Tear out my heart.

Capítulo 8:

Los golpes sonaban cada vez con más intensidad, la corazonada de que era Chaeyoung no me abandonada. Hasta que escuché un fuerte grito a través de la puerta — ¡Jihyo, no! — gritó Momo, tratando de alcanzar, pero su cuerpo había traspasado la puerta.

 

  • ¡Imposible! ¡Solo yo puedo hacerlo! — estalló Kim, sorprendida.

Una luz resplandeciente, nos segó. Escuché un fuerte golpe cuando vi a Jihyo de rodillas con Chaeyoung, quien sangraba de manera alarmante mientras la mayor solo tenía unos simples rasguños y golpes ¿Qué había pasado en tan pocos segundos? — Ayúdenme…— susurró con esfuerzo, tratando de levantarse junto a la más pequeña. Corrimos a ayudarla, Momo y Sana, sostuvieron a Jihyo mientras entre las demás nos encargábamos de cargar a la herida y ponerla en el sofá. — Mina, tienes que hacer algo — masculló Dahyun, viendo como la camisa de nuestra amiga se pegaba a su torso por la sangre.

 

  • Dubu, no sé si sea capaz, se trata de ella — mi voz temblaba, sentí mis nervios dispararse. En ese momento, la menor de todas me sacudí por lo hombros. Haciéndome reaccionar, entendía su fuerte mirada — Bien, necesito saber si de casualidad hay vendas o cosas así. Algo me dice que no es la primera vez que está herida.

 

La taiwanesa movió un poco el alfombrado para patear una tabla, se agachó sacando varias cosas. Comida enlatada, algunos sacos de dormir, un botiquín de primeros auxilios y un pequeño cofre de color negro. — Necesito colocarla en la alfombra, su cuerpo debe estar totalmente plano — excepto su cabeza, claro. La colocamos como indiqué, me quité mi chaqueta, quedando en camisetilla. Hice una almohada improvisada. Empecé a tratarla, no quería ni pensar que le habían hecho para que tuviera un gran hueco justo encima de el hueso de su cadera ¿Cómo había sobrevivido? Dahyun fue mi fiel asistente, no puedo decir que hacían las demás. Mi mente se centraba en Chaeyoung — Minari, Jihyo ¿Dónde está Jihyo? Minari…— habló con debilidad, pero con claridad, dejándome anonada. Su ceño se frunció tratando de levantarse. Soltó un fuerte gemido.

 

  • Chae, ella está bien — dirigí mi mirada por primera vez a la coreana de ojos grandes que sollozaba en un rincón, abrazada por las otras dos japonesas — un poco asustada. Necesito que estés tranquila ¿Vale? Después de esto, podrás estar mejor.

 

Asintió suavemente, destensando su cuerpo. Debía ocuparme de Park también, necesitaba ser más eficiente. Procedí a desinfectar, limpiar y coser la gran herida y cada parte de su cuerpo. Al final, había pasado alrededor de una hora. Estaba agotada, sudaba al igual que Dahyun. La colocamos en la bolsa de dormir que habían preparado las demás — Gracias, se curara más rápido. Trataré de sanarle lo más que pueda, pero no sé que efecto tenga mis dones sobre lo que le hicieron.

 

  • ¿Eres sanadora? — preguntó Dahyun, asombrada.

 

  • ¿Tanto poder tienen? — pregunté a su vez.

 

Nos miró antes de suspirar — Puedo sanar, pero tengo limitaciones, y sí, son poderosos y peligrosos.

 

Me conformé con esa información, mi estomago se revolvió cuando vi los ojos de Tzuyu adquirir un rojo intenso. Demasiado para mí, le ordené a Dahyun botar la utilizado y me dirigí a Jihyo. Quien descansaba en los brazos de Momo mientras Sana dormía apoyada de la pared — ¿Cómo esta?

 

  • No entiendo que le pasa, llora, se calma, dice cualquier cosa sobre la enana siniestra. No entiendo. — su mirada estaba llena de preocupación, los ojos de la chica en sus brazos estaban perdidos ¿Qué habrá visto?

 

  • Hey ¿Quieres que hablemos? Necesito curarme.

 

Sus ojos perdidos, se toparon con los míos. Asintiendo, Sana y Momo se alejaron — Quien tocaba la puerta era uno de ellos, no entiendo que sucedió. Todos estaban sobre ella, bebiendo su sangre y tocándola de una forma tan asquerosa — se sentí sus arcadas, paré un momento para darle tiempo de recuperarse — algo estaba por salir de la habitación, se sentía tan…— respiró profundo — repulsivo, solo se que alcé mi mano, todos retrocedieron, la puerta se cerró y ellos desaparecieron — empezó a sollozar sobre mi hombro — no sé como terminé así de golpeada, nunca sentía nada. Solo recuerdo los ojos de esa cosa. Antes, yo-yo me vi como la chica de la foto, me llamaba Jisoo. Mina, no se que está pasando — empezó a respirar rápidamente, apretó los puños, buscando de ponerse en posición fetal. Sus ojos se volvieron a perder. Chou llegó corriendo, dijo algo inentendible para colocar su mano en la frente de nuestra amiga. Cayó desmayada en mis brazos.

 

Momo, Sana, Nayeon y Jeongyeon, llevaron a Jihyo junto a Chaeyoung. Me desparramé en el sofá luego de recoger y colocar todo en su sitio. Dahyun se sentó en el piso con gesto cansado, Tzuyu la abrazó por detrás, no pude evitar fruncir el ceño, pero después hablaría de eso, presentía algo extraño. Formamos un extraño circulo con dos amigas faltantes, dirigí mi vista a mi pequeña quien respiraba con esfuerzo, pero tenía un mejor aspecto. Kim miraba fijamente a Tzuyu.

 

  • ¿Sana?

 

La pelirosa con mala cara, volteo hacía las chicas abrazas — ¿Sí?

 

  • ¿Podrías hablarnos sobre las brujas de Salem?

 

¿Por qué hablaríamos de eso? No pude evitar recordar la información que nos había dado con anterioridad.

 

  • Es un libro basado en los juicios de Salem, acusaban a diferentes mujeres por brujerías, las llevaban a la horca como resultado. Fue alrededor de mil seiscientos noventa y dos, pero estos juicios por brujería estuvieron desde mucho antes. Fueron conductas extrañas que llevaron a esto, hay muchas teorías al respecto, pero la información confiable dice que fue fiebre persecutoria o mejor dicho un trastorno delirante. Tenían alucinaciones, convulsiones y otros síntomas bastante extremos.




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