Tangible Transparencia

Capítulo XIV

Salí del cuarto con una ropa distinta, una camisa de cuadros verdes y jeans negros con botas de color marrón que eran un poco espaciosas para mis pies. Todavía era bastante temprano para ir a casa de mi amigo, pero no era allá a donde me dirigía. Muchas semanas había transcurrido desde la última vez que había pisado aquella zona que me conducía al lugar de mi soliloquio.

La goma de mis botas pisaban con suavidad la hiedra que se extendía como las ventosas de un pulpo gigante y que a la vez abrazaba los troncos de los árboles sin piedad, tal cual un parásito. Cualquier ser sobre la superficie de la tierra que se sintiera incapaz de ser feliz, bastaba pasar brevemente por allí y escuchar a los conjuntos de aves que se amontonaban en las ramas, similar al coro de una orquesta celestial. Los colibríes parecían haber hallado una mina de oro, codeándose por absorber el néctar de las escasas flores que estaban en los alrededores; Los árboles estaban opacos, ya no presumían sus brillantes hojas, el verano les arrebataba ese lujo. Ya no me hacía falta llevar la brújula, previamente había memorizado cada árbol, sendero y roca que me servían de guía para encontrar mi espacio favorito. Llegué con algo de afán, la ansiedad me había acurrucado en sus brazos poco antes de alcanzar mi llegada.

  • Todos los árboles parecen fallecidos, pero te burlas de ellos al permanecer intacto en color y soporte en tus hojas ¿No es digno que su ciclo de vida no te afecte?– hablé mientras me paseaba a su alrededor divisando su figura.
  • Dignidad… ¿Será ese nuestro tema de hoy? Pongo en duda que sea interesante hablar sobre mi apariencia. Las personas alteran las suyas, sin embargo, jamás cambiarán sus actitudes, solo ocultarlas de la manera más ordinaria que les parezca, y con ello mezclo la dignidad. Creer ganar decoro al intentar ser mejor personas mientras simplemente reprimen lo que ya es de sí mismos. ¿No es perder ya dignidad el no aceptarse tal cual y querer acudir a la metamorfosis personal para ser acogido por otros? ¡Qué bueno que nuestras conversaciones solo hasta ahora son aceptadas por nosotros mismos, solo tú y yo creemos en ellas!
  • Esta vez no puedo ir del todo en tu contra –dije sentándome sobre sus raíces–, sin embargo, la dignidad también es el creer que merecemos lo que deseamos sin importar su procedencia o significado. El ser se siente enteramente digno ante aquello que no lo humilla y lo hace decente, no es de extrañarse que una persona, aun cuando la mujer recibe golpes de su esposo, ella siga a su lado, no importa cuán cruel y penoso parezca, ella sigue allí porque eso no perjudica su concepto de dignidad.
  • Es aceptar el golpe por el beso. Pensar que es el único afecto que puede tener de una persona, privarse ante cualquier señal de emancipación sentimental y ser esclavo de su propia aceptación ante el mal te hace indigno ante la sociedad – agregó –. Aunque la sociedad es lo de menos valor ante esto.
  • En fin… – concluí groseramente el tema – Algo me perturba mucho, no me gusta admitirlo porque es aceptar más el hecho. Asesinaron a una chica, por desgracia fui yo quien la consiguió. Ni siquiera estoy completamente seguro de que estaba con vida, pudo haber sido algún espasmo muscular que tuve por el miedo, ya no sé qué creer. Mis sueños ahora son casi como mi realidad, no sé tampoco si sea normal ¿Qué es ahora normal y qué no lo es? ¿Hasta qué punto están limitadas? ¿Cuántas realidades existen? – cuestioné apoyando mi cabeza sobre las palmas de mis manos.
  • Existen las que tengas que existir si esta es insuficiente y no llena tus expectativas. Por ello existe la imaginación, para crear cosas que quizás jamás lleguen a existir en este plano de vida. Ejemplo vivo de eso, yo. Lo único que debes saber es cómo diferenciar un mundo de otro o las cosas que extraigas para proyectarlas aquí. Aunque a decir verdad, es tu cabeza la que hace lo que le plazca.
  • Puedo entender, de hecho… mi padre dijo algo – recordé el momento antes de que fuera interrumpido por el aviso de Tommy sobre la reunión en su casa –, le escuché decir que ella había sido violada ¿Cómo pude saberlo en mis sueños?

La concentración que le daba vida al árbol se desvaneció, no recibí respuesta alguna luego de quedarme por más tiempo esforzándome a recrear mis propias respuestas.

Me puse en marcha a casa de Tommy. Las calles estaban solitarias, las personas temían que el asesino anduviera al acecho, me disputé el por qué no hacía lo mismo si ya estaba oscureciendo y sería presa fácil, pero tampoco me inmuté ya que hacerlo es dar paso al miedo y hasta ese momento lo había omitido muchas veces, al punto de parecerme inexistente.

Las ventanas de la sala se encontraban encendidas, la luz reflejaba el lóbrego pasto del porche de la casa de Tommy, ya la estrella mayor había cumplido su turno. Toqué el timbre y el sonido alertó de un nuevo visitante, el anfitrión abrió gustoso la puerta, solo faltaba yo en la rueda que ya habían formado alrededor de una libreta y un lápiz de tinta. Sophia ya se encontraba allí, se levantó sin afán, no sin ánimos. Ella había cambiado muchos aspectos suyos desde el incidente con los cuervos, uno de esos semblantes era el no llamar mucho la atención con actos inmaduros. Se acercó a mí y colocó sus manos alrededor de mi rostro para poseer mis labios, yo le correspondí trayéndola hacia mí por sus caderas, el ósculo era delicado como la zona en la que había posado mis labios, su labial de moras endulzó nuestras bocas, sentía como si fuera una golosina y debía acabar con la sustancia, por lo que fue un beso prolongado digno de las risas y aulladas de los chicos. Me senté a donde me había conducido mi novia, a su lado para no despegar nuestras manos, el chico de traje allí seguía, supuse que era el familiar de alguno de los presentes ya que nunca lo había visto antes.

  • Debes escribir lo que se te venga en mente – dijo Sebastian pasándome la libreta con la pluma.
  • ¿Qué sentido tiene? ¿En qué consiste? – argumenté.
  • Deja tus libros mentales en algún rincón de esa grandiosa cabezota y limítate a escribir – Concluyó Kat a la que se le notaba un poco el embarazo por estar sentada. Me seguía preguntando qué estaban esperando para hacer pública la noticia, callé mis pensamientos porque tendría que escribirlo y no quería hacer trampa.



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En el texto hay: fantasmas, medium, asesinos

Editado: 20.05.2018

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