—Liam, necesito que me expliques inmediatamente lo que le sucede a mi amiga— exijo a Liam una vez que Kathe había salido corriendo a su habitación.
Él me queda mirando y niega con la cabeza.
—Lo siento Grace por decepcionarte, pero no le sucede nada, las hormonas del embarazo la tienen un poco bipolar— explica Liam en tono neutral, como si estuviera diciendo la verdad, pero yo sé que no es así, conozco a mi amiga.
Hace un gesto de disculpa y se dirige a la habitación de mi amiga. Lucas acaricia mi cabello con delicadeza.
—Tranquila, ya se le pasará— menciona con ternura— aunque, también me pareció extraño que saliera corriendo apenas mencioné lo de Diego.
— ¿Crees que ellos tuvieron algo? — inquiero y toco mi mentón. Lucas me mira, sus ojos están entrecerrados.
—Sé que Diego estaba muy confundido. Le gustaba Kathe, yo pensé que se quedaría por ella— se encoje de hombros— pero no pasó, según él tiene novio en España, sé que no es verdad. — menciona para luego hacer una mueca.
Sin poder eviatarlo mi mente recordó los días que Diego estuvo aquí, Kathe se veía tan llena de vida y feliz con su presencia, pero una vez que se fue, estaba triste y casi no me prestaba atención, sin mencionar que apenas lograba tomar apuntes en clases. Tal vez si ocurrió algo entre ellos que dejo afectada más de la cuenta a Kathe, quizás por eso se refugió en Liam.
—Deberías ir a descansar, te ves agotada— Lucas me ofrece su mano para ayudar a levantarme, frunzo los labios él estira sus labios para que lo bese, haciendo caso omiso a mi gesto de disgusto.
—Por favor, no me trates como si estuviera enferma, no lo estoy— ruego, él me sonríe. Pese a lo dicho tomo su mano, el me ayuda y me pasa sus manos por mi cintura.
—Está bien, no te trataré con delicadeza, ni tendré consideraciones, así que hazme de comer, mujer, tengo hambre— una carcajada sale de mi boca ante sus serias palabras. Una enorme sonrisa se forma en su rostro, sus ojos se achican y se acerca para besarme.
Sus labios aún están estirados, por su enorme sonrisa, pero luego de unos segundos estos me besan con pasión. Su comienza a subir con lentitud su mano hasta mi cuello, lo acaricia y profundiza nuestro beso. Lucas se separa de mí y me abraza posando su cabeza en mi hombro. Paso las manos por su cuello para abrazarlo.
—Te necesitaba, mucho— me sincero en los brazos del chico que más quiero.
—Yo también, amor— besa mi frente al separarse de mí— fueron solo unos días, pero no imagino cuanto sufriría si te llegara a perder, Grace, no podría ni siquiera seguir viviendo.
—Estas siendo dramático— digo divertida, el entrecierra los ojos y me queda mirando ofendido.
Me tira del brazo para volver a besarme.
La mañana a pasado lenta y aburrida, prácticamente tuve que obligar a Lucas para que fuera a clases y anotara a detalle todo lo que los profesores pasaban. Se fue con una sonrisa solo porque luego pasaría a comprar algo para que almorzáramos juntos.
Mi ceño se frunce al escuchar que golpean la puerta principal. Me levanto a regañadientes, arrastro mis pies hasta la entrada principal. Una sonrisa se forma en mi rostro al ver a Felipe, el cual tiene una enorme sonrisa. Inevitablemente miro sus manos, las cuales tienen un regalo con una gran cinta, siento como mis ojos se abren de emoción.
— ¿Cómo estás, Grace? — se acerca a mí y besa mi mejilla, luego me entrega el regalo—no sé si te gustará. — forma una amplia sonrisa, le hago una señal para que pase.
Hace tiempo que no habría un regalo, lo abro rápidamente, pero sin parecer desesperada. Es una enorme caja de bombones, tengo como para dos meses, bueno, conociéndome, un par de días.
—Muchas gracias, Felipe, adoro el chocolate— menciono para luego darle un abrazo.
Le ofrecí algo de beber y agradecí que me viniera a ver, había estado hablándome todo el día de ayer, por lo que tuve que explicarle porque no había contestado. Sin embargo me sorprendió que viniera, debía estar en unas horas en mi ciudad natal para trabajar.
— ¿Volviste con él? — pregunta para luego echarse un chocolate a la boca.
—Sí— admito un poco avergonzada, siento como mis mejillas se comienzan a teñir de carmesí.
— ¿Te sinceraste con él? — Lo quedo mirando seria— ¿cierto? — el frunce el ceño levemente. Una sonora carcajada escapa de mi boca al ver su rostro.
—Claro que sí, le dije todo lo que sentía.
—Me alegra verte feliz, creo que no había tenido la oportunidad de verte así— una sonrisa sincera se forma en su rostro.
Seguimos hablando bastante tiempo, yo estirada en mi cama y él sentado en la silla de mi escritorio. Hasta que un ruido proveniente de la sala me sobresalta. Es muy temprano para que...miro el reloj que se encuentra en mi pared y veo que he pasado mucho tiempo con Felipe conversando., el ruido debe provenir de Lucas y Kathe.
Lucas entra a mi habitación sin golpear y se sorprende al ver a Felipe, segundos después su ceño se frunce. Me mira esperando una explicación, pero no hago si quiera un gesto. Lucas suelta una sonoro resoplido y asiente lentamente, aun mirándome.