Mina tejía algunos vestidos de crochet para poder calmar sus nervios, según sus cálculos habían pasado más de dos horas y aún no aparecían — Tendremos todo un armario cada una — bromeó Sana, sus rosados cabellos parecían estar más largos, se veía serena.
Soltó un suspiro — No entiendo cómo puedes estar tan tranquila.
Su amiga le sonrió, sentándose al orillo de la cama. Trató de no reírse de la rubia, se veía muy graciosa con el collarín de hojas — Confío en ellas, son tercas.
Rodó los ojos con una sonrisa — tienes razón — susurró mirando el tejido entre sus manos — ¿No te sientes extraña? — preguntó con voz apagada.
Cruzó las piernas, apoyando el mentón en su mano para después resoplar — ¿A qué te refieres con exactitud? — miró a su amiga por un momento para después fijar la vista en la puerta — todo lo que nos pasa es extraño.
Asintió — Solo digo ¿no te sientes como si hubiéramos retrocedido en el tiempo? — Sana volteó a verla confundida — brujas, guerreras, princesas, espadas, ¿tejer? —hizo un gesto desagradable — todo, no lo sé.
Antes estaba segura de que Sana era una chica tonta, sin embargo, su personalidad dulce, serena e inteligente, era el balance de todo. También había juzgado cruelmente a Tzuyu, lo cierto, es que su amiga era solamente una niña, era la menor de todas. Empezó a llorar en silencio, Sana decidió no decir nada al respecto y Mina le agradeció profundamente — Tzuyu debió estar asustada — murmuró con dolor.
La pelirosa sonrió con dolor, asintiendo — Lo estaba y lo está, es lo único que conoce, pero está yendo contra ello.
Sana se levantó, tomó su mano y se acercó para darle un pico a Mina — ¡Sana! — gritó sonrojada.
Abrió los ojos, escandalizada — ¡No entiendo nada!
Sana sonrió — No te preocupes en cuanto a Tzuyu, ella es comprensiva, pero agradecerá tu perdón.
Jeongyeon llegó agitada con la camisa llena de sangre — ¡Es Momo! ¡Está herida!
Mina y Sana se aproximaron a la sala unos minutos después, no era fácil para la rubia quedarse en cama, intrigada, llena de preocupación. Jihyo abrazaba a Momo mientras que esta solo refunfuñaba que estaba bien — ¿Nayeon? — preguntó Sana dejando a Mina en el sofá.
Jihyo empezó a desnudarla mientras Momo reía débilmente — Ji, cariño. Eso lo podemos hacer en la habitación, no necesitamos hacer la orgía todavía.
—¡¿Todavía?! — chilló Mina.
No dijeron nada más, según Nayeon las heridas de la pelinegra no eran tan profundas, así que Solar debió llevarse la peor parte, Irene estaría furiosa. Jeong cargó a Momo para dejarla en su habitación con Jihyo detrás de ella. Justo en ese momento, se escuchó un alboroto bajando por el árbol haciendo que Sana se pusiera en guardia, pero cayeron rodaron en el piso cuatro chicas, soltó un suspiro cuando Dahyun se quejó — ¡¿Dónde diablos estaban?! — gritó Jeongyeon con las manos en la cintura. Tzuyu se levantó, seguida de Dahyun y Chaeyoung, dejando a la chica flácida en el piso.