Una gallina peculiar
De acuerdo, debía empezar a respirar.
¡Mierda! ¡¿Cómo se respiraba?!
-Inhala…exhala…-me susurro y asiento.
Mientras trato de recobrar la calma, cierro lo los ojos y para cuando los abro, tengo en primera plana mi casa.
-Oh, mierda.
Trago saliva y suelto el aire de manera temblorosa. Me decido entrar y aunque no sea valiente, me encamino con cara alta hacia ella, toco el timbre y…entro en shock.
Ah...ah...¡AH, ESTOY LOCA!
¡¿Qué demonios pensaba?! ¡No tengo ni idea de que hacer! Es decir, ¿qué le diré a mi familia?
No creo que: ¡Hola! ¡Sí, soy yo, la desaparecida casi cinco años! ¡No me maten!
¡Seguro me matan y con más ganas!
Paso una mano por mi cabello tratando de mantener mi escaso autocontrol y miro hacia los lados. ¡Lo que no ayuda porque todo está cambiado! Y me tiene abrazándome sintiendo el miedo colarse por mi cuerpo. Es como ver algo nuevo, pero peor, ya que nada de lo que conocía ahora existe.
Temo incluso haberme equivocado de casa…
Los segundos en espera se sienten incluso más largos que una llamada en servicio al cliente. Y me doy la vuelta dispuesta a irme cuando un grito me detiene.
-¡Voooy! ¡No te vayas sujeto que no le da respiro al timbre! ¡No quiero que destroces más...
La puerta se abre, y sé que la razón de cortar su frase es verme de espaldas. Apuesto que esa ya no tan adolescente vira la cabeza con curiosidad ante mi cabello más claro.
>>Uhm ¿quién eres?
Parpadeo para evitar mis ojos brillosos y una sonrisa temblorosa ocupa mis labios.
-¿Quién crees que soy?-respondo dándome la vuelta.
Ojos desorbitados, pasos hacia atrás y una mala palabra es el recibimiento por parte de Hailey.
-¡Santa mierda!-balbucea-¿A-abigail?
-Sí...
-¿Fantasma? ¿Ilusión? ¿O real?
Río nerviosamente. ¿Me preguntas porque me quieres matar?
-Creo que por el momento soy de carne y hueso, así que real.
-T-tú...tú ¿de verdad estás aquí?
-Sí, Hailey...yo...
¡Por favor no me mates!
Decir eso, me ha costado, ya que mi voz se quiere cortar. Y creo que es también su caso porque no logro ver bien su expresión, pero por un segundo noto el brillo de sus ojos antes de tenerla rodeando mi cintura en un abrazo.
-Maldición, si eres real-dice medio entre broma y medio llorando-¡Joder! ¡Cuándo mamá te vea...te va a colgar!
-¡Lo sé!-río llorando.
-¡Espera!-se despega de golpe y entra en la casa, me hace señas-¡Pasa, pasa! ¡Ben!-mi corazón se detiene-¡Ben! ¡Oye enano, baja! ¡Pero métele nitro a esa bajada!
Esta eufórica, sus ojos iguales a los míos se encuentran brillosos y no es por arruinar el momento, pero...su actitud me desconcierta. Hailey se oía cabreada conmigo y pensé que me cerraría la puerta en la cara al verme.
Pero...extrañamente parece contenta.
>>¡Oye! ¡No te aproveches y hagas trampa! ¡Si me matas nunca te prestaré mi avatar de nuevo y tampoco...
-Espera, espera Hailey-le retengo cuando va a subir las gradas, me regresa a ver y me avergüenzo-¿tú...no estabas molesta conmigo?
-¿Viniste por eso?-parece divertida-No has cambiado...pero no, como te dije por llamada, solo estaba preocupada y a eso súmale que tuve que tratar con una estrella problema-rueda los ojos-Quise convertirla en payaso en lugar de una reina. ¡Ojalá le hubieran puesto la reina del drama! Le hubiera quedado perfecto el papel.
Aunque su sonrisa sea malévola, también suena a excusa y quiero preguntar más, pero la puerta del segundo piso es abierta y se oyen pasos.
-¡Ya salí Hailey! ¡Y no te estaba matando, solo jugaba!-se excusa-Así que no dejes de prestarme tu avatar, el tuyo es más bonito que el mío.
Por estar soltando quejas y apoyarse del pasamano, no me ve hasta que baja por completo las gradas. Cuando su mirada da en nuestra dirección, sus ojitos se abren.
Sé lo que él ve. Una chica mediana de cabellos más claros que castaños y que a diferencia de su hermana, ya no usa solo ropas de colores con animales estampados y viste decente, cosa que se debía más a Sara que a mí.
Y lo que yo veo, ya no es un pequeño risueño que gritará mi nombre y correrá a abrazarme, porque Ben ya no tiene por completo la cara de bebé y menos parece tener reacción feliz al verme.
Ben, mi pequeño...
Su cabello es incluso más oscuro, seguro se parecerá más a papá. Y yo quisiera abrazarlo...
-¿Qué hace ella aquí?
Su pregunta me duele, pero la entiendo y me detengo. Reprimo mis manos y mis sentimientos tomando aire lentamente.
Sí, esta es la bienvenida que esperaba.
Y aunque estuve mentalizándome para el golpe, mi barrera se agrieto.
***
Si me preguntaran si me arrepiento de algo, claramente tengo una larga lista.
Pero...no por ello me arrastraré toda la vida.
Sé que conseguir la beca no era excusa para no volver. Y soy consciente de porque lo hice y que mis miedos son los que me han puesto en esta posición. Y aunque mi firmeza vacila al ver el desprecio en los ojos de Ben, no puedo y tampoco cambiaría el pasado.
Dicen que conocerte y saber tus miedos te hace ser más fuerte. Creo que eso depende de la persona, porque yo fui consciente de los míos y en base a ellos, cree todo esto.
Pero saber los posibles finales, no disminuye y tampoco acentúa el golpe. Lo sé, lo tengo claro desde años atrás, cuando a pesar de que era consciente de que pasaría, me dolió igual.
El rechazo de Ben era normal, cuando alguien apegado se va y luego vuelve queriendo hacer que nada pasó, sí, que sus ojos me vieran de ese modo era una reacción normal. Sin embargo...duele.
Es mi niño.