Bryony
Mis manos sudan. Mi respiración es bastante defectuosa.
Justo ahora siento un ciclón dentro de mi estómago.
Mientras me observo en el espejo de cuerpo completo observó mi reflejo. Piel blanca. Ya no es pálida ni traslúcida, solo blanca. Mi cabello, llega hasta el nacimiento de mi cuello, mis mejillas han adquirido un tenue color rosa y mi cuerpo ya no esta tan delgado.
Eso no es lo relevante. Lo impactante en mi justo ahora es el precioso y perfectamente elaborado vestido que uso. De un intenso azul oscuro, con tela de seda y encaje, el color me sienta bien. Me gusta y realza mis ojos.
Hoy es el día. Bueno. Hoy es la noche. Estoy a segundos de partir hacia el salón de fiesta en donde se festejará la gala en honor a mis padres que con tanto esfuerzo Chanel organizo.
De ahí radican mis nervios. Si es una gala en honor a mis padres lo lógico es que diga unas palabras acerca de ellos. No es fácil, no he hecho mención a un público sobre mis padres desde el día del accidente. Antes hablaba de ellos en donde sea que llegará. Me sentía orgullosa y quería presumir a los mejores padres del mundo.
Ahora no puedo recordarlos sin sentir dolor. Sin sentir ese hueco en mí pecho. Sin sentir que el latido de mi corazón se detiene ante su ausencia. Y no quiero exponerme delante de un montón de personas. Quiero que me vean fuerte. Decidida. No quiero que piensen que soy una triste chica fácil de manipular.
—Me vas a desgastar— le digo a Frederick. Sé que tiene varios segundos parado en la puerta de nuestra habitación solo observándome.
Entonces él termina de entrar y camina hasta situarse detrás de mí aun parada frente al espejo. Ya no me veo a mí. Ahora veo su sonrisa —estas muy hermosa.
Con mucha coquetería alzo mi hombro — ¡lo sé!
El deja un dulce beso en mi hombro —está volviendo.
— ¿quién?
—Mira— me dice señalando hacia el espejo. Me observó y no encuentro lo que él quiere mostrarme —cuando te conocí eras una bomba de energía cautivadoramente sexi... aunque nunca lo notaste. Mucha de las veces que ibas al restaurante yo estaba ahí pero para ti era invisible.
—Eso no es cier... — Intento explicarme pero ¿cómo explicar algo que escapa de mis manos?
—ese no es el punto. Lo que quiero decir es que, desde que te conozco te he visto pasar por tantas cosas; cosas que se fueron robando poco a poco el brillo en tu mirada, cosas que te fueron marchitando. Pero cuando te veo aquí. Así, tan hermosa y tan perfecta, sonriendo de esa manera en que lo estás haciendo justo ahora, solo veo a esa Bryony coqueta, gentil y entusiasta. Esa misma Bryony que llamo mi atención desde el primer día y es muy gratificante para mi ver de primera mano que estas volviendo.
— ¿solo tu atención?
— ¿No escuchaste nada de lo demás? — pregunta burlón. Entonces me voltea y ahora quedamos frente a frente —no voy a mentir diciendo que me enamore completamente desde que te vi. Me pareciste muy hermosa. Pero hasta ahí. No lo adornare...
>>ahora si me preguntas en este momento si solo llamas mi atención puedo responder de una mejor manera. Mi atención es tuya. En su totalidad. Despierto y duermo con el color de tus ojos en mi mente. Solo quiero estar cerca de ti para quererte y adorarte como te mereces. No hay nada que desee más que no sea perderme en tus labios y en tu cuerpo, quisiera poder crear una nueva frase que explicará con exactitud lo que siento por ti. Porque te amo no es suficiente. Eres mi vida, eres todo para mí y estoy tan enamorado de ti que no importa lo ridículamente cursi que pueda ponerme solo para verte feliz.
Suspiro enamorada, quise hablar, quise expresar lo que me hizo sentir con tan hermosas palabras. Pero él no me dejo, alegando según su criterio que ese era su momento de ser el hombre perfecto y que yo tendría que buscar mi momento sola. Por un momento la tensión salió de mi cuerpo. Me sentía tranquila y relajada.
—ahora si quiero que me cuentes lo que te tiene tan pensativa.
Me encanta a la vez que asusta la manera en la que él ha llegado a conocerme. A leerme. El fácilmente puede ver a través de mí y es muy... no se definirlo bien. Pero eso no evitó que hablara, le conté mis temores. Mis dudas. Y mi miedo a no soportar de pie un momento tan emotivo para mí. Pero como siempre el me prometió acompañarme, ser mi apoyo y mi soporte. Porque así es él, es esa ancla que mantiene una gran embarcación en su lugar y que no vaya a la deriva.
Soy tan afortunada de tenerlo en mi vida.
Él es de verdad auténtico.
Y físicamente el partido perfecto.
Ese traje negro a la medida le queda de muerte.
Nos encontramos todos en la sala antes de salir. Las chicas visten vestidos del mismo color que él que estoy usando, idea de Chanel claro esta; y los chicos bueno... ellos parecen sacado de una revista de fantasía femenina.
Vamos en una limusina, conducida por Frank, alias (desde hace poco) mi padre. Nuestra situación es complicada. No soy capaz de echarlo de mi vida pero tampoco he sido capaz de perdonarlo. Supongo que no es nada fácil. Él siempre fue importante para mí y ahora lo es más. Solo que, aunque quiera aun no término de asimilarlo o si lo hice pero solo quiero castigarlo. No lo sé...
#31873 en Novela romántica
#5307 en Chick lit
amorpasiondesenfrenoycelos, protectorchoferescolta, enfermedadesaccidentesasesinatos
Editado: 05.10.2020