Todo comenzó una tarde sentado en mi despacho, me encontraba de espaldas a mi escritorio observando la cuidad por el gran ventanal que se hallaba frente a mí.
Una gran cantidad de documentos esperaban en mi escritorio para ser ordenados pero no encontraba el ánimo necesario para comenzar.
Tenía planes de ir a la panadería, llegar a mi hogar, e ir directo a la cama. Esos días estuve viviendo una presión increíble sin saber el motivo.
El próximo sábado llevaría el juicio de Darren Jones, culpable de todo lo que se le acusaba. Principalmente por secuestro y extorsión. Anteriormente había echado un ojo a su expediente, desde joven había comenzado con robos con arma blanca a comercios de su alrededor usando un pasamontañas negro para poder proteger su identidad. Pero un día los vecinos lo reconocieron, llevándolo ante las autoridades. Claro, no sin antes darle una buena paliza.
Siempre fui considerado uno de los mejores jueces, la gente me consideraba justo e inteligente, siempre un paso delante de los demás; con solo abrir el expediente de una persona lograba determinar si era culpable, o inocente.
Una persona culpable contiene antecedentes anteriores, ya sea por algo de un grado inferior, o con reportes escolares, en caso de asistir a la escuela.
Bien se dice "más sabe el diablo por viejo que por diablo". Esto es cierto, al paso del tiempo las experiencias se vuelven parte de tu vida diaria y comienzas a tomarlas en cuenta para la toma de decisiones. Si es que esto tiene sentido.
Nunca me agradó la idea de que una persona hiciera mi trabajo, así que si necesitaba realizar una investigación, lo haría por mi cuenta. En caso de ser necesario.
Esa misma tarde, adentrado en mis pensamientos, llamaron a la puerta, era mi secretaria al parecer y al entrar un folder de color beige reposaba en sus manos. Eso era lo que, al parecer, sería un nuevo caso.
—Señor, han mandado esto del juzgado, algo nuevo que menciona ser importante—al girar en mi asiento, pude observar a Sofía con esa sonrisa que la caracteriza, desde mis inicios en ese despacho había sido mi secretaria, ha estado al pendiente y es muy ordenada con su trabajo, aún a su edad, 26 años. Algo que me agrada de ella es su personalidad, nunca combina el trabajo con su vida personal, siempre vistiéndose y hablando correctamente.
—Déjalo sobre mi escritorio, por favor—como dije antes, no me encontraba con el ánimo suficiente para hacer algo. Volví a girarme en mi asiento para encontrándome nuevamente con el ventanal—. Si gustas puedes retirarte, muchas gracias. Dale saludos de mi parte a Steve y a la pequeña Mariana.
—Claro, yo les digo, con su permiso—no estaba observándola, pero escuché el sonido de sus zapatos resonar contra el piso de mármol seguidos del cierre de una puerta. No mencione que a su corta edad ya era esposa y madre, un error en su adolescencia, que la obligó a madurar a temprana edad.
Las veces en donde me senté a conversar de una forma no profesional con ella me dí cuenta que para ella no existe error alguno. Todo pasa por algo y no sirve de nada estar recordando a todo momento aquellos "errores", simplemente hay que vivir el presente sin preocuparse del pasado o el futuro.
—Mis padres me echaron de casa apenas se enteraron, nunca sentí su apoyo sino hasta que quisieron buscarme para "enmendar lo sucedido", pero no reparó nada. No me bajaron de una prostituta a la cuál dejaron preñada. Recuerdo bien sus palabras de aquella vez.
Decidí que no servía de nada estar perdiendo el tiempo, me encontré con la madera rojiza y comencé a trabajar.
Pasé al rededor de cincuenta minutos ahí, sin hacer ruido alguno. Lo único que lograba escuchar era el silencio. Hasta ese momento había estado ignorando el asunto importante que me fue entregado hacía ya una hora.
Llegado el anochecer decidí que era hora de rerirarme y sin demasiada importancia tomé mi maletín junto al saco que se encontraban en el perchero colocado a un lado del escritorio. Para después dirigirme al ascensor y posteriormente salir del edificio.
Cuando estaba por subir al ascensor algo me decía que volviera por aquel folder que reposaba sobre mi escritorio esperando para ser leído. Pues algo sorprendente me estaría esperando.
Editado: 08.05.2019