Te Quiero... Te Amo

ARMAS MÁGICAS

EMMA

Después de la discusión me retiré al jardín para entrenar con Melvin no quería ver a Alonso porque su sola presencia me producía dolor, creía que era un hombre que luchaba por lo que creía y no que simplemente dejaba fuera a las personas que considera débiles.

Melvin tenía una agilidad impresionante y aunque me costó concentrarme y adecuarme al ritmo de la lucha logré hacerlo, debo decir que termine más de mil veces en el piso y no me importo porque eso era parte del aprendizaje

Melvin me daba todos los trucos que conocía y me ayudaba a encontrar mis errores, eso me ayudo a poder mejorar y no caer tan fácilmente; a pesar que el combate era cuerpo a cuerpo esto me ayudaría para poder luchar con armas ya sea espadas, lanzas o incluso arco y flecha.

Yuli entrenaba con Diego y sentía envidia de la buena por ella ya que su pareja no se escondió dio la cara y la ayudaba; ellos terminaron cerca de las cinco de la tarde y yo decidí quedarme un poco más lo cual alegro mucho a Melvin.

-. Debes concentrarte – parecía conocerme bien porque siempre me mantenía con la mente en este lugar y lo que hacíamos

-. Lo siento – me ponía en guardia y trataba de esquivar o asestar algún golpe y lo logré le di un derechazo que a mí me apreció fuerte, él solo sonrió

-. Vas mejorando – que acaso a este hombre nada le dolía, se puso de inmediato en guarda e intentó devolver el golpe y logre esquivarlo a tiempo – bien ya tienes la agilidad ahora solo te falta contra atacar

Seguimos así hasta que la luna salió en medio del cielo que tenía muchas nubes como si de algodones de azúcar se tratara y nos sentamos a descansar.

-. Eres una excelente estudiante – sonreí tontamente por su comentario

-. Tengo un buen maestro – le devolví el cumplido

-. Estoy algo oxidado – miro a la tierra – pero tú eres buena, lo digo en serio – lo miré y solo encontré sinceridad en su mirada

-. Gracias – volví la mirada al cielo – es solo que duele – no sé si él entenderá lo que me refiero

-. Por favor – me tomo de las manos - conozco a mi hijo y él intenta hacer lo mejor para ti – eso me enojó

-. Pero es mi decisión – él asintió

-. Solo dale tiempo hay cosas que aún no sabes – aun había más secretos supongo que esto no acaba – por favor dale tiempo

-. Debo pensarlo – él sonrió

-. Eso es algo – me reí porque en verdad no me estaba negando

-. De acuerdo será mejor que vaya a descansar – me ayudo a levantarme

-. Toma un baño con hielo, para evitar el dolor muscular – asentí y fui por el hielo a la cocina… nunca me había gustado el ejercicio y la única vez que lo practique no podía ni siquiera sentarme y con lo que he realizado es más que obvio que tengo los músculos destrozados.

Me di un relajante y largo baño para estrenar la bañera y luego simplemente le susurre a la luna que cuidará de Alonso y no saliera lastimado en su tan absurda y peligrosa idea… el cansancio termino por vencerme y caí en los brazos de Morfeo.

ALONSO

Fui al estudio a revisar que todo estuviera listo para esta noche y tomar un trago que, aunque fuese fuerte no me quitaba el mal sabor de boca que tenía por apartarla, no tienen idea como duele ya que sabes que ella no te traicionara vivirá y morirá por ti… tu pareja soñada a la que no le encontrarías ningún defecto.

-. ¡CARAJO! – estrellé el vaso contra la pared esta impotencia me está matando

-. Por favor necesito que estas con la cabeza fría – Diego entra vestido de negro desde la cabeza a los pies

-. Es que acaso no viste su mirada de decepción – Diego niega 

-. La vi; pero ya es hora de que tú también le cuentes tus cosas no te parece – ella se arrepentiría de haberme conocido

-. Ella me rechazaría y es lo mismo que ahora, me quema – señalo mi corazón que al fin ha comenzado a latir

-. Si sigues así será mejor cancelar esto – su mirada seria me da el empujón que me faltaba

-. Vamos – me quite el saco y me coloque mi casaca negra

Usamos nuestra súper velocidad para llegar a la universidad y posicionarnos en el edificio de defensa civil, la brisa fría traía el olor de nuestros enemigos; nuestros cazadores una pareja estaban en el centro con nuestras características muy parecidos para ser verdad.

Podíamos distinguir unos treinta rebeldes en su mayoría vampiros y hombres lobo jóvenes, algunos demonios y magos. La sorpresa mayor fue ver a un par de guerreros elfos… desde el inicio de la vida ellos son pacifistas algo no está muy claro.

Parecían esperar la orden de alguien para atacar y nosotros éramos seis, es decir no consideraba que fueran muy peligrosos en el momento en que se acercaron a atacar; nosotros también descendimos para defendernos.

Algunos salían volando ya que cuando estaba en medio del furor de la lucha no controlaba mi fuerza y era en esas ocasiones en que aquel monstruo aparecía apoderándose de mi ser, mantenía a Emma en mi mente para ver si eso ahuyentaba el instinto asesino.

Podía sentir la mirada preocupada de Diego en mi espalda y eso empezaba molestarme cada vez más.

-. Debes tratar de hacer daño a la estructura – le grité par que se concentrara

-. Lo sé – me respondió y pude notar la preocupación en su voz

-. Pero mira nada más que pequeña joya me trae el destino hoy – esa voz me helo la sangre, y esta vez no dejaría que me atacara con la guardia baja

-. Digamos que es el destino – trate de sonar sarcástico porque a pesar que en pasado fuimos familia después de la muerte de mi madre… eso se acabo

-. Esta vez no tienes niñero – se mofó

-. Nunca lo necesite, él solo salvo tu vida

-. Bien – lo enfade eso es bueno – veamos qué tan fuerte eres sin nadie que dé la cara por ti – adoptamos la posición de combate y empezamos una lucha a ambos nos habían entrenado en la misma persona y en las mismas situaciones



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En el texto hay: amistad y amor, secretos, hadas y vampiros

Editado: 16.06.2022

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