EMILIA
Al llegar a casa lo único que hice fue acostarme para pensar, después almorcé y ahorita de nuevo estoy acostada, vagando entre pensamientos. Hasta que un sonido me saca de mis pensamientos, es mi celular.
-- Hola, lo lamento tuve que hablar con alguien y se me fue el tiempo.
Es Alessandro, ya con todo eso no me detuve a pensar porque me dejó plantada.
-- Hello, tranquilo, no pasa nada.
-- ¿Cómo está? - me estoy debatiendo entre decirle todo o no, pero sinceramente no creo conocerlo tanto como para eso, aunque si no lo hago yo, lo hará alguien más.
-- Mm bien ¿& usted?
-- Usted suena cada vez más convencida de eso - no puedo negar que me saco una sonrisa el recordar la conversación del otro día.
-- Okey, no tan bien.
-- ¿Quiere contarme?
-- Es una larga historia.
-- Existen los mensajes, los audios y las llamadas, así que dígame ¿Cuál prefiere?
-- Su curiosidad llega a picar tango como para seguir preguntando.
-- Podríamos hablar por llamada, claro si usted quiere.
Nunca hemos hablado por llamada, pero la verdad me quiero distraer y contarle no estaría mal.
-- Entonces ¿Llama usted o llamo yo? - y sin más tengo una llamada entrante de él, que rápido fue...
-- Creo que deberia de decirle todo lo que piensa y siente, eso no está de más.
-- Y yo creo que usted no debería sentirse mal por haber roto con ella, su tal amiga Karol, es un fastidio por haber intervenido así - escucho como se ríe y es un tanto contagioso.
-- Usted es una persona de las más sinceras en este planeta - me rio, eso es verdad y vaya que aveces meto la pata por eso - usted es única - eso último me dejó helada y creo que a él se le escapó porque lo oigo aclararse la garganta, como si estuviese nervioso.
-- Es lo que pienso y creo que usted también - no voy a hablar sobre lo último que dijo, es algo sin importancia, supongo - gracias, me cayo bien hablar con alguien.
-- Okey, luego hablamos y gracias a usted por escuchar mi día.
-- Bien, adiós.
Cortó la llamada y me doy cuenta que hable con el casi 2 horas, fue mucho tiempo, aunque lo agradezco porque me distrajo y me hizo reír con varias cosas de las que hablamos.
Anoche me quedé pensando en que haría y por supuesto que voy a hablar con Evan, no soy alguien que se queda callada y hoy no sería la primera vez.
Estoy dirigiendome hacía dónde normalmente él se hace con sus amigas y solo puedo pensar en que decir exactamente.
-- Vienes a hablar con él - Esa voz ya es muy conocida para mí, tanto que me da algo de fastidio.
-- Si, permiso - digo con la intención de seguir mi camino pero me detiene su voz.
-- Mira, se que pensarás en terminarle y eso no va a pasar - ahora sí está loca
-- ¿Disculpa? - volteo de golpe mirándola a la cara, me atemoriza un poco su postura, pero no me voy a dejar de ella - ¿Y tú eres...?
-- Amiga de Evan y por ahora vas a ir allá y a sentarte a su lado porque tú fuiste quien en un principio lo acepto, ahora no vengas con tus dramas.
-- No, no vengas tu con los tuyos, yo puedo terminar si quiero con él, porque eso lo decido yo y... - iba a seguir pero me corta de golpe con sus palabras.
-- Shhh - coloca su dedo índice en su boca en señal de silencio - si te digo que no lo hagas hoy es porque te estoy haciendo un favor, tuvo un mal día ayer y tú con tus tonterías lo empeoraste, ahora ve y deja la tonteria, si quieres terminarle, bien, hazlo, pero yo que tú, no lo haría hoy. O pregúntale a Brenda porque estaba tan rara el día que él te mando a llamar con ella. Te veo por allá - dice señalando dónde está Evan supongo.
Y sin más da la vuelta y se va, es cierto que Brenda estaba rara el otro día, pero por ahora me quedaré callada y averiguaré que fue lo que pasó.
-- Hola - digo al llegar a dónde está Evan y sus amigos.
-- Hola princesa - contesta un Evan muy sonriente, acaso es bipolar - siéntate. - dice palmeando a su lado el piso donde está sentado y sin más, me siento ahí, ahorita no quiero discutir.
-- Si quieres me adelantó al salón, tranquilo - digo mientras recojo mi maleta, estuve todo el descanso con él y sus amigos y fue uno de los descansos más feos que he soportado, la verdad quiero irme de aquí ya y sus amigos quieren hablar con él a solas, lo cual me sirve de excusa para irme.
-- ¿Que te sucede? Pensé que estábamos bien y mira con lo que sales - yo solo puedo enarcar las cejas en señal de confución.
-- Yo solo digo que puedo ir yendo al salón, tus amigos quieren hablar contigo y pues no veo la necesidad de quedarme acá parada, habla con ellos y luego te veo - digo intentando parecer calmada no quiero una gran pelea aquí.
-- ¡No! - de repente grita como si estuviese enojado - espérame aquí o ¿Acaso quieres ir a donde alguien más? Porque si es por eso, vete ya.
-- Ve, te están llamando, te espero aquí.
Sin más va hacia donde sus amigos, no sin antes dedicarme una mirada de advertencia, lleva como 8 minutos hablando con sus amigos y la verdad si se demora un segundo más me voy al salón, ya muchos entraron a sus salones y yo voy tarde, justo me toca español y la profesora siempre cierra el salón apenas llega. No me voy a quedar esperando una reprimenda por llegar tarde, así que volteo para mirar a Evan quien está muy concentrado hablando, apesar que vamos para el mismo salón, no parece importarle nunca nada.
Me dirijo a mi salón y agradezco al cielo llegar a tiempo, un segundo más y la profesora cierra la puerta y la verdad no quiero bajar mis calificaciones, ya tengo suficiente con Evan.