Tan solo yo: tal vez no sea el momento

11. Una llamada en la madrugada

Han pasado ya dos semanas desde que volví a hablar con Alessandro y no puedo negar que cada día amanezco feliz al ver un mensaje suyo, acabo de despertar, resulta ser que me ha despertado el sonido de mi celular al recibir una llamada, son las cuatro de la mañana y hoy vamos a viajar para visitar a la mamá de mi papá (claramente hablo de mi padrastro). Escucho que mi celular recibe una llamada y lo cojo para saber de quién se trata, aunque a decir verdad me siento extrañada, pues estamos en vacaciones y es súper temprano, ver su nombre en la pantalla me hace sonreir como tonta.

Llamada de Alessandro 

-- ¡HOLAAA DORMILONA! - dice un muy animado Alessandro, aunque se escucha su voz entredormida.

-- Gracias por despertarme - bufo y me acomodo mejor para sentir el calor de mis cobijas.

-- ¿Te desperté? - dice en tono de burla.

-- Noooo, lo dudes.

-- Que dormilona eres, además se supone que te ibas a parar a las cuatro, son las cuatro y cinco.

-- Que puntual tú y... - no me deja terminar porque dice algo y puedo sentir un ligero rubor en mis mejillas.

-- Cuando no, hermosa.

-- No soy hermosa y no soy dormilona, ese eres tú, te lo recuerdo - suelta una leve risa y yo lo sigo - además hubo un cambio de planes, pensaba despertarme a las cuatro y media, pero, ya ves que me acabas de quitar 25 minutos de sueño.

-- Primero que nada si eres hermosa - bufo, él es imposible - y segundo ¿Estás bien? ¿Estás enferma? 

-- Mmm si, estoy bien, digo, tengo sueño pero eso es todo ¿Por qué te alarmas de... - soy interrumpida.

-- ¡Dios! Vamos a morir, es el fin del planeta.

-- ¿De que hablas? ¿Acaso te fuiste al 2012 cuando decían que era el último año de vida y que íbamos a morir? - escucho su risa y sonrió.

-- No, pero es como si eso pasara, porque tú no eres de tener sueño, de hecho duermes poco, así que no entiendo, como es que tienes sueño. ¿Dónde está Emilia y que hiciste con ella? cambiaformas que además habla tan igual a ella - ruedo los ojos, solo a él se le ocurren esas cosas. 

-- La mate y domine su cuerpo, ahora dominare el mundo desde este cuerpo terricola. 

-- ¡Lo sabía! - dice como si hubiese descubierto algo importante - Pero, espera, hay un problema.

-- Mi plan es perfecto, ¿Cuál sería el problema? 

-- ¿Tú piensas dominar el mundo con el cuerpo de una hormiga? 

-- ¿Crees que no puedo dominar el mundo? 

-- Si, bueno, ya sabes, en las películas los que quieren dominar el mundo son extra grandes, tienen poderes o tienen caras temibles. Tú pareces una linda hormiguita con esa estatura de 1.40 - suelta la risa y yo ruedo los ojos.

-- Eres insufrible, te pasas - sigue riendo.

-- Ya, lo siento - sigue riendo.

-- No creo que lo sientas.

-- La verdad no, pero es que solo tú dices que vas a dominar el mundo con esa carita tan tierna que tienes.

-- No soy una hormiga - hago berrinche.

-- Si y también una berrinchuda - se ríe.

-- Pues no le vuelvas a hablar a esta berrinchuda - sentenció lo más seria que puedo.

-- Menos mal que no lo eres porque o sino... 

-- Pues no, no lo soy. ¿Que querías, para que me llamabas? -  digo intentando sonar brava, aunque solo es por hacer "berrinche"

-- Ay no te pongas brava - casi puedo ver el puchero que estará haciendo - Aunque brava te ves aún más adorable.

-- Sigue riéndote, así y con todos mis berrinches te traigo loco - digo riéndome.

-- No sabes cuanto - suelta un suspiro, espera ¿¡Que dijo!? 

-- ¿Que dijiste? 

-- Nada - dice dudoso, yo lo escuché, aunque claro, debe ser molestando. 

-- Okey... - rompo el hielo con mi pregunta - ¿Me llamabas para...?

-- Yo solo quería hablar contigo, me dijiste que te ibas y que a lo mejor no ibas a tener internet en varios días, así que quise escuchar tu voz antes de que te vayas - sonrió como tonta. 

-- Pues que tierno y pensaba enviarte audios con mi melodiosa voz, yo sabía que me ibas a extrañar.

-- Claro que no, ¿Porque lo haría? 

-- Lo que tú digas, yo sé que si - suelta una pequeña risa y lo sigo - por cierto, gracias por despertarme.

-- De nada, cuando quieras. - bufó - además estoy seguro de que soy mejor que el despertador.

-- Bueno, él no me grita al oído. 

-- Ves, no es tan fantástico como yo.

-- No, ni tan humilde.

-- Ya empiezas a aceptarlo y darme la razón.

-- ¿Te han dicho que eres insoportable?

-- No, de hecho creen que soy de lo mejor.

-- ¡Uyyy! Cuanto te han mentido - rio y escucho como resopla - ¿Que haces? - termino de reír.

-- Ya para de reír, que a mí no me da risa.

-- Pues a mi sí.

-- Ja ja ja, que graciosa, estoy acostado y pienso dormir luego, cosa que tú no haras, asi que el que ríe de últimas, ríe mejor. 

-- Eres perverso.

-- Igual que tú. - nos reímos al tiempo.

Así paso otros cinco minutos hablando con él sobre varios temas, para muy a mi tristeza me tocó colgar la llamada pues tenía que alistarme y terminar de empecar algunas cosas que van en el bolso de mano. 



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En el texto hay: adolescentes, romance adolescente

Editado: 11.01.2021

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