Ha pasado un mes desde la “Discusión” que tuvimos con Lucas y las cosas no pueden ir mejor, al parecer lo que vivimos ese caótico día fortaleció aún más nuestra relación.
Si bien no hemos aclarado nuestros sentimientos, Lucas no ha vuelto a mencionar el tema, tampoco ha dicho lo que siente por mí, pero prefiero las cosas así, con calma.
Diego tuvo que volver a Madrid, nunca entendí si entre él y mi amiga pasó algo. Kathe no me ha querido mencionar siquiera una palabra al respecto, la entiendo. Lucas nos contó que el chico apenas volvió a su casa, comenzó a salir con su antiguo novio, Diego creía que con un viaje lo olvidaría, pero al parecer las cosas no pasaron así, lo extrañaba demasiado y lo único que quería era estar con él nuevamente.
El trabajo que teníamos que realizar con distintos compañeros lo entregamos a tiempo, pero, debido a mi querida compañera Cheryl, nos sacamos la nota mínima, ya que no estudió ninguno de los apuntes que le mandamos y fue ella quien el profesor eligió para presentar el trabajo. No fuimos los únicos, Lucas y su grupo también tuvieron un 1. Si no fuera por Kathe, su equipo también hubiese tenido mala nota, pero le tocó presentar a ella y se sabía todo, obviamente.
La próxima semana iré a visitar a mi madre, me extraña demasiado y bueno, yo también a ella. Se acerca un fin de semana largo, así que aprovecharé para escaparme una semana completa.
—Te extrañaré mucho— dice mi novio muy cerca de mi oreja, mientras acaricia mi mejilla.
—Solo será una semana, bebé— y sí, lo llamo bebé abiertamente, aunque este delante de mis amigas.
Los recuerdos de cómo comencé a llamarlo así llegan a mí.
—La primera vez que nos conocimos me llamaste bebe ¿te acuerdas? — Lucas me mira con una sonrisa, burlándose, estábamos solos en la biblioteca, estaba leyendo un poco mientras él estudiaba antropología, yo le haría preguntas luego.
— ¿Piensas eso mientras estudias? — lo miro con el ceño fruncido, fingiendo enojo, ocultando mi vergüenza.
— ¿Lo recuerdas? — puedo sentir como mis mejillas van tomando color— ya veo que sí—dice riendo.
— ¿Por qué me recuerdas esas cosas? — lo medio regaño. Mi novio levanta las manos, queriendo decir que no lo hará más.
Seguimos concentrados en nuestras lecturas, luego de un rato creo que es tiempo de hacer las preguntas.
— ¿Estás listo, bebé? —le pregunto para molestarlo, me queda mirando, sus ojos brillan emocionados.
—Me encanta— se acerca a mí y besa mi mejilla.
Y fue así como mi vergüenza se fue, me encanta llamarlo así, aunque lo niegue a veces.
—Les tengo envidia chicos, ya basta — habla Fefa mientras se acerca a Scott para juguetear con él y decirle bebé, pero este frunce el ceño y la corrige diciendo que es su amor, a mi amiga le brillan los ojos de emoción.
—Estaré sola toda una semana— se queja Kathe, pero no para hacerme sentir mal, lo sé.
—Puedo ir a hacerte compañía. — ofrece Lucas amablemente.
Una oleada de desagrado me invade, está pasando justo como hace unos años atrás, Ignacio estaba triste porque yo me vendría y mi mejor amiga se ofreció a acompañarlo, lo que pasó entre ellos después, bueno, cosas que no quiero que pasen por mi mente.
—No te preocupes, Lucas— responde mi amiga amablemente— veré si conozco a un chico que pueda tener día y noche desnudo sólo para mí, así que no te atrevas a ir esa semana.
Todos nos reímos por la ocurrencia de Kathe, ella nunca ha dicho cosas así. Mi amiga me toma la mano y me mira a los ojos, ella sabe mi historia de amor anterior, sabe cuánto sufrí, todo lo viví con ella, agradezco con la mirada lo que acaba de hacer.
— ¿Liam está bien?— pregunto luego de un rato.
—Está un poco avergonzado por lo que pasó, el nunca querría hacerte daño, Grace, solo que bebió mucho, no lo justifico, pero a veces la gente hace cosas estúpidas cuando beben demasiado.
—Deberías decirle que este aquí con nosotros— habla el dueño de la voz más sexy y hermosa que he escuchado. Lucas ya dejó pasar lo de aquella vez, obviamente después de tener una seria conversación con él, donde se veía más que arrepentido.
—No creo que quiera Lucas— dice amable Scott— pero mañana le digo que almuerce con nosotros.
Asentimos en concordancia.
Lucas seguía abrazándome y haciéndome cariño en mi cabello, mientras debes en cuando comía algún bocado, yo terminé primero que él, y como no me quería soltar le empecé a dar la comida en la boca.
—Detente, que me enamoro.
—Cállate, idiota. — golpeo su brazo libre y él se pone a reír.