Te quiero sólo para mi

Capítulo 8

Salgo rápidamente de la oficina sin esperar a Rodri. Necesito salir de aquí. Decido bajar por las escaleras para así evitar encontrarme con Lucas y entre lo rápido que voy y los tacones, voy a llegar a la planta baja rodando. Cuando salgo respiro tranquila y voy a casa andando, estoy tan cabreada que ni si quiera siento el dolor de pies que me producen los tacones.

Al llegar a casa, no hay nadie y en ese momento me doy cuenta de que no he avisado a Rodri de que me iba andando. Cojo el móvil y me encuentro 10 llamadas perdidas de Rodri, 8 llamadas perdidas de Ana y 2 llamadas perdidas de un número desconocido.

Llamo a Ana y a Rodri, como siempre se piensan lo peor, ya que no es normal que yo no avise de que vuelvo a casa andando, les tranquilizo. No les digo lo que ha pasado con mi jefa para evitar las típicas preguntas. No me apetece hablar del tema.

Voy a la ducha mientras en mi móvil suena la canción de Luis Fonsi y Daddy Yankee. Estoy obsesionada con esa canción, tiene un ritmo y una letra pegadiza. Me desvisto mientras canto y me meto en la ducha, el agua caliente me destensa los músculos y suelto un suspiro de alivio. 

Salgo, me pongo un chándal gris y una camiseta larga de Ana, me hago un moño deshecho y voy a la cocina a preparar la cena. Me apetece pasta, asi que hago macarrones con salsa boloñesa. Solo de verlo se me hace la boca agua. Me sirvo un plato y veo todo lo que ha sobrado. ¿Soy la única que cuando hace pasta siempre se pasa y hace comida para un ejército?. Lástima que Ana tenga guardia hoy, ella los devora en dos minutos.

Me dirijo al salón, pongo el plato en la mesa y voy a la estantería donde están las películas. No tengo ganas de drama, así que cojo "Suicide Squad". El personaje de Harley Quinn es mi favorito, sin duda.

Pongo la película y cuando me iba a sentar en el sofá, suena el timbre. Extrañada miro la hora, las 22:30. Voy a abrir y me encuentro con la persona que menos quiero ver en estos momentos, Lucas.

Con mi tono más borde, le digo:

-¿Que quieres?- Sorprendido por mi tono de voz, me mira extrañado.

-Traigo comida china y he alquilado una película en el videoclub, venía a darte una sorpresa.- ¡QUE MONO! pero no, lo siento, no quiero tener problemas con la zorra de su hermana. Bastante tengo ya con soportarla. Así que opto por seguir con mi tono borde y con una sonrisa mas falsa que una moneda, le contesto:

-No, gracias. Te agradecería que te olvidases de mi, no quiero saber nada de ti. Asi que adiós.

Le cierro la puerta en las narices y rápidamente me siento mal. Aunque me estoy jugando mucho, no creo que la Pitbull se entere. Le abro la puerta y me disculpo. Le invito a entrar y veo que me mira con una expresión extraña. Sin rodeos me dice:

-Sé lo de mi hermana. Estaba en la puerta de su despacho cuando escuche vuestra conversación. Por eso he venido, quería disculparme por su comportamiento. Me he peleado con ella, no tiene ningún derecho a decirte nada ni a manejar mi vida a su antojo.- Se le ve realmente arrepentido y a pesar de lo que me ha dolido lo que me ha dicho la zorra de su hermana, decido aceptar sus disculpas. Él no tiene culpa de nada.

-Tranquilo, no pasa nada. Pero no quiero que me vuelva a decir nada más, ¿entendido?- Digo algo ofuscada. Para mi desconcierto, veo que se esta aguantando la risa. Pongo mis brazos cruzados mientras le miro fijamente. 

-¿Sabes que estas muy guapa cuando te enfadas?- Me sonrojo y miro al suelo. No se porque, me da por sonrojarme. Parezco una niña. 

Me levanta la cara y me besa. Al darme cuenta de que lo que esta pasando, le sigo el beso. Cuando nos separamos, juntamos nuestras frentes y sonreímos. 

"Vale, definitivamente me gusta Lucas y mucho"



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En el texto hay: destino, celos, amor

Editado: 14.04.2018

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