Te ayudaré a enamorarla

Capítulo 2-. Alumno de intercambio

Cuando Liam terminó de hablar salí corriendo rápidamente, justificando que debía ir a clases o si no llegaría tarde y el profesor de derecho laboral es muy estricto. Llego a la sala donde mis amigas Fefa y Kathe están hablando, respiro profundo ya que el profesor aún no ha llegado, me acerco a las chicas y ambas están riendo como niñas pequeñas.

— ¿Qué tanto hablan y se ríen?— pregunto divertida por sus rostros notoriamente iluminados.

—Tenemos compañero nuevo, es de intercambio— miro disimuladamente y cuando digo disimuladamente me refiero a que giro mi cabeza para todos lados buscando a algún chico que no he visto hasta ahora en clases.

Al final de la sala veo a un chico, el cual obviamente no pasa desapercibido aunque esté en el último asiento. Todas mis compañeras están sonriendo y mirando de vez en cuando al chico. Él está muy bien, no es Liam, pero está bien. Por su apariencia puedo concluir que es el típico chico malo y mujeriego de las novelas que he leído. Basta de comparar mi vida con un libro. Sacudo mi cabeza un poco.

—Es de España— dice Fefa muy emocionada— siempre he querido conocer ese país.

— ¿Desde cuándo?— pregunta una divertida Kathe.

—Desde que lo conocí— suelta un suspiro y apoya la cabeza en su mano. — ¿Cómo se llamará? ojala el profesor haga que se presente delante de la clase— muestra una sonrisa malvada.

— ¿Por qué se habrá venido a Chile a estudiar? — pregunto curiosa mientras lo quedo mirando inevitablemente.

—Quizás tiene familia— dice Kathe, Fefa y yo asentimos, nos quedamos calladas ya que el profesor ha ingresado a la sala.

—Buen día alumnos— solo la voz da miedo— formen grupos de 4 para hacer un trabajo que les entregaré de inmediato— dicho eso todos comenzaron a mover sus sillas— señoritas— dice cuando se acerca a nosotras— les agradecería que incluyeran a su nuevo compañero— una mueca de disgusto se forma en mi rostro.

—Por supuesto— dice Fefa emocionada y con una amplia sonrisa.

El profesor se va y se acerca donde nuestro nuevo compañero le dice algo, este se levanta, arrastra su silla haciéndola sonar y se sienta junto a nosotras.

Él no dice siquiera una palabra, solo se sienta y cruza los brazos. Nos queda mirando mientas el profesor nos pasa una hoja con preguntas sobre contratos, jornadas laborales, sueldos. El trabajo es aparentemente fácil. Partiendo bien el año.

Con mis amigas comenzamos a responder rápidamente, dividimos las preguntas para poder terminar antes y salir temprano.

—Te tocan...— empiezo a decir pero me doy cuenta que nuestro nuevo compañero se puso la capucha de su sudadera y está durmiendo ¡DURMIENDO!

Acerco mi mano con la intención de despertarlo pero soy detenida por Fefa.

—No lo despiertes, es cómo un bebé— a mi amiga le brilla los ojos. Mi boca se abre sorprendida.

—Tiene que hacer su parte del trabajo— no me gusta hacer los trabajos de los demás.

—Nosotras podemos hacerlo, quizás llegó recién hoy y por eso faltó a clases la semana pasada— Fefa tiene mucha paciencia.

Acepté hacer la parte que no me correspondía, solo porque quiero obtener buena nota, terminamos justo a tiempo para la siguiente clase, y a mí que me encanta tener un tiempo libre entre clases. Fefa iba a despertar al chico nuevo, pero yo la detengo.

—Déjalo dormir, es como un bebé— digo imitando sus palabras.

— Perderá la siguiente clase— dice preocupada por alguien que recién conoce, ni yo le preocupo tanto.

—Me da igual— Kathe se encoje de hombros y me sigue fuera de la sala— necesito ir al baño, guárdenme un lugar. — ellas asienten.

Al salir del baño de mujeres veo al chico que menos quería ver por ahora, del cual había escapado hace unos instantes.

— ¿Qué pensaste?— pregunta Liam —¿me ayudaras a enamorar a Kathe?

—Yo...yo ella es mi amiga, no puedo hacerle eso—menciono con nerviosismo de solo tenerlo cerca.

—Bueno piénsalo, pero te pido que la lleves a la fiesta de Scott— no respondo— haré cualquier cosa por ti, quizás un trabajo— yo niego— algo debe haber que te interese— si supieras que ese algo es alguien y ese alguien eres tú no ofrecerías ese “cualquier cosa”

—Es probable que vayamos a la fiesta— Fefa estará muy feliz con la noticia.

—Muchas gracias— me abraza y besa mi mejilla, casi no hay alumnos en el pasillo pero estoy muy sonrojada, lo sé, ya que puedo sentir el calor en mis mejillas. — Bueno nos vemos en clases el jueves— se despide y comienzo a caminar hacia mi siguiente clase.

—Hola, gracias por considerarme un bebé— dice una voz con un leve acento extranjero— pero eres mala compañera por dejarme ahí— se acerca rápidamente y me sigue el paso.

—Pensé que dormías—una sonrisa de disculpa fingida se forma en mis labios.

—Estaba despertando— dice aparentemente dudoso, lo miro extrañada y él se encoje de hombros mientras termina de bostezar. Era eso.




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