“¡Quién demonios eres ¡”, me respondió con un puñete en la cara el cual me dejo inconsciente… cuando desperté vi a un ángel sentado a mi lado se veía preocupada, pero en realidad era solo ella…
“no, sabía que reaccionarias de tal manera” solté una risita. Intente tomar su mano…
“se ve que estas muy bien, señor”… Pero esta vez me respondió con una llave.
“¿no quieres que te invite a comer?”…
Espera porque estoy diciendo esta clase de cosas…
“si, con eso consigo el trabajo, si…”
Un silencio abrumador cubre el ambiente…
“solo era broma, claro que si”
Salimos en ese momento al restaurante más cercano, por alguna razón ella me recordaba a alguien, a alguien que desbordaba mi corazon de nostalgia y felicidad.
“oye, quien es tu chico ideal?”…
“El que sea un chico”
Me dijo con un chiste de mal gusto, aunque para no perder la sincronización me reí…
Pero después de unos minutos me regreso a ver y me dijo “Erick”…
Sonrojada y apretando al tenedor con fuerza…
Ya sabía que se podría tratar, pero después de todo soy un masoquista...
“y quien es el?... como para que te haga sonrojar”, mientras intento darle un beso en el cachete levanta su mirada al frente, me empujo con tal fuerza que caí, salió corriendo y abrazo a un muchacho algo apuesto…
Su test a diferencia de ella era morena, sus ojos negros y cabello ondulado castaño claro, medirá aproximadamente 1,88cm.
Se me acero, tomándolo del brazo, lo que me molesto un poco
“él es Erick”, me dijo con una gran sonrisa…
A él tampoco le hacía mucha gracia, el hecho de que estuviera tan contenta.
Nuestras miradas se cruzaron por un momento, y pareciera como si un trueno saliera de ambos.
“bueno adiós”…
“adiós”…
Ya se fue con ese chico, y a la final no le pude preguntar quién era , ni pagar la cuenta…
Llegue a casa demasiado inquieto, no la había visto nunca antes, pero era como si mi corazon la habría visto de hace siglos... O al menos años…
Me quede dormido y finalmente mi abuelo me dijo lo último:
“el hilo solo te conducirá a esa persona especial, son muy pocas las veces que los sentimientos son mutuos… y cuando eso sucede el hilo se rompe totalmente, y solo queda una amistad algo quebrantada”…
Sonó la alarma y ya son las seis de la mañana, y me toca despertarme temprano hoy…
Y mi corazon no para de latir, y se la razón, quiero verla todos los días, y llevarla conmigo, esta vez… iré a la vía de ayer.
Otra vez esta con su bicicleta, torpemente manejando…
“hola… te llevo, ¿Qué te parece?”…
“bueno, es mucho más fácil…”, lanzando su bicicleta a un extremo de la calle…
“oye, si viste como en la televisión pasaban el show de talentos… y en la cual aparecían personas haciéndose llamar Thalía”…
Se ve muy feliz hablando sobre ello.
“bueno, ya llegamos…”
“si, tienes razón, adiós”…, por un impulso casi sobrenatural la detuve tomándola del brazo.
“¿Qué sucede?”, me dijo nerviosamente.
“vamos a comer en el almuerzo”…
Se quedó pensativa un rato, y comenzó a babear un poco.
“¿en el mismo lugar de ayer?”….
“claro, si así lo quieres”…
“bueno entonces nos vemos”…
Siento como si estuviera en la luna flotando con miles de pájaros alrededor, aún no he tenido la oportunidad de preguntarle su nombre, pero hoy lo hare…
“despierta Víctor, tienes que poner más atención al proyecto… el cual no has avanzado nada”…
Y me pego coscorrón.
Como no sabía en dónde encontrarla, la espere en el estacionamiento, para llevarla en el auto, a lo que me tomo de la mano,
“vamos caminando, el estacionamiento suele estar lleno a estas horas”.
El que me tomara de la mano, me hiso sonrojar y no pude decir una palabra en todo el camino, y ella solo hablaba de los canales de televisión.
“ya llegamos”. Grito y me halo.
“dos pizzas por favor”, y sin que me diera cuenta se acabó todo lo que estaba en la mesa.
“estamos llegando tarde”, me grito…
Como prometí pagar la cuenta, saque mi billetera, pero me di cuenta de que no había nada, ella rebusco en sus bolsillos y con una carcajada me dijo:
“dijiste que tu pagarías así que no tengo dinero”…
Me daba mucha gracia pero al hombre, de la cuenta no, así que con una sombría mirada interrumpió nuestra charla:
“entonces… uno de los dos se quedara fregando platos el resto del dia”, yo sabía que si ella faltase al trabajo, no sería perdonada, en cambio yo, era el hijo del dueño, así que no pasaría nada…