Prepare a Izan para comenzar con el juego. Espere a que estuviera consciente pues así es más divertido. Después de 2 horas despertó, me miro desconcertado y aun más con temor, realmente amo esa mirada en las personas.
Abrió los ojos lentamente miro a su alrededor y me miro a mi en frente de él. Sus ojos se abrieron cada vez más, se encontraba en una silla, amarrado con tal fuerza que le dejaría marcas, y tenía cuerdas que le cubrían la boca irrumpiendo su lengua y causándole aún más dolor. Empezó a sacudirse desesperadamente al verse en aquella situación y cayó al suelo quedando aún más indefenso. Tuve que levantarlo para hacer las cosas más fáciles. Me acerque a él, lo tome de su mentón y mire sus ojos, aquellos estaban llorosos y con esa mirada.
- Izan, mi amigo- dije gentilmente acariciando su cabello despacio -Haylei es mía ¡ ¿Entiendes?!- levante la voz y claramente se asustó pero asintió con la cabeza rápidamente varias veces, mientras las lágrimas de sus ojos se deslizaban por sus mejillas, mojando mi mano mientras sentía el tibio liquido empapándome, aquello me recordó a la sangre.
-Muy bien, pero ya que estas aquí ¿qué tal si jugamos un poco?- sin dejar de mirarlo, tome una tijera alargada y de color plateada. Deslicé la tijera por su ropa cortándola y dejándolo solo en ropa interior. Deje aquellas tijeras a un lado en una mesa donde se encontraban todos mis instrumentos. Tome un cincel y lo pose sobre su pierna, empecé a empujarlo y lo inserte lentamente hasta meterlo todo, llegando incluso hasta el hueso y lo saque de la misma forma repitiendo la acción varias veces. Su piel se perforaba una, otra y otra vez, la sangre empezaba a fluir en abundancia, salpicando a la vez mi rostro, escurriéndose por sus piernas y salpicando alrededor, mientras dejaba salir de su boca pequeños gemidos de dolor.
- ¡Vamos! ¡vamos! ¡Quiero ver más sangre! ¡Haz tu parte!- Izan quiso gritar pero se lo impedían las cuerdas en su boca, su expresión valía la pena ver.
- Eso grita para mí- podía sentir el éxtasis atreves de todo mi cuerpo -Y ahora, ¿qué sigue? Elije- busque alrededor del cuarto otras herramientas interesantes para utilizar. Traje varias y las puse junto a Izan, tome un martillo de con forma de cuña y con la punta le di en los dedos del pie, haciéndolos pedazos, dejándome ver parte de sus huesos. Empezó a retorcerse de dolor mientras lloraba como si sus ojos fueran una fuente de agua.
Solo podía centrarme en la mirada de terror en sus ojos, la angustia al no saber cómo escapar y las ganas de querer vivir desesperadamente, eso tan solo eso, me llena de placer.
.....
Izan no dejaba de moverse. Realmente quiere salir de aquí con vida.
- ¡Maldita sea no te muevas! sabes que... me gusta más, ver la sangre y sentirla, ¿qué tal si usamos esto?- tome un cuchillo jamonero, mire el filo que este tenía y lo pase por mis dedos sin clavarlo en mi piel. –Perfecto- hay que usar las herramientas adecuadas ¿No? Desamarre las manos de Izan y puse una de ellas sobre una tabla de madera, aprovecho el momento y forcejeo pero yo soy más fuerte que él, sostuve mi mano encima de la de él, puse el filo del cuchillo jamonero encima de sus dedos y presione un poco moviéndolo lateralmente, pero antes de hacer mi cometido y cortarlos, lo mire fijamente y sonreí.
- ¿Comenzamos?- fingí estar en un programa de cocina en la tv para hacerlo más interesante. -¡Muy bien! Bienvenidos al programa de cocina, donde te enseñaremos la forma correcta de ''preparar'' a tu mejor amigo. Okey... para comenzar, tomamos la parte que deseamos cortar porque el cuerpo entero no es fácil de digerir, en este caso iniciaremos con las manos, la inmovilizamos evitando hacer un mal corte- -¡¡Detente Liam!! Te lo suplico...- ignore por completo sus palabras. -procedemos con la herramienta de su preferencia, presionamos y penetramos la piel con el cuchillo lentamente para hacer un corte preciso, rebanamos cada dedo y ponemos fuerza al cortar las articulaciones y los huesos, pero cuidado de derramar la sangre, al menos que quieras ensuciarte, procedemos con el acto hasta que el sujeto quede sin dedos, fácil ¿no? – La sangre se derramaba por su muñeca, dejándola muy roja y gritaba tanto que me erizaba la piel, me miraba con pavor me encanta esa mirada cada vez que juego con alguien nuevo, lo observe sonreí nuevamente para luego notar la pequeña erección en mi entrepierna.
-Nos vemos en el siguiente episodio- dije finalmente después de dejarlo sin dedos para luego llevar mis dedos hacia mi boca, chupando la sangre que ahí había quedado. Deliciosa...
¡¿Acaso estoy loco?! No lo creo, solo Hago cosas divertidas. Es divertido ¿no? ¡¿No?!