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Capítulo 1: El trabajo

—Hola Laura —me dijo el panadero.

 

Él siempre estaba cuando yo iba a comprar pan. La verdad es uno de los pocos que se sabe mi nombre de memoria, ya que mis padres no están, murieron de vejez. Mi madre y mi padre me tuvieron a los cincuenta y sesenta años, respectivamente. Ahora, ya pasaron dos meses, estamos septiembre y yo me he recuperado un poco, a los veinte sabía que ellos ya iban a morir en plazo de tiempo cercano, mi madre tenía una enfermedad al corazón, pero no sintió nada al morir. Mi padre murió de vejez, no tuvo una vida tan buena, y tal vez eso acortó su vida. Les extraño, pero lo estoy afrontando, además de que debo de aceptar las cosas.

 

Ellos eran cariñosos, la verdad es que yo crecí con todo ese cariño. Yo también les tenía cariño, recuerdo que no lloré en el funeral. Y sola tampoco sentí lástima. Tal vez es porque mi personalidad es ser seria; me río a veces si los chistes son ingeniosos y hechos con inteligencia; en una situación triste yo intento dar palabras de ánimo, a veces puedo cambiar mi tono, pero mi seriedad no es beneficiosa. Estoy consciente que es muy difícil que me moleste, ya que si alguien me irrita no le escuchó y si pasan situaciones para molestarse, yo tranquilamente y pensando les digo para que me hagan caso o solucionar las cosas.

 

Aprecio mucho el arte en todo sentido, la verdad es que yo no sé hacer nada de esas cosas, solo he estudiado mi carrera de Computación, Informática y Electrónica. En el colegio siempre fui ni más ni menos, éramos diez compañeros de clase, yo era la cuarta en los puestos de inteligencia y ética.

 

Primero estaba mi compañera, la primera de la clase, mis compañeros tenían la manía de llamar desde primer grado de secundaria a todo el salón sobre como tuviese su puesto, y mi maestra también lo hacía, así que era raro, pero yo los llamaba por apellidos y nombres. A veces seguro los llamé como los apodos, pero fue porque resultaba sumamente razonable ese sistema de nombramiento.

 

Bueno, a la señorita prodigiosa le decían "Primera", obviamente su apodo lo dice, era la primera de la clase, ningún error y siempre la nota más alta, además diez puntos agregados de los maestros. 100% sin equivocaciones, sociable y destaca en todos los cursos y actividades. Pienso aún que hay algo extraño en todo esto, pero no me quejo. Tiene muchos valores y virtudes, me cae bien, es buena con todos y aunque se reconoce, no es vanidosa o superficial. La conocí un poco y sabe hacerme bromas para reírme. Podría decir que es intachable, buena y perfecta.

 

Luego estaban "Segundo y Segunda", los dos jóvenes que tenían una misma inteligencia, tenían pequeñas fallas y un par de errores leves, pero así se igualaban. Ambos ocupaban segundo puesto, eran participativos y sabían hacer bien las cosas. Se podría decir que tenían un 85% de inteligencia y rara vez llegaban a un 90%. Me caían bien, aunque su competencia no ponía en riesgo su amistad. Pero no igualaban a la "Primera"

 

A continuación, estaba "Tercera", y si bien ella tenía la inteligencia y comprensión normal entre 75% a 80% de todos los cursos, era menos participativa que los "Segundos", pero llegaba a hacerle bien en las materias. Ella era muy buena persona y me caía bien, se reía de chistes sin sentido. Yo no le veía la gracia, pero ella sí. La pintura se le daba bien, pero no le llegaba ni a la "Primera" ni a los "Segundos". Era igualada en todos los cursos, y no tenía problemas en hacer actividades.

 

La "Cuarta" y el "Cuarto" era yo y otro chico. Y si mi intelectualismo es de 70% a 65%, junto con él. La razón que era así es porque yo el curso de Matemática la manejaba como los "Segundos", pero en otros cursos, menos inglés y la parte tecnológica de Ciencia, Tecnología y Ambiente, era simplemente horrible. No me gustaba y me salía todo muy pésimo. No me frustraba, pero casi pasaba en esos cursos. Además, cometía errores en esos cursos. El joven que me igualaba se equivocaba en casi todos los cursos, pero en algunos trabajos era algo bueno y también pasaba rozando.

 

Los "Quintos" era los dos jóvenes varones que tenían la inteligencia un 60% y 55%, se podría decir que no cumplían con la mitad de los trabajos, eran locos y más irresponsables. A pesar de eso, yo tomaba sus locuras de lado y les explicaba en el área de los números. Creo que así sobrevivirían o tenían un poco de inteligencia. Son respetuosos y algo indisciplinados. Pero espero que se lleven bien.

 

Las "Sextas" eran las peores. Bueno, tenían conocimiento de 50% a 45%, ya que hablaban entre ellas en la clase y eran chismosas. Además de que ambas tenían problemas en sus hogares y recibieron psicología. Ambas al inicio tenían un 30%, conflictivas, y se burlaban; pero gracias a esa ayuda en su mente, solo son chismosas y subieron su capacidad. Han mejorado y me caen un poco.

 

Soy seria porque así me acostumbré, yo con mi madre y padre no soy de lazos afectivos, conmigo misma diría que soy calculadora, algo amable, y sumamente respetuosa. Algunos pueden decir que soy matemática, seria, ignorante y calmada. Me considero ordinal y no tan original. Me gusta leer de números y fórmulas. Veo películas, y algunas son buenas, pero no me encantan.

 

Una vez que pude desayunar el pan con mantequilla y jugo de naranja, me levanté a dar un paseo. Siempre era gratificante ver la naturaleza u otra cosa para distraerse, estuve toda la tarde, luego regresé a mi hogar. Una casa en un campo, que es color crema y fue una herencia de mis padres, tenía segundo piso, y era con habitaciones esenciales.

 

Mandé una pequeña publicidad por mi computadora (ya que trabajo desde mi casa para mi empleo y para la empresa), hecha para un cliente, que quiere promocionar un nuevo producto al mercado. Luego me fui a dormir, con un té relajante de manzanilla. Estoy segura de que al cliente le vaya a gustar la escala de colores y los efectos del anuncio.




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