Me gustas
Cuando mis ojos dan con el letrero del restaurante quiero llorar.
¡Al fin habíamos llegado!
Y es que nos había tocado regresar todo el trayecto y para cuando llegamos a donde nos equivocamos, mis intestinos se comían entre sí. Incluso sonó y miré mal a Antony cuando se rió.
-¿Hambre?
-Weber…
Y siguió riéndose.
No me avergonzó que oyera mi estómago y es que ser amigos por cinco años nos hizo compañeros de estudios, hambre y desvelos. Así que él podía verme con ojeras e incluso con tres días sin bañarme y me daría igual, porque ya habíamos visto mucho del otro.
-Adelante-dijo el mesero y nunca esas palabras me sonaron tan gloriosas.
Sonrío y noto como Anthony parece divertido por mi emoción.
Tomamos asiento y cuando nos traen la comida no pierdo tiempo y le encajo el diente. Sonrío cuando noto que está bien sazonada.
-Se nota que te gusta mucho.
-Esta buena.
-Y eso es extraño de oír, ya que sabemos que es difícil complacer a la chef Martins ¿no?
Me sonrojo avergonzada y Weber no pierde tiempo en reírse, pero esa risa es cortada cuando una joven mesera se tropieza y un plato de carne cae sobre Anthony.
-Oh, diablos-murmuro y veo como el cabello rubio de Weber ahora esta rojizo.
Me levanto rápidamente y con la servilleta empiezo a limpiar su cabello y rostro para evitar quemaduras, mientras, la chica no para de disculparse y con una toalla limpiar el saco de Weber.
-No te preocupes, estoy bien y esto es…
-El especial del menú.
Anthony prueba y parece pensar.
-Le falta un poco de orégano, un poco de…
-Disculpa ¿sabes de cocina?-le pregunta de manera curiosa la chica.
-¿Qué si sabe? ¡Él es experto en carnes amiga!-aseguro y sonrío al ver el rostro de Weber de nuevo de color blanco y no rojo.
-Un poco sí-dice algo colorado, esta vez no es por la salsa-Soy un gastrónomo.
-¡Oh, dios! ¡Por favor ayúdame con esto por favor! He intentado todo, pero siempre parece que no encuentro algo para darle el toque final. Por favor, cédeme algo de tu tiempo.
Anthony me mira y asiento sonriendo para que se anime y ambos caminamos a la cocina. Tomo asiento en una de las bancas y observo como todos le rodean mientras él procede a ver con atención antes de hacerlo a su manera.
Para cuando la carne esta lista, la chica le agradece y los demás cocineros le sonríen e incluso se ríen con él sobre una broma que hace. Sonrío por ello.
Sin duda Anthony puede entrar en una sala y salir con todos como amigos.
***
Llego al departamento y es tranquilo caminar a la par de Anthony en silencio. Estoy pensando en todo lo que pasó en esta cita y me es divertido, no sé que estará pensando él, pero al menos yo siento un cosquilleo en mi estómago que me hace imposible no sonreír.
-Esto fue una locura, pero fue divertido. Gracias Weber.
-A la orden Estefanía. Y si esto te gusta…espero tener más locuras al futuro contigo.
Sonrío levemente y asiento. Estoy por voltearme, pero su mano toma la mía y lo miro, va a decir algo, pero en su lugar se ríe.
-¿Qué sucede?
-Acabo de ver a Sara esconderse.
Mis labios se aprietan antes de empezar a reírme. ¡Oh, mi Sara! Anthony también se ríe y aunque vemos la ventana ya no hay rastros de ella de nuevo.
-Antes de que Sara apareciera-dice de manera baja-quería pedirte una tercera cita. ¿qué me dices Estefanía?
-Estas dos citas han sido divertidas Anthony…así que sí-sonrío levemente-quiero tener una tercera cita contigo.
Su sonrisa es inmediata y cuando veo que se acerca mi corazón se detiene ¿Va a besarme? Me quedo quieta, pero estoy tan tensa que cuando sus labios rosan los míos me duele el cuello.
Anthony se da cuenta de ello y desvía disimuladamente hacia mi mejilla, donde deposita un suave beso tierno.
-Buenas noches.
-Buenas noches Weber.
Se aleja sonriendo y yo procedo a entrar al departamento, subo el ascensor y abro la puerta para gritar el nombre de Sara, quién saca la cabeza del sofá sonrojada.
-¡Lo siento! ¡Te juro que solo iba a gritarte para molestarte! ¡No conté con que Weber vendría!
La miro con seriedad fingida y luego empiezo a reírme.
-¡Sara! ¡Dios, te amo!
La abrazo empezando a reír y ella sonrojada balbucea que de verdad no quería avergonzarme.
-No importa Sara, yo te quiero como eres. ¿O yo te molesto por cómo soy?
-No-responde sin dudar.
-Es lo mismo conmigo Sara, ¡me agradas así!
Parece aliviada y me abraza pareciendo más tranquila.
-Ahora dime ¿Qué tal la cita?
Sonrío.
-Creo que tengo química con Anthony.
Sara soltó un grito al oír eso.
***
-¿Por qué tan seria?-pregunta Anthony y toca mi ceño fruncido alisándolo-Vas a arrugarte.
-Es que quiero cometer homicidio.
-Genial, sé dónde esconder el cuerpo.
Sonrío de forma inmediata y empiezo a reír.
-Gracias, creo que eso necesitaba.
-De nada, ahora ¿por qué quieres cometes asesinato?
-Los de la música acaban de disolverse y se han desquitado conmigo ¡cómo si tuviera la culpa de que entre amigos estuvieran compartiendo mosa!
-Espera, ¿estaban saliendo con la misma chica?
-¡Sí! Y ahora están peleados y yo tengo que pagar los platos rotos porque no hay música para lo de hoy.
-No sé tocar ningún instrumento.
-Yo tampoco, así que tengo que buscar un entretenimiento para el evento de hoy. Por suerte es un aniversario laboral y no una boda.
Me lo pienso y en ello veo a Sara bailando y veo a Anthony.
-¿Estás pensando lo mismo que yo?
-¿Sobre Sara?
Asiento y camino hacia ella.