Noche de brujas y magia (parte 1)
-¡Hailey! ¡Ya es tarde, es hora de que salgas del baño!-grito golpeando la puerta del baño.
-¡Si querías el baño hubieras madrugado!-grita-Además, no llevo mucho tiempo.
-Estas ahí ya una eternidad.
-¡Exagerada!
-Incluso ya me salen canas de lo mucho que te he esperado-golpeo otra vez-¿Ya sales?-no responde así que sigo golpeando-¿Hailey? ¿Haaailey?
-Joder contigo Abigail. ¡Que ya salgo!-grita y se oye la ducha ser cerrada-¡Ni bañar me dejas!
-Pero si ya es casi media hora que estas dentro-me quejo mientras me dejo caer en el suelo y apoyo mi espalda a la puerta-y debo hacer muchas cosas. Buscar la comida, ver el lugar y su decoración, vestirme, ver a las chicas...
-Sí, sí, sí, entendí. Tienes muchas cosas que hacer. Pero para eso se madruga, floja.
La puerta es abierta de golpe y como consecuencia de ello caigo contra el suelo de espaldas.
-¡Oye!-me quejo-mi espalda se acaba de romper.
Se ríe y me da su mano. La tomo y niega la cabeza antes de irse con una bata de baño a su cuarto. Me sobo mi espalda y entro a ducharme.
Trato de hacerlo lo más rápido que puedo y así mismo salgo. Me visto con rapidez y me pongo los zapatos tratando de no caerme. Me aseguro de que mi disfraz este en la mochila y aun con el cabello mojado bajo rápidamente las gradas.
No veo la hora pero temprano no creo que sea.
-¿Ya te vas?-pregunta mamá apenas entro en el comedor.
-Sí, tengo que ver cómo está el lugar, ver si ya está la comida-murmuro de manera distraída cogiendo la manzana que me da-y llevar los adornos.
-¿Dónde Don Ángel?
-Sip, hemos pedido de una manera peculiar, así que no sé cómo salieron-miro la hora y abro los ojos-Tengo que irme.
-Supongo que te veo cuando la fiesta acabe.
-Sí, porque me cambiaré ahí mismo.
Con pasos apresurados salgo de la casa y apenas doy un paso afuera corro hacia la floristería. Me toma unos minuto y casi toda mi energía, llego con el corazón a mil y lengua afuera.
Él me ve por el vidrio y le doy una sonrisa. Se ríe al verme seguramente despelucada y se acerca para abrirme la puerta.
-Veo que el tiempo sigue sin ser tu fuerte.
-Nunca lo ha sido y creo que nunca lo será-me río.
-Tonterías, nunca digas nunca. Hace años lo decías y mírate ahora.
Se adentra hacia la parte de la bodega y saca varias cajas.
-¿Eh? ¿A qué se refiere?
-A que según tu nunca te llevarías bien con Cooper, pero veo que se llevan más que bien.
Siento mis mejillas colorearse.
-¿Q-qué? ¿De dónde saca eso? Él y yo no...
-De donde crees que saco la flor-me da una sonrisa divertida.
¡No puede ser!
-Usted... ¿el vino aquí?-pregunto atónita.
-Sí-sonríe-pareces asombrada. ¿Dónde más conseguiría una flor hermosa?
-No lo sé, solo que no pensé que él se la hubiera comprado a usted.
-¿Por qué te sorprende? ¿Acaso mis flores no son hermosas?
-No es eso-me río-Es solo que, sé lo que significan sus rosas-suelto-por lo que no es posible.
-Todo es posible en la vida, es lo que siempre le digo a mi Nina-abro la boca pero me interrumpe sacando las cosas de la caja-¿Crees que están bien?
Veo la calabaza de cera y sonrío al cogerla en mi mano.
-Están perfectos gracias-le sonrío y guarda.
Empaca todas las cosas y me acompaña hacia la puerta para poder pedir un taxi pero niego.
-No se preocupe puedo ir a pie. No está muy lejos.
-Pero estas con el tiempo ¿verdad?-no digo nada-niña obstinada toma la bicicleta de Nina y lleva las cajas.
-Pero...
-Puedes traerla mañana por la tarde, no te preocupes.
No me deja decir nada y lleva las cajas para ponerlas dentro de la cesta que está en la parte trasera de la bicicleta. Le agradezco y me subo a la bicicleta.
-Por cierto Abigail-le regreso a ver-¿sabes qué tipo de flor te dio Alan?
-No...
Sonríe.
-¿No sientes curiosidad de saberlo?
-Ahora que lo dice pues sí. ¿Qué tipo de flor es?
-Un lirio naranja.
***
Freno de golpe cuando llego a la entrada del colegio, muchos estudiantes están entrando y saliendo con diferentes cosas en las manos. Con cuidado paso entre todos ellos y me detengo en la puerta del gimnasio. Bajo y desamarro con rapidez las cajas y prácticamente troto para entrar.
-¡Abigail llego!-grita Penny y se acerca para coger mi mochila y las cajas-Yo me haré cargo de esto, tu supervisa que el sonido este bien.
-Okey-murmuro-por cierto asegúrate de que no se aplasten. Ahí está todo, claro cada uno en una caja separada.
-Bien, ahora corre, corre.
Asiento y camino rápidamente hacia donde están las chicas de decoración y les informo sobre que los adornos ya los he traído, ellas me informan que ya han adornado la parte del escenario improvisado y que solo falta las mesas y una que otra parte del gimnasio.
-¿Y lo de afuera?-no puedo evitar preguntar.
-Eso están adornando los chicos. No sé cómo les estará yendo pero confió en que estarán bien.
-¿Por qué lo dices?-murmuro leyendo el plan de la noche.
-Porque Alan les está ayudando-dejo de leer-Mira, justo están entrando. Seguro necesitan más adornos.
Aunque me debato en alzar mi cabeza lo hago, mi mirada de automático lo busca y cuando lo veo siento que todo se detiene. Las palabras de Don Ángel se me repiten y siento que no puedo dejar de verlo. Quiero ir y preguntarle si de verdad hizo eso.
Porque yo no puedo creerlo.
Sus ojos dan con los míos y siento que por primera vez, de verdad siente algo por mí. Ya no es una estúpida ilusión que mantenía de hipótesis algo absurdas y contradictorias.
Sus ojos ya no parecían tan fríos y aquella barrera que alguna vez hubo...pareciera que poco a poco se fuera derritiendo y por primera vez, nos permitiera mostrar quienes somos y como vemos al otro.