Me parecía una persona sin gracia, pero su trabajo es el que siempre anhele pintar para alegrar a las personas…
El no solo tenía la persona que amo si no que él puede hacer lo que yo más amo… pintar.
“vamos, amor” le dijo Erick, mirándome fijamente…
En ese momento mi corazon se dio un sacudón como nunca, y me di cuenta de que lo que sentía no era preocupación por su torpeza, amistad, o simplemente un gustar.
Lo que yo sentía era algo melancólico y hermoso, algo que me lastimaba y me ahcia feliz… yo lo que sentía por ella era algo como amor…
Ese dia estaba tan contento caminando a la oficina. Ese dia mi padre y su socio, actuaron como si nada pasara. Aunque probablemente era lo que más les convenía.
Ese dia por primera vez mi padre me pidió que lo esperara…
“esa muchacha te gusta hijo” fue lo que me pregunto…
Yo lo negué, pues no le tenía mucha confianza…
Esa noche volví a escuchar lo mismo…
“el hilo, no son los sentimientos”…
Y desperté en mi cama a las seis de la mañana, yo todavía no puedo, ver la cara de la persona o le lugar en el que me encuentro…
No he podido dejar de pensar en ese sueño todo el tiempo y sin embargo, no puedo detenerme del trabajo, en el despacho también están un poco difíciles las cosas, no puedo hacerme cargo totalmente…
Ese dia, recibí una llamada luego de mucho tiempo, era allí.
“donde nos podemos ver?”
“en el restaurante de al lado del restaurante de la empresa”…
Ese día salí lo antes posible, pero no pude salí a las nueve de la noche y la hora acordad fueron las siete, al llegar al restaurante creía que sería imposible el que estuviera ahí.
Pero la encontré dentro de su auto. Me dijo.
“te espere tanto que ya cerraron, y me puse a esperarte en mi auto”…
“lo siento, no me dejaron salir”…
“no importa”…
“vamos a mi casa allí, te invito”
“bueno, vamos”…
Pasamos hablando hasta la media noche y como siempre había confiado en ella, asi que le conté todo de verónica…
Creí que de esa forma dejaría de desbordase mi corazon, pero al contrario, el dolor en mi pecho, no paraba.
“asi… que ya olvidaste a la pelirroja”
Me dijo ella, con una mirada demasiada melancólica, una mirada que nunca había hecho denotar en su rostro.
“me dijiste, que no te creías capas de amar a nadie más… y… en verdad eres muy cambiante”
Se levantó de la mesa, y se fue. Yo trate de detenerla pero ellos solo supo llorar.
Yo no entendía nada, asi que decidí ya no interferir más.
Esa noche no pude dormir, mi corazón dolía demasiado, una sensación extraña en mi cuerpo… y otra la más importante, aquella que en decía que no era la segunda vez… sintiéndome de esta manera.
Si no la primera.
Al dia siguiente yo seguía muy exhausto pero debía continuar en el trabajo…
Trate de buscar a verónica pero sus compañeros me dijeron que no volvería ya que la despidieron…
Entre a la oficina de mi padre
“porque la despediste si fue tu culpa”