frente al espejo.

Se me ha ocurrido marcar a la recepción para preguntar si vendían tintes de cabello.

- ¿De qué color lo quiere? - me pregunto la recepcionista.

-Negro- conteste un poco nerviosa0

-Se lo mando en unos momentos-dijo amablemente.

Después de unos minutos tocan la puerta -Muchas gracias- digo mientras le doy unos billetes a la chica de recepción.

Leo las instrucciones, - no se ve nada difícil- pienso.

Hago todo al pie de la letra, pero primero ya me he quitado la ropa que ya traía puesta.

Después de varias horas, termino mi transformación con un corte de cabello hasta la barbilla, algo estilo bob.

-Adiós a los vestidos costosos, a las joyas y faldas floreadas- digo mientras me maquillo un poco en el espejo.

Si amo el estilo de duquesa, pero estoy decidida a empezar de nuevo.

Tomo mi teléfono, decido eliminar mis cuentas de redes sociales.

Me tomo una foto y hago cuentas nuevas, ya no seré Chelsea Const ahora soy Charlotte Enst, fue lo primero que se ha venido a mi mente.

Saco el chip del celular, y lo desecho en el inodoro, -así no podrán rastrearme- pienso.

Salgo de la habitación con mi maleta, camino segura de mí misma, aunque por dentro tenga miedo, pero no se lo hago saber a las pocas personas que me ven pasar por los pasillos, claro para que no piensen que soy una fugitiva o, algo por el estilo.

- ¿Como se la paso con nosotros? -pregunta la recepcionista.

-Muy bien gracias, muy cómodo todo - contesto sonriendo

-Me gusta su nuevo estilo- me dice mirándome de pies a cabeza -sobre todo su cabello.

-No sabes cuantas ganas tenia de hacerlo- dije mientras me toco las puntas de mi ahora cabello negro.

-Perfecto, aquí tiene su cuenta- me indica para firmar unos papeles de cargo a habitación.

-Muchas gracias- digo mientras le entrego el dinero -les pondré 5 estrellas.

-Nos vemos pronto.

Tomo las llaves del carro de mis jeans, meto las cosas al asiento de atrás, y tomo camino, aún tengo dinero, gracias a dios pude guardar de lo que me daban y de lo que me había dejado mi madre, se que no es mucho, así que tendré que ver la manera de buscar un trabajo, si he decidido independizarme, sobre todo sin decir nada, será hora de buscar las cosas por mi cuenta.

Llego a una ciudad después de manejar por casi 3 horas -Bienvenidos a Overton- leo el letrero de bienvenida.

Conduzco lento por las pintorescas calles empedradas, hasta que veo una cafetería en una esquina, así que estaciono el carro y salgo para poder desayunar algo.

Por fuera es muy rustica y por dentro es fenomenal, todo se ve decorado a la perfección, los detalles son los más exactos en cada rincón.

-Buenos días- Escucho una voz masculina desde el otro lado de la cafetería.

-Buenos días- contesto al mismo tiempo que lo busco con la mirada, cuando lo veo que esta limpiando unas mesas al fondo.

-Bienvenida, en que puedo servirte- se dirige un muchacho alto, piel blanca con ojos azules y cabello castaño.

-Me puedes mostrar el menú- dije un poco trabada al ver a tan atractivo chico.




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