Terco y Necio... Corazón

Alejandra Mendoza

De pelo largo, rizado y con mechones claros, delgada y alta para la estatura estándar de las chicas del campus, algo atrevida y directa, puedo decir que fui flechado en cuanto la vi.

 

Fue un viernes que mis amigos y yo nos habíamos ido de pinta a una plaza comercial cerca del campus, veníamos de regreso en un camión y ella junto a otras de sus compañeras abordaron también y cruzamos mirada por varios segundos y yo solo caí rendido ante esa mirada tan linda, mi amigo Irving me decía que ella era una chica genial y que posiblemente ella y yo haríamos una buena pareja, eso solo alimento más mi fantasía de ser algo más que su amigo.

 

Pero para lograr eso primero debía librar el primer gran obstáculo, romper la barrera de hielo, por días pensé como lo haría, y es que era algo complicado, ya que ella solía estar con dos tipos todo el tiempo, nunca supe cómo se llamaban dichos individuos, pero nunca se separaban de ella, era casi imposible encontrarla sola, así que comencé a calcular el tiempo de su camión, a qué hora llegaba a la parada y a qué hora debía tomar yo mi camión para poder llegar a cruzarme con ella, ¿días?, no, semanas, me tarde tal vez a lo mucho un mes calculando horas, contra tiempos y cuanta cosa se pudiera presentar, tenía planeada la conversación que haría, y de que hablaría, pero el día que todo hizo convergencia, fue la peor primera impresión que pude haber tenido, la plática fue totalmente forzada y con cada palabra que decía parecía que le ponía un clavo más al ataúd. 

Yo tenía unas amigas que vivían cerca de donde ella vivía, me comentaron que ella en el transporte a su casa se iba con un chico llamado Sergio, que estudiaba en otra preparatoria, con esa información era sencillo entender que ella sentía algo por él, así que opte por saber más por este tal Sergio, contacte a un viejo amigo de la primaria que iba en la preparatoria donde iba él.

Y unos días después en un partido de futbol fue que comenzamos a hablar de aquel chavo que volvía loca a Ale, en la charla se dio el decir que yo haría de todo por quedarme con ale, en broma claro, a lo que mi amigo Carlos comento que Sergio también haría de todo, hasta darme una madriza, me reí y le dije: 

-donde quiera y cuando quiera-

-ya te tiene ubicado amigo- dijo Carlos riendo

-compa cuando él va yo ya vengo, se todo, donde vive, cuáles son sus amigos, donde se juntan y sus horarios de la prepa. 

Carlos solo nuevamente se rio y era obvio que yo solo estaba bromeando porque yo no sabía nada de lo que le acababa de decir. 

 

No sabía que esa pequeña charla me traería tantos problemas, pues resulta que Carlos fue y le dijo todo a Sergio y este se asustó y le dijo a Ale que ya no quería nada con ella ni verla, ni irse con ella en el camión, porque un tal “Pepe” había dicho que lo iba a madrear, esto lo supe por la propia Ale, porque comenzó a mirarme raro y los rumores volaban en toda prepa y no eran buenos, todos los rumores decían que ella me odiaba, por algo que yo había hecho pero no sabía a qué se referían pues yo no tenía conocimiento de lo que le habían dicho a Sergio, así que un día que estábamos esperando el camión, me acerque y le pregunte a Ale: 

- ¿qué sucede? 

-qué poca de verdad, ¿yo que te hice? o ¿cuándo te di entrada?, a mí me gusta mucho Sergio y por tu culpa él ya no quiere estar conmigo, ni verme, ni hablarme-

–yo no ni siquiera he habado con Sergio, es más ni lo conozco-

–no, tu no, pero tu amigo Carlos si, él le dijo a Sergio que lo golpearías si me seguía hablando y no se vale pepe, no es justo-

Y comenzó a llorar y me hizo sentir la persona más mala y cruel del mundo, no es lindo ver como la chica que te gusta llora por tu culpa, además que entendí que dijera lo que dijera yo siempre seria el villano para ella y no tenía ya nada que hacer o que decir ante dicha postura de ella. 

 

Ahora las cosas estaban así, ella no me hablaba ni siquiera me dirigía palabra y comenzó a hacerse amiga de mis amigos, y ellos hablaban con ella y se saludaban cuando se veían, pero yo era invisible y eso dolía, pero que podía hacer, solo resistir, resistir y continuar.

 

En la línea de tiempo que estábamos, yo solo quería continuar, estaba harto de sentirme mal por lo que había sucedido, para compensar esta situación decidí ser un poco más atrevido y no dejar que afectaran las cosas, porque a como lo entendí solo yo decidía que me hacía daño o que no, entonces todos ya no valían para mí, lo que hicieran o dijeran si me aportaban algo lo guardaba y si no eran simples bultos de carne ocupando un lugar en la tierra sin sentido para mí, las personas no me importaban, las cosas no me importaban, me comenzaba a congelar o al menos eso creí. 

 

Fue así que un día que en mi pueblo era festivo y que se hacía un desfile no recuerdo el motivo de esté muy bien, pero ese día yo no tenía planeado salirme del campus, pero mi amigo Irving tenía otros planes, se me acerco y me dijo: 

-oye ¿no piensas ir al desfile de hoy?-

–no sé, una parte de mí no quiere y otra por desmadre me dice que sí, pero convénceme y vamos-

 Irving se me quedo viendo y me dijo – yo iré a ver unas amigas, puede que terminando el desfile hagan una pequeña convivencia, te las puedo presentar- 




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