Te Quiero Para Mí

Capítulo 7

—Hola Jake —digo entrando al coche, donde me recibe el delicioso olor de su colonia, mezclado con el ambientador.

—Hola bombón —devuelve éste el saludo y se acerca para plantar un beso demoledor en mis labios. Me encanta ésta capacidad que tiene Jake de hacerme olvidar todo con un beso, es como mi droga, mi distracción. Es cierto que no quiero nada formal con él, pero mientras exista esta química entre los dos, no veo por qué negarme.

—¿Todo bien, cariño? —pregunta al separarse.

—Sí, todo en orden —digo mientras pone en marcha el coche y al mirar por la ventanilla encuentro algo que me hiela la sangre. En el porche de la casa está Adam, con la vista fija en nuestra dirección pero lo que más me incomoda es la sonrisa que adorna su rostro, que no es un gesto divertido, sino todo lo contrario, malicioso.

  Después de haber recorrido la ciudad, me encuentro tumbada junto a Jake en la cama de un motel. Desde mi posición puedo detallar su corpulenta figura, abdominales marcados, hombros anchos y brazos fuertes; el cabello rubio se pega a su frente por el sudor, que tambien recubre en una fina capa su cuello. Una sombra de la naciente barba le enmarca la mandíbula y sus carnosos labios están entreabiertos, producto del sueño en el que está sumido.

  Mi mente viaja hasta el momento en que Adam estaba sentado frente a mi durante la cena, sus ojos posados en los míos, no puedo evitar comparar la intensidad de su mirada con lo que siempre veo en Jake, un reflejo de mi misma, alguien que sólo busca diversión y placer. Adam ya me dejó muy claro de que no queda rastro de la inocencia que tenía 4 años atrás, siendo sustituida por la madurez correspondiente a su edad, sin embargo detrás de ella se esconde algo más, algo que me aterra pero a la vez me atrae averiguar.

  Miro el reloj de la pantalla de mi celular y éste indica las 12:36 de la noche, ya es hora de que me vaya, no quiero pasar la noche con Jake así que decido enviar un mensaje a Mariana:

Flaca ¿puedo dormir en tu casa? —y su respuesta no se hace esperar —Claro muñeca, ya sabes dónde está la llave.

  Me visto con mucho cuidado y salgo de la habitación sin hacer ruido, no quiero despertar a Jake a pesar de saber que mi huida no le molestará, ya está acostumbrado a mi ausencia luego de obtener lo que buscaba.

  Dentro del elevador mi figura es reflejada en los espejos que cubren las paredes y algo en particular me hace reflexionar, el collar que Adam me regaló aún cuelga de mi cuello, señalando con cuanto anhelo su recuerdo a permanecido en mi, por lo que decido quitármelo y guardarlo en mi bolso.

  Entro a casa de Mariana en silencio y recorro los pasillos hasta llegar a la puerta de su habitación, la cual está entreabierta.

—Hola.

—Pensé que no llegabas —dice poniéndose en pie y colocando el móvil en la mesa junto a la cama; últimamente no lo suelta, se pasa todo el día pendiente de él, como si esperara algo, o alguien.

—El taxi demoró un poco en llegar —camino por la habitación y voy hasta su armario, donde tomo el pijama que siempre guardo cuando duermo aquí — Estaba con Jake, no llevé mi auto —agrego y el rostro de Mariana cambia a uno de total sorpresa.

—Oh, creía que ustedes ya habían roto.

—Nunca hemos empezado y ciertamente creo que nunca lo haremos —con esas palabras doy por terminada la conversación y me dispongo a dormir junto a Mariana —Vamos a descansar Flaca, es tarde.

  La luz del Sol que entra por la ventana me hace saber que ya es de día y con mucha pereza trato de levantarme. Mariana no está en la cama, supongo que estará tomando una ducha, así que decido cepillar mi cabello hasta que llegue y yo también pueda refrescar mi cuerpo. Tengo el cabello rubio, desde pequeña mamá siempre ha cuidado de él e insiste en que no lo corte, por tal razón éste cae en forma de cascada hasta rozar mi cintura.

  Un teléfono comienza a vibrar en la mesa junto a la cama y cuando lo tomo en mis manos quedo asombrada. En la pantalla se lee una llamada entrante de alguien que conozco bien —Jake —pero la sorpresa es que ese no es mi celular, sino el de Mariana.

  El móvil deja de vibrar, lo coloco donde mismo y me paseo nerviosa por la habitación. Instantes después la vibración comienza de nuevo, avisando un mensaje —Quiero verte preciosa.

¿¡Desde cuando Jake le dice preciosa a Mariana!?

  Quiero tratar de creer que es una casualidad pero mi subconsciente no me lo permite. Él y yo no somos pareja, aún así sería muy bajo de su parte involucrarse con una de mis amigas, pero Mariana, ella no sería capaz de hacerme algo así, somos amigas, entre nosotras existe mucha confianza y respeto, no encuentro el motivo para que no me lo halla contado.

  Lo mejor es que me vaya, no me siento dolida, sin embargo esa sensación de traición está presente en mi interior. Recojo todas mis cosas, me coloco el mismo vestido de ayer para no perder más tiempo y salgo a toda prisa hacia mi casa, que por suerte está a unas pocas cuadras.

  Caminado por la acera pienso otra vez en lo ocurrido, permitiendo que una lágrima ruede por mi mejilla. Estoy tan decepcionada, años de amistad para que un chico lo arruine.

  Los seres humanos somos tan egoístas que muchas veces no vemos mas allá de nuestros propios intereses, sin importarnos el daño que podamos causar a nuestro alrededor.

  Estoy tan sumida en mis pensamientos que al levantar la mirada y darme de bruces con un rostro familiar detengo mi andar. Va vestido de negro y sus pasos hacia mi dirección transmiten seguridad, no le toma más que unos segundos estar frente a mi con rostro preocupado.

—¿Estás bien? —pregunta mientras con el dedo pulgar me acaricia la mejilla y limpia mis lágrimas. De mi garganta no salen palabras, convirtiéndose éstas en un nudo, haciéndome sollozar —No llores enana, nadie vale tus lágrimas —pronuncia atrayéndome a su pecho y envolviéndome en un abrazo. Su colonia inunda mis sentidos y el calor que emana su cuerpo se siente tan bien, tan correcto, que por primera vez desde que llegó logro ver en él rastros de su pasado, aquí en los brazos de Adam, me permito otra vez bajar la guardia.




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