( Alan pov ❤️ )
No entiendo, como mi mundo se giro en 5 días y se puso de cabeza, nada encaja, nada está bien, y la empresa está llena de proyectos y trabajo, al menos eso está bien, y es lo importante.
Tomo el teléfono y marco a recepción .
— Buenos Días, señorita Gutiérrez.
— Buenos días, joven Alan ¿En qué puedo ayudarlo?.
— ¿Ya la señorita Díaz, llegó a la empresa?.
— Si joven Alan, acaba de subir, con la señorita Vega.
— Oh, gracias señorita Gutiérrez, por cierto, cuando lleguen los hermanos Reynolds, por favor notificarme primero.
— Está bien joven Alan.
— Bien pase buenas, señorita Gutiérrez.
— Pase buenas joven Alan.
Termino la llamada y justo cuando iba a llamar a la causante de mi mundo alrevez, entra por la puerta.
— Benos días, joven Alan — dice sería.
— Buenos días, señorita Díaz.— respondo igual.
— Estos son los documentos, que fueron trasladados desde unas de las nuevas sucursal de la empresa, estos son los planos que el joven zair ha terminado de diseñar y estos son los planos de la señorita García de las habitaciones que serán remodeladas en el antiguo hotel.— dice dándome los documentos y planos, para ser revisados. Y si como les dije antes, mucho trabajo.
— Gracias, muy bien puede retirarse.— digo tomando los documentos para comenzar a revisarlos.
— Antes de retirarme quiero hablar algo importante, si no hay problemas.— dice sería mirándome.
— Oh bien, tome asiento — digo señalando, uno de los muebles.
— Gracias, quiero hablarle sobre mi contrato — dice directo, y así mismo llego esa última palabra a mis oídos nunca lo había mencionado, ¿Qué está pasando?.
— Sobre, ¿Qué? en especifico, ese contrato no ha sido nombrado desde hace varios años y tú nunca lo haz mencionado.— digo finalmente hablando informal, es que estoy muy sorprendido, ella nunca mencionó ese tema después de ese día.
— Si lo se, pero siempre lo he llevado pendiente, se que mi labor aquí no es para siempre, y se lo dije ayer joven Alan — dice con su rostro neutral, ¿Qué le pasó? Esta diferente y no deja de hablarme formal.
— Si, y recuerda que te respondí.— digo, confundido, e intrigado por su comportamiento.
— Lo recuerdo joven Alan y justo por eso quiero decirle, bueno informarle, que cuando acabe el contrato no estaré más en la empresa.— y esperen, acaba de decir que ya no trabajará más en la empresa, mi día no puede ser más difícil.
— Aún falta para que se cumpla el contrato, así que falta mucho para ello — digo viéndola y observando si cambia, pero su rostro sigue igual de neutral que cuando entro.
— No joven Alan, de eso justamente quiero hablar seriamente — dice observandome.
— Bueno ya estamos hablando, continua — digo ya más confundido.
— El contrato se vence en tres meses — dice viéndome esperando una respuesta, pero yo solo sigo viéndola, no entiendo nada, como que tres meses y que no estará más en la empresa, ahora sí que estoy confundido.
— No entiendo Alaia, ¿Cómo que tres meses? — digo ahora viéndola más confundido que antes.
— Si, aquí tengo la copia del contrato que me dieron — dice dándome un sobre. Lo tomo, abro y comienzo a leer.
— Es cierto — digo en un susurro. Es muy cierto, solo le quedan tres meses exactamente y no lo sabía, pero como mi hermano no me lo había comentado él es el que guarda los contratos, tengo que preguntarle y ver el original, si eso es cierto, ella de verdad se irá de la empresa.
— ¿Entonces?— pregunta, por saber una respuesta más amplia diría yo.— sabes que tienes que comenzar a buscar una nueva secretaria, yo te recomendaría a mina, pero creo que ella también se irá — dice, pero alto ahí esperen también se va mina, que está pasando aquí.
— ¿También se irá mina? — digo sorprendido y no es para menos desde cuándo, mi vida es un carrusel sin dejar de dar vueltas.
— Si, ya ella me lo había comentado antes, pero le dije que esperara a que yo me fuera igual, desde entonces ella a comenzado a buscar su reemplazo, con mi autorización ya que soy su jefa, en ese cargo.— dice y no lo puedo creer, desde cuándo pasan cosas en esta empresa y hasta ahora me doy cuenta.
— ¿Mi hermano sabe todo esto? — espero y la respuesta sea un rotundo no.
— Si — enserio, ¿Qué está pasando?.
— Bien, bueno, este — es que ni se que decir. Ya estoy enojado.
— ¿Aja?
— Puedes retirarte, ya me dijiste lo que dirías, y ya hablaste con mi hermano, entonces ya puedes retirarte. — digo tratando de no explotar, con ella, como es que aquí todos menos yo están enterados de todo esto. Espero y Zair sea la excepción o creo que explotaría.
— Bien, entonces me retiro.— dice parándose del asiento y caminando hacia la puerta.— otra cosa, joven Alan, el joven zair y su hermana, ya hablaron con su hermano, sobre mi reemplazo y del contrato, no tiene porqué preocuparse, solo deben de acordar el día de la anulación del contrato cumplido, pase feliz día. — dice y se va, cerrando la puerta tras ella y yo con toda mi calma, y sin nada de enojo y paz interior, que mierda estoy diciendo, estoy así y mucho más, tiro todo lo que estaba en el escritorio de enojo y justo entra el traidor.
— Creo que necesitas un trago — dice al ver el desastre y mi cara.
— Y otro amigo.— digo mirándolo enojado. Cojo mi saco, llaves y voy hacia la puerta. Veo que zair solo se me queda viendo que voy hacer.—¿ te quedarás o en verdad quieres que cambie de amigo?.
— Vamos — dice nada más y salimos. Y justo afuera se encuentra nada más la causante de mi enojo.
— Joven Alan, ¿Va a salir? — pregunta con mucha intriga y confusión.
— No Alaia voy a entrar — Escucho a zair reír ¿Enserio es mi amigo?.
— Señor le pregunto por..— se calla cuando ve que la veo seriamente antes de entrar al ascensor. ¿Escuché mal o en verdad me dijo señor?.