Voy al salón evitando la presencia de mis molestos invitados, me acerco a la ventana y observo que hay bastantes guardias por las personas presentes en este lugar, lo que frustra mi perfecto plan. No era tan perfecto a quien engaño.
—Tu color de piel —volteé a ver quién era —Te hace diferente, dentro de esta familia, es de parte de la familia de tu madre, tan pálida, no pareces de este país y tu cabello, es como ese tronco. —Señalo mi abuela con su bastón —Cuando la llama lo alumbra. Tus ojos, sabes lo que pienso no niña —asentí —Entonces sabes que jamás te aceptaré
—¿Qué hice para que me trates así? —Ella sonrió
—Parecerte a él —Yo la miré —Y ella, nunca pensé que perdería a mi bebe y me dolió más de lo que me duele ahora. —Estaba llorando —Tu tío mató a mi bebe, él no era acto para el trono, era débil y tú me lo recuerdas. Verte, solo me hace morir de rabia y culpa por no haber criado a mis hijos por igual, si no ellos seguirán aquí, sobre todo mi niño, mi bebe, nunca podrás ser como él, nunca. Además de ser como tu abuelo.
—¿Cuántas veces más me lo repetirás?
—Hasta que se te grabe en la cabeza, espero que no se te olvide que si te acercas al jardinero, lo destruiré
—Ya no es un jardinero
—Pero tú sigues siendo una princesa, aún lo amas, ¿no es así?
—No, no es así —dije —Ya no...
—Aún puedo destruirlo y lo haré si es él a quien eliges
—Pensé que te agradaba
—Es un buen muchacho, pero no ha dejado de ser eso, el hijo de un simple jardinero sin título, su pasado aún es una sombra para él
—No, ahora es un empresario multimillonario
—Aunque la mona se vista de seda mona queda
—Entonces has que se vaya lejos, dile a Victoria que lo mande lejos
—La tentación es algo que debes soportar, niña, que mejor que tenerlo al frente
—Ya lo hice, me decide de él cómo me lo pediste, le rompí el corazón y me rompí yo, él tiene veintiún años y yo diecisiete, no me ve así
—Hay niña, niña, si él está aquí es por una cosa, no creí que regresaría, pero mira, me equivoque, si está aquí no es porque el puesto y el prestigio que significa, si no por ti, aléjate de él
—A mi padre no le hubiera gustado que hicieras esto
—No hables de tu padre —Alzó la voz —él hubiera opinado lo mismo porque yo se le hubiera dicho, y él me hubiera dado la razón
—Solo porque no le gustaba discutir contigo, y te equivocas, yo no soy como ellos, no me parezco en nada a ellos, yo soy fuerte y tengo voz propia, una voz que te empeñas a apagar, pero no lo harás, no me parezco a tu hijo, porque me parecería al hombre que me abandonó
—Cállate, ten más respeto es tu padre
—Padre no solo es el que engendra, para ser llamado así debía hacer más, y no lo hizo
—Tu padre hizo lo necesario
—Dejarme con su madre, la cual me maltrataba, si hizo lo necesario, hizo lo que no pudo, ser un padre, nadie le dijo que tuviera un hijo, porque para tener un hijo hay que tener los cojones de cuidarlo, y no dejarlo porque no estabas listo
—Respeta a tu padre —la miré —Respétalo, o te volveré a enseñar hacerlo
—Hazlo para ver que pasa —Se dio la vuelta saliendo lentamente de la sala
Era la primera vez que la veía llorar. Ella no era mucho demostrar sentimientos, de ella lo único que conocí fue dolor y resentimiento. Su odio es grande y sé que si tuviera que sacrificarse para quedarse con la corona lo haría.
La puerta no sé cerro, Camila y Alessio entraron. Camila me miro triste y Alessio no dijo nada.
—Estos papeles debes firmarlos, la cena será servida pronto
—No tengo hambre
—Rouses…
Extendí la mano para que me diera los papeles y lo hizo, mire de que se trataban y solo firmé regresándoselos. Me senté y ella me dio un vaso de agua. Me dio un beso en la frente y me dejó ahí sola.
—¿Hay posibilidad de salir?
—No
—Oh, vamos, ¿No dejarás que me muera de hambre? No quiero a Sebastián o Zayden cerca, o algún comentario, o algo. Quiero paz
—¿Qué quieres comer? —sonreí
Quería olvidar este día y respirar, olvidarme que tenía que elegir un marido y que mi abuela me odiaba.
—¿Aún te gustan las hamburguesas?
El sitio no estaba lleno, además que tenía a seis guardaespaldas aparte de Alessio, cuando la comida estuvo frente a mí, mire al resto.
—Jeff puedes explicarle al señor Caruso lo que pasa aquí
—La señorita no comerá hasta que nosotros también lo hagamos
—Háganlo entonces
—Solo siéntate Alessio, no pienso comer mientras me ves —Lo hizo —Come
—Esto te engordará —Señaló la comida
—Prefiero estar gorda a no disfrutar de las delicias de la vida, así que a comer
—No has perdido esa vibra —Lo miré
—¿Qué vibra? —Inquirí con curiosidad
—Esa de ser tú —Mordí, la hamburguesa —Tu abuela ha incorporado un nuevo guardaespaldas —Tomé un poco de cola para no atragantarme
—¿Por qué?
—Porque tu abuela es…
—Un dolor de culo —dije —Sé que eres competente, por mí no hay problema. Supongo que será más fácil ir con la corriente en eso, tengo cosas mejores que ponerme a pelear por un guardia más.
—Lo que tu abuela…
—No, no hablaremos de ello Alessio. Mejor hablemos de tu estadía en América, haya debiste comer muchas de estas. Sinceramente, considero que la comida americana es insípida, cuando voy soy muy específica, con lo que debe haber sabor y agua con gas, pero verdadera agua con gas. Pago un dineral por exportar una marca que la venden en América latina y créeme es riquísima. Ahora dime ¿Cómo fue tu experiencia en América?
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Editado: 27.05.2024