Ahora estoy en un campo soleado y colorido, el clima es cálido y el agradable perfume de las flores tenía un efecto relájate sobre mí. Apareces junto a mí y comprendo que es otro sueño.
Algo me decía que sería el último, estoy aquí para dejarte ir pero el miedo me inunda y un nudo se forma en mi pecho, no estoy listo.
Acaricias mi mejilla, tu suave tacto logra tranquilizarme.
« ¿Cómo voy a vivir sin ti?» susurro.
«Vivirás, y lo harás bien.» afirmas. Tus ojos brillas y sé que eres honesto.
Te levantas, una lágrima escapa y se escurre por mi mejilla sin darme cuenta, quiero decirte tantas cosas pero ya es muy tarde. Te alejas.
Guardo tu imagen en mi cabeza para dibujarte después y así jamás olvidarte, quisiera detenerte pero ya no puedo seguir aferrándome a un fantasma, te dejo ir.
Te giras hacia mí una última vez y me regalas una sonrisa, te veo desaparecer.
Más lágrimas escapan y dejo salir todo, al menos tengo la certeza de que ahora estas bien.