Capítulo 2
De repente, vi a Dan Ho tomado de la mano de otra chica. Me sentí cautivado y mi corazón comenzó a doler. Traté de aguantar el dolor, pero mis ojos se pusieron rojos y no sabía qué hacer. Continué caminando hasta llegar a mi casa. Volteé hacia atrás y lo vi de nuevo con ella, pero decidí ignorar y entrar sin causarme más daño. Corrí hacia mi habitación, cerré la puerta delante de mí y comencé a llorar desconsoladamente.
De repente, alguien tocó a mi puerta.
"¿Quién es?" pregunté.
"Soy yo, Lian, Sophia" respondió. "
¿Qué te pasó? dijo el
-Sabes que no puedes estar cambiando de emociones así y llorando" dijo Lian preocupado.
Le pedí que me dejara sola un momento para poder tranquilizarme y luego contarle todo lo sucedido. En cuanto se fue, comencé a llorar sin control y recordando aquel momento en que estuve frente a ti y me ignoraste como si no fuera nada, pensé que te había causado tanto dolor. Lo siento, no quería hacerte sufrir. Mientras secaba mis lágrimas, sentía un gran dolor en mi corazón. Bajé para contarle a Lian, pero antes de hacerlo, lavé mi rostro porque no quería que me viera así. Me acerqué y me senté junto a él. Quería desahogarme, así que le dije:
-Lo vi a él - dije - pero no me reconoció - comencé a llorar -.
-Me dolió verlo, pero más aún saber que estaba con otra mujer -.
-Me dolió saber que me olvidó tan fácilmente - dije sollozando y llorando desconsoladamente -.
Él solo me miraba aturdido y después de un rato se acarició la cabeza y me dijo:
-Él tuvo un accidente cuando te fuiste - me dijo - No quería comentarte, ya que estabas por subir al avión -.
-Estuvo en coma más de un año y salió del coma - me dijo.
Estaba aturdida con lo que acababa de escuchar. Mi cabeza daba vueltas, ya que fue por mi culpa que chocó. ¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Por qué fuiste a buscarme?
Mi mente se quedó en blanco. El dolor de saber que casi te causo la muerte era desgarrador. Me di cuenta de que solo pensé en mí y no en cómo te sentirías.
Perdóname, amor, por todo lo sucedido. Perdón por dejarte cuando más me necesitabas, Liam se mostraba preocupado, aunque sabía que no era culpable de mi decisión, él solo estaba protegiendo mi elección.
"No estaba cuando me necesitabas, Dios me está castigando", comenté.
"Iré a mi habitación y entraré a mi antigua universidad", le dije.
"Pero él está allí", me dijo.
"Iré porque antes estudiaba allí y podré quedarme en donde estaba para no atrasar mis clases".
Subí rápidamente a mi habitación, me acosté en la cama y solo pensé. Me tapé la boca para no hacer ruido, mis ojos lagrimeaban. "Mañana será un mejor día, ya no quiero estar llorando", dije en voz baja después de llorar.
Me apresuré a descansar y me dormí.
Al día siguiente, me lavé los dientes, tomé el desayuno y seguí mi rutina. Durante todo el camino, traté de no pensar en ti, pero mi mente se llenaba de recuerdos. Sabía que al día siguiente comenzarían mis clases, así que rápidamente regresé para preparar mis cosas. Sentí nervios al pensar que podría encontrarte. Subí a mi último piso y la terraza estaba iluminada por la luz del sol que brillaba. Me senté en aquel mueble viejo y decidí quedarme un rato, pero después de unos minutos bajé a mi habitación. Ese día no hice mucho, sólo saqué la basura y cociné, ya que Liam se había ido a trabajar.
Después de un arduo trabajo, me eché en el sofá y estaba viéndote desde lejos. Vi tu sombra y la luz que irradiabas, llamándome. Corrí hacia ti con ese vestido azul que tanto te gustaba y tomé tu mano. Caminamos juntos, nos besamos y escuché las palabras que solías decirme
"Sophia, Sophia." En ese momento, no deseaba que fuera un sueño, así que me levanté con lágrimas en los ojos al escuchar a Liam llamándome. Lo vi mirándome fijamente con una mirada triste, lo abracé fuertemente y no paré de llorar. Sabía que no era saludable llorar, así que decidí algo muy importante: volvería a Canadá a fin de año para someterme a la cirugía recomendada y las quimioterapias.
Decidí vivir al máximo en los 11 meses que me quedan antes de morir. Espero superar este cáncer para poder disfrutar de lo que la vida me depare. Sin embargo, si no lo logro. Le pedí a Dios que me permita vivir lo mejor que pueda. Mi hermano me aseguró que hará todo lo posible para estar conmigo porque soy lo único que le queda. No lo había visto llorar desde el funeral de nuestros padres, así que recordé nuestra infancia feliz juntos y deseé vencer este cáncer que estaba acabando con mis ilusiones.
Ese día comenzamos a hablar y a reír juntos, como cuando éramos niños. Fue uno de los días más felices de mi vida. Al final, Lian me dio un beso en la frente y me dijo que descansara. Estaba triste pero feliz de haber pasado un día con mi querido hermano. Esa noche pude dormir en paz, habiendo sonreído de verdad por primera vez en mucho tiempo.
Al día siguiente, desperté ilusionada. Me preparé y alisté mis cosas para ir a la universidad. Me puse una blusa blanca y una falda negra con botas negras. Mi pelo blanco le daba un toque especial a mi atuendo. Bajé y tomé el desayuno, me despedí con una sonrisa y fui a la universidad. Pasé por los lugares que había recorrido hace dos años y no habían cambiado mucho. Entré rápidamente para tomar asiento y bajé por los escalones. Pasaron algunos minutos y lo vi entrar. Esta vez me aguanté, aunque mis ojos estaban rojos y me dolía el pecho, pero tuve que aguantar para que no fuera evidente. Él caminó hacia mí y dejó sus cosas en los asientos al lado mío. Me pregunté por qué se sentó junto a mí habiendo tantos asientos disponibles. La tensión me estaba consumiendo, así que salí corriendo hacia el baño para llorar en paz. Sabía que esto tenía que parar y dejé de llorar. Regresé calmada y me senté. Pasó el tiempo y la clase avanzaba. Estuve mirándolo, pero fue como si quisiera tocar el cielo y no pudiera. Así fue toda la clase, y al finalizar, me levanté y salí del salón. Quería tomar algo para beber y comer algo y darme un momento para Reflexionar, Decidí sentarme y admirar el hermoso jardín cuidado. Estaba en mis últimas clases cuando noté que él estaba a mi lado. Me alejé un poco y lo observé mientras él prestaba atención a la clase. Finalmente, las clases terminaron y me dirigí a casa.