Después de unos días maravillosos con Alex, vuelvo al trabajo. Como siempre, llevo la hora pegada al culo y el café me lo tengo que tomar de camino.
Llego suelto mis cosas y voy hacia el despacho de mi jefa, que por lo que he escuchado sus vacaciones con el churri de turno ya han acabado. Llamo dos veces a la puerta y no escucho nada, ni el típico "pasa" ni nada. Me doy la vuelta para volver a mi sitio para ponerme a redactar informes, y se abre la puerta. Miro discretamente hacia atrás y me quedo congelada. Lucas estaba tan condenadamente guapo que yo creo que le tiene que doler la cara y todo.
Me mira directamente y cierra la puerta de golpe. "Madre mía como están los humos, si este está así no quiero ni pensar como estará su hermanita la simpática".
No hago caso a eso y me dispongo a hacer mis cosas. Media hora después, veo un café con leche delante de mí. Levanto la mirada y me encuentro a Rodrigo sonriente.
-¿Que pasa que estas tan sonriente, has tenido un encuentro sexual desenfrenado con tu chico?- Digo mientras me bebo mi café.
-¡Jajajajaja! No, pero no estaría nada mal. Mañana lo hago que seguro que el día mejora.
Se abre la puerta y sale Lucas con cara de enfado.
-Señorita Ruiz esto no es la peluquería así que siga con su trabajo y si quiere hablar con su amiguito quede fuera de la empresa.- Me guardo los insultos que estoy pensando y me despido de Rodri. Este ya me esta tocando los ovarios.
Muchas horas y trabajo después
Mientras recojo las cosas para irme, recibo un mensaje de Alex:
Cariño, ¿te apetece cenita romántica?
Rápidamente le contesto con una sonrisa:
Por supuesto, ya voy hacia tu casa.
Recojo mi bolso y me voy al garaje. Me monto en mi coche y voy a casa de Alex. Me abre la puerta vestido con una camisa blanca que hace que se le noten todos los músculos junto a un pantalón vaquero que le hace un culo de infarto. Nos saludamos con un beso que hace que se me erice la piel.
Vamos hacia la mesa y me llega un olor increíble de la cocina, Alex llega con dos platos de espaguetis y una cara roja.