—¿Con quién hablas? —pregunta Darwin entrando y me dejo caer al suelo sonrojada —Oh, pequeña Abi, ¿qué haces en el suelo?
—Solo es Darwin…—murmuro aliviada.
¡Maldigo a esos gemelos! ¡A su hijos! ¡Y a los hijos de sus hijos!
—Decirlo de esa forma me ofende un poco, pero entiendo que esperas a alguien más interesante ¿eh?
—No, solo son tus amigos tomándome el pelo.
Los gemelos se ofenden y dicen que ellos también son mis amigos, pero los ignoro mientras acepto las manos de Josh y Darwin para levantarme. Sacudiendo mi ropa me sorprendo al ver mis mallas cubiertas de lodo.
Oh, si yo estoy así entonces…
Volteo de inmediato hacia Aidan y empiezo a reírme.
—¿Qué le sucede? —pregunta Aidan.
—Creo que la bugueaste —afirma Adrik haciendo que Aidan ruede los ojos.
Niego y me tapo la cara entre divertida y avergonzada.
—Tu pantalón…
—¿Qué está? —pregunta Aidan bajando la mirada.
El resto de chicos también lo ve, y Darwin con Josh sonríen mientras Adrik le señala y se carcajea burlándose de su hermano. En algún punto mientras los gemelos discuten, Darwin se agrega a la conversación.
—¿Por qué te sentaste el en suelo? —le pregunta.
Y me veo integrada también…
—¡Fue culpa de la pequeña Cooper!
—¡Yo no hice nada!
—¡Me pisaste!
—Pero no te hice caer, ¡tú te tiraste al suelo! —me encojo de hombros sonriendo —Espera, iré a buscar algo para que te limpies ¿de acuerdo? No tardo —camino, pero vuelvo a verlo —Oh, y no molestes a alguien más, podrías quedar cojo de verdad.
Aidan se ríe entre dientes y se queja, pero salgo riendo sin prestarle atención. Cierro la puerta y veo que el programa parece muy animado. Así que tranquilamente subo al segundo piso para entrar al baño y tomar pañitos húmedos con toallas de papel. Y al bajar sonrío pensando en como voy a molestarlo. Era una oportunidad de uno en un millón. Y podría cobrarme de al menos una de sus jugarretas. La sola idea… ¡me encanta!
—¿Qué estás haciendo?
—¡Dios!
Me volteo con el corazón acelerado y aprieto las cosas a mi pecho al notar que esta vez, sí es ese tipo que tanto temía ver.
—Cooper…
—¿Acabas de asaltar el baño? —pregunta mirando mis manos y luego asiente —Es por…
—¡No! —me tapo la boca al ver que he alzado la voz —A-aidan se ha caído en el invernadero, así que he tomado algunas toallitas para él. No me llevo todo —miro mis manos y enrojezco —se-sé ve así porque está desorganizado...
¡Dios! Me veo como una loca con papel en las manos. ¡Porqué ni siquiera lo he doblado bonito! Pareciera que me he llevado bastante.
—¿Se cayó?
Parece desconcertado, pero mi cabeza está maquineando la vergüenza, así que solo asiento y abro la puerta del invernadero.
—¿Vienes? —le pregunto —Están todos adentro.
Asiente y al entrar escucho a Aidan empezar a molestarme mientras Adrik le dice que se calle. Darwin y Josh hablan entre ellos hasta que ven el sujeto que cierra la puerta a mis espaldas. Se forma un silencio, no incómodo para el resto, ¡pero si para mí! Ya que, es de esos jodidos momentos donde todos evitan reírse mientras te ven.
Siento mi cara enrojecerse, así que me aclaro la garganta mientras le entrego las toallas a Aidan, pero él claramente no iba a dejar pasar la situación.
—¿Robaste todo esto del baño…por mí? —dramatiza —Estoy agradecido pequeña Cooper.
—¡No es tanto! Se ve así, ¡pero no es mucho! ¡Son solo tres toallitas secas y tres húmedas! Si están muchas ¡dámelas!
—Lo que se regala ya no se devuelve.
—¡Lo que te regalan no se critica!
—No fue un regalo, fue una compensación ¿recuerdas? —pregunta y mueve el pie de lado a lado —Fuiste muy agresiva cuando mencioné a…
—Martins —interrumpe Cooper —tus medias también están manchadas.
Bajo la mirada y quiero darme un golpe.
—Lo había olvidado.
—¿Quieres las tollas? —me pregunta Aidan —Son muchas, así que podemos compartirlas.
—No, gracias. No quiero.
—¡Oh, mujer! ¿Quién te entiende? —se ríe Aidan —Me gritabas porque querías tenerlas y ahora dices que no.
Voy a pelear de nuevo con Aidan, pero Alan extiende unos pañitos húmedos.
—Puedes sentarte ahí, y limpiarte —dice mientras señala la banca.
—Gracias.
Me sonrojo, pero sonrío cuando los tomo y camino hacia la banca que mencionó.
—A él si le acepta, ¿eh? Cogh —se queja ante el codazo de Adrik.
—Cállate y límpiate el culo —dice riendo Adrik —Agradece que te trajo algo, yo no te hubiera traído nada.
—Límpiame el culo hermanito.
—¡Te limpió y una mierda! —grita Adrik arrojándole una tolla húmeda, pero Aidan la atrapa.
—¡Oh, hablando de culos! ¿No quieres saber cómo terminé así, Alan? —Alan niega —¡Eso no sería divertido! La pequeña vice es alguien muy agresiva, me acuchillo con sus zapatos.
¡No lo acuchillé! Pero…viendo el tacón de mis botas, podría no estar tan equivocado.
Me sonrojo con fuerza mientras lo ignoro y continuo limpiando mis mallas.
—¿Te ayudo? —pregunta Cooper —Aunque no creo que salga.
Me sonrojo por su pregunta, así que bajo la mirada para notar mis mallas ya no tan blancas. Suspiro.
—¿Quieres que te ayude también, Aidan? —pregunta Darwin tomando un pañito seco —Anda, date la vuelta.
Aidan se ríe entre dientes y niega.
—Eso no fue muy hetero de tu parte. No, mi culito y yo estamos bien, gracias. Quién sabe que mierda planean hacer con mi cadáver.
—¿Eh? ¿No querías que alguien te limpiara el culo, hermanito? Anda, yo también ayudaré.
—¡Maldito judas! ¡Eh, eh, aléjense! —grita, pero es tarde. Adrik le tiene con ambos brazos tras la espalda, mientras Darwin se acerca con la toalla húmeda —¡Josh, joder no te quedes solo mirando! ¡No eres una puta estatua!