Teresa y el misterio de Groween [corrigiendo]

Capítulo 6 [Parte 1]

Capítulo 6 [Parte 1]: Primera cita

—¿Y cómo se supone que encontraremos esa bicicleta? —preguntó Pierre mientras ingresábamos al auto.

—No es una bicicleta común, es una BMC montañera de marca suiza, por lo general solo se usa para competencias —expliqué sin darle mucha importancia, él me observaba un tanto desconcertado—. ¿Qué? Me gusta ver esas cosas.

—Okey fanática de las bicis, solo que no hay ni una sola casa en Groween que no tenga una jodida bicicleta —espetó frustrado.

—Pues, así tenga que revisar casa por casa, encontraré esa maldita bicicleta —ya no era consiente de mi nivel de irritación, tanto así que ya estaba empezando a ser grosera con Pierre. Después de eso, solo se limitó a conducir en silencio, por un momento consideré pedirle disculpas, ya que él, lo único que había hecho era arriesgar su vida para ayudarme.

Pero mi cabeza era un lío de cosas, todo lo que vi, lo que sentí, el terror de ser descubierta y asesinada aquella noche, que mi boca no era capaz de pronunciar palabra alguna.

Los cuchillos, la pizarra, el congelador, la laptop, mis fotos…

Definitivamente esto era una jodida pesadilla, una de la cual al perecer no despertaría pronto. De pronto me vi parada en la entrada de mi casa, había estado pensando en todo el camino que el regreso se me hizo extremadamente corto. Los oficiales que estaban de guardia me observaron un poco preocupados ya que no me vieron salir de casa, así que tuve que inventar una excusa rápida.

—¿Dónde se encontraba señorita Crymble? —preguntó el rubio de casi dos metros.

—Salí a pasear con mi… —Pierre me interrumpió desde el auto.

—Novio —¿Pero qué carajos?

Los oficiales lo observaron un poco desconfiados, mientras él esbozaba su mejor sonrisa. Rogué desde mis adentros a todos los dioses existentes que no preguntaran más cosas, al parecer mis suplicas fueron escuchadas. El moreno asintió con la cabeza, aún un poco extrañado y haciéndome una ademan con su mano pidió que ingresara a la casa.

Ya que mamá no llegaría esa noche, me encerré en mi habitación a llorar como se debía, hasta que me ardieran los ojos y me quedara dormida. Lo cual no paso ya que en cuanto toque la cama, mi celular vibró en la mesita de noche. Lo tomé a regañadientes esperando a que fuese el asesino con otro de sus juegos de palabras, el cual ni pensaría resolver ya que lo dejaría en manos de la policía de ahora en adelante. Para mi sorpresa, fue un mensaje de Sergio.

Sergio: Ey Tere, ¿Estás?

Mi corazón dio un brinquito por aquel mensaje, el que ya no estuviese enojado me tranquilizaba muchísimo, tenía tantos problemas como para lidiar con el drama de un chico.

Yo: Hola, ¿Cómo estás? En serio losiento por lo de la fiesta.

Me respondió al instante

Sergio: No te preocupes, ya pasó.

Sentí un gran alivio invadir mi pecho, al menos había resultado algo bueno de ese día de mierda.

Yo: Entonces ¿Ya no estas enfadado conmigo?

Sergio: Que no Tere, ya te dije que no te preocupes.

Yo: ¿Puedo hacer algo para recompensarte? Podríamos salir por unas malteadas mañana ¿Qué dices?

Lado coqueto de Teresa: Activado.

Sergio: Me parece perfecto, pero esta vez sin compañía. Por favor.

Yo: Claro, solo seremos tú y yo.

¿Saben qué? A la mierda el asesino. Si voy a morir dentro de poco, al menos no quiero morir virgen.

Me llegó otro mensaje, creí que era de Sergio, pero en cuanto noté que se trataba de un número desconocido, sentí que la sangre se me bajaba a los pies.

Oh shit, here we go again.

En cuanto lo abrí me sorprendí al ver que no era un mensaje sino… un video. Era un video mío y de Pierre revisando la laptop dentro del sótano del asesino. Era de esperarse, el condenado de seguro tenía cámaras instaladas por toda la casa, nunca se me cruzó esa idea por la cabeza. Parecía que me iba a desmayar en cualquier instante, pero recuperé la compostura en cuanto este envió un mensaje.

Fue muy lindo tener visitas, querida. Espero que tu trato con la policía no interfiera con la preciada vida de tu madre. Tic tac, Teresa, tic tac.

No puede ser.

Las ganas de llorar volvieron más rápido que inmediato, pero me concentré en no perder los cabales y tratar de solucionar el garrafal error que había cometido. Definitivamente ir a la casa del asesino había sido un gravísimo error, no podía platicárselo a la policía, ya que entrar a la casa de una persona sin su consentimiento y fisgonear entre sus cosas es considerado un delito. A eso súmale que el hombre ya estaba completamente enterado de mi trato con la policía y que había rondado por su casa. El destino definitivamente no estaba de mi lado y si algo le pasaba a mamá… no me lo perdonaría.

La desesperación se volvió tanta que no pude hacer más que suplicar.

Por favor no le hagas nada.

La presión en mi pecho se hacía cada vez más insoportable.

Nadie tiene por qué salir herido, solo no dejes que los uniformados metan sus narices en donde no deben.

Dejé escapar todo el aire que había estado reteniendo en mis pulmones, no me podía confiar de este sujeto sabiendo las cosas de las que era capaz, aun no podía estar segura de que no le haría daño a mi madre.

Le reenvié el video a Pierre para que estuviese enterado de que habíamos sido grabados. No podía creer que se nos había escapado ese pequeño gran detalle de que en la casa hubiese cámaras. A los cinco minutos mi teléfono comenzó a vibrar anunciando una llamada de Pierre.



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En el texto hay: aseinato, suspenso drama, misterio aventura

Editado: 22.01.2021

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