Capítulo 51: Un nuevo mejor amigo

Terry

Mi popularidad había aumentado, en mi primer partido me fue mejor de lo que esperaba y metí un gol, el gol que nos hizo ganar. Ahora más personas en la escuela sabían mi nombre. En cuanto a David, le estaba costando procesar la muerte de su tía, nunca lo había visto tan triste y aunque me hubiera gustado dedicarle todo el tiempo que se merece, no podía, ya que las cosas se volvieron más complicadas de lo que había imaginado.

—El Terry—escuché mientras una mano se posaba en mi hombro.

—Oh, hola Marcos.

—¿Cómo has estado?

—Todo bien.

—Cool—Marco se quedó mirándome un momento—No estás bien, ¿qué te pasa?

—Estoy un poco cansado.

—¿Mucha tarea?

—Mucho entrenamiento.

—Me imagino, eres la nueva estrella de la escuela.

—No me gusta mucho la atención.

—Te vendría bien un descanso, ¿te gusta nadar?

—No soy muy bueno nadando, pero me gusta el agua.

—Te invito a mi casa, tengo piscina.

—No estoy muy seguro, pero gracias por la invitación.

—Invita a Trent si quieres o a tu amigo David.

—Creo que a David le vendría bien, está pasando por un mal momento.

—Vale, los espero a la 5 en mi casa, te enviaré la ubicación por WhatsApp.

—Gracias.

Marcos terminó de entrar las cosas en su casillero y siguió su camino, así era él, relajado e impredecible.

Antes de iniciar la última clase del día, hablé con Trent.

—¿Quieres ir a nadar a casa de Marcos?

—¿Hoy?

—Sí, nos invitaron —respondí.

—¿Y ese plan tan espontaneo? Hoy no puedo, tengo que ir fuera de la ciudad.

—¿A qué?

—Asuntos familiares. ¿Quiénes más van?

—No lo sé.

—Deberías ir otro día.

—Sé cuidarme solo Trent.

Trent dudó un poco y tuvo su lucha interna de querer decirme algo más, pero al mismo tiempo no estar seguro de decirme.

—Bueno, ve—soltó sin más.

—No estaba pidiendo permiso—aclaré. Trent sonrió.

—Lo sé.

Al final de las clases como de costumbre me encontré con David a la salida de la escuela.

—David, nos invitaron a una piscina.

—¿Nos?

—Sí, Marcos nos invitó a su casa, tiene piscina.

—Ah, tu nuevo amigo.

—Sí, el del futbol.

—Dile que gracias supongo, pero no quiero ir.

—Vamos será divertido.

—No lo sé, ve tú —no quise insistir más. No sabía cómo interactuar con esa parte de David, el triste, el deprimido, ¿debería insistir? ¿obligarlo a ir? ¿quedarme con él?

—Bueno, es a las 5 así que todavía hay tiempo por si cambias de opinión.

—Gracias bro.

La 5 llegó y David no cambió de opinión, así que decidir ir solo. Mi madre me dejó en casa de Marcos. Toqué el timbre y luego de confirmar mi identidad se abrió el portón, su casa era bonita, grande, amplia y al entrar se podía ver la piscina con varias sillas de playa alrededor. Parece que había llegado temprano, ya que no veía a nadie más.

Marcos me recibió con una sonrisa —Terry, viniste.

—Sí.

—Ven te mostraré mi casa. ¿Y tus otros amigos?

—Trent tenía un compromiso y David no quiso venir.

—Bueno, en ese caso solo seremos tú y yo.

—Al parecer.

—¿No te molesta o sí?

—No, todo bien.

Entramos a lo que parecía ser su sala y caminamos directo a la terraza que daba en frente a la piscina, tenía un estilo moderno, con una mesa de billar, una televisión, cuadros alusivos a deportes, varias mesas de madera y una isla de mármol.

—¿Quieres que algo de tomar? Tengo ice tea, coca cola, jugo de naranja, también tengo algunas cervezas, pero creo que no eres mucho de tomar.

—No, no suelo tomar, una coca cola estaría bien.

—Sí quieres puedes ir metiéndote a la piscina, a confianza.

—Tranquilo, te espero.

Estando ahí solo con Marcos, empecé a sentirme un poco incómodo, aunque hemos estado hablando seguido los últimos meses, es la primera vez que me quedo a solas con él. No soy de muchos amigos y es una sensación nueva para mí.

—Aquí tienes—dijo Marcos ofreciéndome el vaso de coca cola.

—Gracias.

—En un rato pediré una pizza, pepperoni para ti y maíz para mí.

Marcos se quitó su camiseta y dio un salto al agua, salpicándome un poco.