Te amaré hasta el día de mi muerte

Se feliz

capitulo 3

Al despertar, me encontré en el sofá con mi cabello enredado y rodeada por mi mejor amiga y mi hermano, ambos dormidos. Después de levantarme, tomé una ducha, me vestí y salí a correr antes de mis clases de la tarde. Durante mi carrera, vi algo hermoso: una propuesta de matrimonio. Me acerqué para observar a los afortunados y no podía creer lo que veía. Era Dan Ho, pidiéndole matrimonio a su mejor amiga.

"Estos 4 años a tu lado han sido los más felices de mi vida. Las alegrías desde que estuvimos juntos. Al despertar de mi coma decidí querer casarme contigo y no soltarte mas , no sabía quién era yo y estuviste 1 años haciendo me recordad cómo comenzó nuestra historia. Quiero estar contigo hasta que Dios me lo permita", dijo Dan Ho arrodillado.

"Yo también quiero estar contigo", respondió Soa, su mejor amiga y la mujer que está a punto de casarse con él.

Me sorprende saber que él recuerda cada detalle de los 2 años que pasamos juntos, pero no mi rostro, sino el de ella. Incluso después de dos años, desde que me fui, siento que ocupo un lugar significativo en su mente y en sus recuerdos. Si regreso y le hago recordad que soy yo y no ella y le cuento toda la verdad, que nunca me fui porque quería, sino porque no quería arrastrarlo conmigo y hacerlo sufrir, sé que lo lastimaría. No sé cuánto tiempo me queda y no quiero que el se quede atormentado mirando una foto mía y destrozo cuando me valla y el impacto tan fuerte fue que no pude soportar estar allí por más tiempo, así que decidí irme. Después de eso, no recuerdo mucho, ya que perdí el conocimiento cuando un automóvil me atropelló. Cuando recuperé el conocimiento, me encontré en una habitación que me resultaba familiar, parecida al antiguo hospital en el que estuve internada. Sin embargo, empecé a sentir un dolor de cabeza insoportable y mi visión estaba borrosa. También escuché un timbre en mis oídos y gente entrando por la puerta, pero no podía reconocer quiénes eran debido a mi dolor de cabeza y mi visión borrosa. Me desmayé en ese momento.

Después de despertar, sentí que el dolor había disminuido. Al mirar a mi lado, vi que mi hermano me estaba agarrando de la mano. Me dolía el pecho al recordar tener que pasar por esta situación y hacerle revivir todo a él, ya que tiene un trauma con los hospitales. No soporto el daño que le hago tanto a él como a mí misma, y me siento culpable de lo que ha sucedido.

"¿No solo me quitaste lo que más amaba, sino también la felicidad?" dije en voz baja.

"He sido tan mala en esta vida", susurré mientras sollozaba con un nudo en la garganta.

Al levantar la cabeza y mirar al cielo, pedí que esto terminara ya que no quería hacer daño a nadie. El destino es tan cruel, y no sé cómo puedo soportar más.

Desperté a Lian diciéndole que era hora de irnos a casa y le acaricié el cabello.

Él se levantó lentamente y se frotó los ojos, como si me hubiera escuchado, pero no le presté mucha atención. Después de un rato, dijo: "Vamos a casa".

Más tarde, me despedí de las enfermeras que me cuidaron y salí del hospital junto a Lian. Tomamos un taxi y llegamos a casa, pero esta vez no pude caminar, él tenía que ayudarme con su hombro. Estaba débil y vestida con una bata de hospital. Desde lejos, vi a Dan Ho parado frente a mi casa, mirándome fijamente con tristeza en sus ojos.

Al entrar, mi hermano quería hablar conmigo y se le notaba la tristeza en su voz.

"El médico me dijo que debes renovar tus tratamientos antes del final del año para que puedas tener la cirugía", dijo él con tristeza.

"Dijo que si no lo haces a tiempo, es posible que no puedan extirpar el tumor", me dijo sollozando.

"Y si tardas en hacer la quimioterapia, no tendrás la oportunidad de extirpar el tumor".

Respondí sonriendo: "Está bien, iré de nuevo solo por ti".

Pero por dentro estaba rota al pensar que tendría que someterme de nuevo a la quimioterapia.

"Cuando llegué a mi país, el médico canadiense que me estaba tratando allí dijo que estaba bien, pero que si venía, tenía que hacerme chequeos mensuales. Y si algo pasa y tengo que hacer la quimioterapia aquí, iría a Canadá para la cirugía".

Me dirigí a mi habitación para descansar un poco, y Liam me ayudó a subir. Me dijo "cuídate y descansa bien" antes de irse.

Entré en mi habitación, cerré la puerta y me acosté lentamente. Recordé el accidente y al mismo tiempo reaccioné que mi tumor seguía avanzando. Estaba triste y me dormí.

"¿Quién eres?" me dijo Liam al tocarme.

Me acerqué a Arlene y traté de abrazarla, pero ella no quería, solo se apartaba de mí. Estuve sentada agarrándome la mano y con miedo como si todo el mundo no me conociera o nunca hubiera existido en el corazón y mentes de las personas que amo. Hasta que llegó Dan Ho y me dijo "disculpa, perdóname amor por hacerte esperar tanto, por hacerte sufrir tanto y dejarte sola en estos momentos".

Después de eso, me sentí como si me estuviera hundiendo en un pozo negro sin fondo, ya no estaba él y solo veía desde arriba a mi familia gritando mi nombre y a mi hermano tratando de sacarme de allí. El agua negra no tenía luz y solo podía ver oscuridad. Lentamente, mi mente se nublaba y de repente vi dos luces que venían hacia mí. Reconocí a esas dos personas, eran mis padres diciéndome:

"Estaremos aquí para ti, te ayudaremos y nunca te dejaremos sola".

Después de recibir un cálido abrazo y besos en la frente de mi madre, me di cuenta de que estaba de vuelta en mi habitación. Lágrimas rodaban por mis ojos, y sentía la presencia de mis padres fallecidos cuidándome desde el cielo. Me acosté de nuevo y dormí profundamente. Al día siguiente, comencé la universidad y caminé por las calles de siempre para volver a casa. Repetí esta rutina durante dos días consecutivos, pero en el tercer día, mientras iba camino a la universidad, pasé por una pequeña tienda que resultó ser la casa de un amigo de la infancia. Me quedé allí un rato, y cuando él apareció, me sorprendió ver que no había cambiado en lo absoluto. Sonrió, salió y me preguntó cómo estaba. Le dije que estaba bien, aunque ya era tarde para ir a la universidad. Me pidió que lo esperara, y me sorprendió al decir que también iba a la misma universidad, pero a la facultad de derecho. Desde que éramos niños, Boki -como lo llamábamos por su nombre divertido que siempre me recordaba a mi postre favorito- y yo habíamos crecido juntos. Subí a su moto con su chaqueta y casco, y en ese momento, uno de mis deseos se hizo realidad. Recorrimos la ciudad en su moto, fue una experiencia grandiosa, aunque tuve que aferrarme fuerte para no caer.




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