Una de esas tantas personas especiales que conocí fue nuevamente por Facebook encontré a una chava que de casualidad era amiga de una amiga mía y es que en cuanto vi su foto me enamoré, suena tonto pues no la conocía y solo sabía que se llamaba Alejandra, pero con mi ego por los suelos y un sentimiento que me impulsaba, ¿Qué podía perder?, así que me puse en contacto con mi amiga Monserrat que la conocía y al mismo tiempo a ella le mande solicitud.
A los pocos minutos Monse me contesto y me decía que Alejandra era una chica súper linda y que valía la pena intentar algo en algún momento, pero no ahora, pues ella tenía novio y se vería muy mal que yo coqueteara, esta noticia me desanimo un poco pero no me detuvo ya que al día siguiente Alejandra había aceptado mi solicitud de amistad en Facebook.
Haciendo caso omiso a lo dicho por mi amiga, le mande mensaje y oh sorpresa, me contesto muy rápido, me costó al inicio crear la conversación, pero con el pasar de los días todo fue fluyendo, las preguntas de cajón se hicieron, había confirmado que en efecto tenía novio, que era mayor que yo por un año, pero que teníamos algunos gustos en común.
Habían transcurrido casi dos semanas cuando se me ocurrió la brillante idea de arriesgar la poca comunicación que teníamos, pero si me iba a dejar de hablar por lo que iba confesarle mejor que fuera de una vez antes de que me doliera más, así que un día cuando ya nos estamos por despedir le dije lo siguiente “oye, espero no ser tan imprudente pero debo decirlo, sé que te tienes novio y que lo quieres mucho, pero tengo la necesidad de decirte que me gustas y aunque sé que ahora no tengo oportunidad, no me desanimare como los otros pretendientes que has tenido, yo seguiré aquí para ti , para charlar, para reír o llorar, quiero seguir conociéndote, esperando que tu novio cometa un error”.
Su respuesta me sorprendió, pareciera como si yo le gustara también, ya que aceptaba mi petición, nos seguiríamos conociendo, seguiríamos hablando, siempre respetando el espacio de su relación.
Una ventaja para mí fue que su novio no era de donde nosotros vivíamos y como ella trabajaba los fines de semana eso le impedía verlo en esos días, eso quería decir que solo lo veía en la escuela y yo comencé poco a poco a aprovecharme de eso, ya que los domingos yo salía antes que ella de trabajar, entonces podía esperarla en algún punto entre su trabajo y su casa y así charlar en persona, obviamente le avisaba antes de vernos, no quería parecer un acosador o algo así.
Recuerdo el primer domingo que nos vimos, muy nervioso le envié un mensaje preguntándole que si podíamos vernos para solo charlar, dijiste que sí y yo salí de mi casa apresurado porque no esperaba que aceptaras vernos y ella ya estaba por llegar al punto que habíamos acordado y es que nunca la había visto en persona solo en fotos, la vi a lo lejos, sus rizos me asombraron además de su estatura, se veía tan adorable, su blusón rosa con negro, su pantalón negro y sus botas negras, era más linda de lo que ya sentía que era.
Me acercaba a ella y aun no sabía que decir, así que solo dije lo más simple “hola Ale, ¿cómo estás?” al parecer eso fue suficiente y comenzamos a charlar ese día fue de los más lindos que recuerdo, todo fluía tan bien y la noche nos llegó, debíamos volver cada quien a casa, fueron las dos horas más rápidas de mi vida, el tiempo solo se fue, entre risas y buena platica, algo se movía en mi pecho, mi corazón hacia acto de presencia después de quien sabe cuánto tiempo de no sentirlo.
Ese tipo de salidas con ella se volvieron normales, casi todas las semanas nos veíamos, y yo cada vez sentía como me gustaba más, pero yo no podía pasar esa línea, esa que dije que no tocaría, aunque si lo intentaba, su novio y su relación eran como impenetrables y comenzaba frustrarme, pero no podía rendirme tan fácil, eras alguien que valía toda la pena del mundo, además de que siempre que estaba con ella me sentía tan feliz y pleno y eso era algo por lo que valía luchar.
Los meses avanzaban y nuestra relación se volvía fuerte, eran inicios de julio, ella y yo estábamos ya de vacaciones, ese mes fue algo lluvioso lo recuerdo porque la invité a jugar futbol con mi amigo marco y conmigo y claro que asistió con unas botitas que se robaron la tarde, si se mojaron, pero fue divertido para ambos puesto que metió varios goles, a partir de ese día fue que supe que tenía una posible oportunidad.
Así que comencé hacer cualquier cosa con tal de poder verla o estar disponible para ella, entre todas esas cosas recuerdo que una vez cambie de celular solo para poder verla y no digo que lo cambie solo por cambiar, sino que yo quería cambiar de celular y cuando tuve el dinero decidí hacerme por uno parecido al de ella, sabía que esos teléfonos eran algo complicados de entender y aun así lo compre, rápidamente le entendí a su funcionamiento, pero le llame y le dije que si me podía ayudar con eso, ella accedió y nos vimos.
Mientras ella lo revisaba se dio cuenta que yo ya había entendido como funcionaba el celular antes de su explicación y me dijo que porque lo había hecho y te dije “es que quería verte y no se me ocurrió otra cosa más viable, sonrió y se sonrojo, luego me regaño por comprar un celular solo para hablarle, pero creo que eso le gusto.
#3801 en Joven Adulto
#20147 en Novela romántica
drama, drama -romance, desamor tristeza amargura corazn roto
Editado: 10.04.2024