Capítulo 11 "¿Uno? ¡Dos por favor!"

¿Uno? ¡Dos por favor!

-¡¿E-están casados?!

Mi grito demuestra que tan incrédula de la situación estoy y también el mismo me gana la mirada extraña del resto.

¡Pero es que es entendible! En el colegio ellos eran como perros y gatos ¡incluso él era recio a acercarse a ella! ¡Por dios, se pelearon en el día de los inocentes, San Valentín y la lista seguía!

¿Cómo es que...-miro sus manos.

¿Cómo es que eso-miro a la niña.

¡¿Cómo eso pasó a esto?!

-¡No!-gritan al mismo tiempo.

-P-pero el anillo...

¡Ella está usando un anillo en ese dedito!

-Siempre he tenido la costumbre de usar anillos en ese dedo-ríe sonrojada-Y no es la primera vez que me ha traído malentendidos.

Ambos miran la mano de ella y por un segundo parecen compartir recuerdos porque sonríen.

Momentos de pareja supongo...

Esto es incómodo, principalmente porque es algo que ciertamente no me lo esperaba. Y mientras trato de asimilarlo, Verónica parece notar mi obvia cara de “¿Qué está pasando aquí?” Porque se separa de él y se apiada de mí.

-Greg, crees que puedes dejarnos unos segundos, te alcanzaré en un rato.  

-Claro, ¿me llevo a Alex?

-No, está bien. Yo lo llevo, pero puedes ir con Roxan por un helado.

Gregory asiente y se lleva a la niña en brazos, antes de irse me da una sonrisa y un ademán con la mano de despedida que respondo igual.

Verónica se aclara la garganta y le regreso a ver.

-Es increíble ¿cómo lo hiciste?

Mi boca cotilla es la que dice de manera imprudente eso, y al darme cuenta de mi error, me cubro la boca.

>>Lo siento.

Por alguna extraña razón ella sonríe, como si mis palabras le calmaran.

-No te preocupes, yo tampoco sé cuál amarre hizo efecto-se ríe ante mis ojos abiertos-Pero ese no es un tema que sea de tú interés ¿verdad?

-Tienes razón, felicidades por ustedes…

-No te molestaré más, no te interrogaré y no te buscaré.

-¿Qué?

-Solo asiste a la despedida de soltera de Sofía. Es tu amiga ¿no? Deberías estar en su día especial también.

-No lo creo, ¿me estás chantajeando?

-No, solo te doy una advertencia-¡Qué considerada!-No te diré nada más. Si vas o no, depende de ti al final. Pero Abigail, todos se cansan de esperar. Si te quedas, espero seas inteligente. Pero si vuelves a correr...-se acerca a mi oído y susurra-no pienses en volver.

Mis labios se abren, pero ella continúa.

-Y Martins…aunque no quieras, alguna vez se sabrá la verdad-mis labios se aprietan y ella sonríe-solo debes alistarte para ella, y hablaría un poco más, pero alguien espera por ti.

Miro detrás de ella a Ben, quién se hace el distraído.

>>Fue un gusto volver a verte-sonríe-Nos vemos luego...o no. Sea como sea, esto será divertido ¿verdad?

-¿Abi?-pregunta Ben a mi lado, no me había dado cuenta que se había acercado-¿Ya nos vamos?

-C-claro.

Cris enfoca su vista en Ben y aunque entrecierro mis ojos por si suelta algún comentario desagradable, la sonrisa que muestra y como se agacha, me sorprende.

-¡Hola enano!

-¿Bruja?

-¿No me reconociste?-ríe-Me estabas matando con la mirada-nota que Ben parece curioso por el niño en el coche-¿Quieres ver a Alex?

-Sí, por favor.

-Eres adorable-ríe y mueve un poco la manta para que se vea la carita durmiente del infante-¿Parece un muñeco verdad?-Ben asiente-Será tu competencia cuando seas grande así que pilas.

Ben hace una mueca de la que Verónica ríe y se levanta. Me tenso cuando estira su mano y acaricia la cabeza de Ben despeinándolo.

¿Qué?

>>No te preocupes, siempre serás nuestro enano preferido-sonríe y me ve-Me tengo que ir, Greg me está esperando.

-¿Vino Roxan?-parece asustado.

-Sí, pero se fue-ríe-respira. Nos vemos luego y-chasquea los dedos-te traje chocolates de distintos países, pero no pensé verte hoy así que para la próxima ¿de acuerdo?

-De acuerdo-sonríe-nos vemos.

Verónica mueve la mano en forma de despedida y se aleja conversando con el bebé en brazos.

-¿Así que te gusta el chocolate?-le pregunto a Ben.

Se encoge de hombros.

-Sí, ¿a ti no?

-Prefiero el helado-río-El chocolate me empalaga, pero anotaré esto.

Me mira extrañado.

-¿Para qué?

-¿Cómo qué para qué? Para comprarte chocolate. 

-Has lo que quieras.

Se da la vuelta y empieza a caminar, pero aun así noto sus orejas sonrojadas.

-¡Ben! ¡Oye, espérame!

-Caminas muy lento.

Río y corro detrás de él. Pongo mi mano sobre su cabeza sorprendiéndolo, pero rápidamente le quito la mochila y le sonrío.

Se sonroja más, pero murmura bajo “Gracias”.

Sonrío.

-No es nada.

Y no lo era, comparado con cómo éramos esto es relativamente nada.

Incluso Verónica es más cercana a ti que yo...

Ni siquiera sé desde cuándo te llevas tan bien con ella.

Y aunque hay leve molestia con curiosidad porque nunca puedo entender su forma de actuar, sin duda hoy me ha ayudado como puesto una soga.

“Si te quedas, espero seas inteligente. Pero si vuelves a correr...no pienses en volver”

Directa, fría y a la defensiva, como antes. 

Solo que esta vez...me está dando un espacio para entrar, si no lo aprovecho estoy segura que jamás habrá algo igual.

Verónica lo sabes...incluso creer que no lo haces sería absurdo. Entonces él también lo sabe.

Ahora ¿desde cuándo?

Seguro desde esa noche, cuando nos gritamos. Ella parecía furiosa, seguro ahí...sí, seguro fui muy obvia.

Lo sabía...

Él estaba enterado de todo.