Jessica vino a pasarse unas semanas porque estaba libre de la universidad, sin avisar, al menos a nosotros, tomó el primer vuelo que encontró y Joshuad la fue a recoger, luego decidieron pasar a sorprendernos acompañados de Teresa.
—¿Entonces ahora juegas fútbol? —preguntó Jessica, sentándose en mi cama invadiendo la habitación.
—Así es.
—¿Y cómo te va?
—Soy muy bueno.
—Eso dijo tu mamá—miró alrededor de la habitación e hizo otra pregunta — ¿Cuidas bien a chispitas?
—La saco a pasear antes dormir y vemos películas juntos.
—Eso suena lindo, ¿Cómo está tu amigo David?
—¿Me estás haciendo un interrogatorio?
Jessica sonrió—Vamos, nunca me escribes, solo sé de ti cuando vengo.
—David está bien, estaba aquí hace un rato, pero se fue a su casa.
—Él me cae bien.
—A todos—decidí relajarme y continuar con la conversación—¿Y tu mamá?
Al mencionarla, Jessica apretó los labios y miró hacia arriba buscando que decir.
—Digamos que ahí vamos.
—Bien.
La atmosfera se tornó un poco amarga, pero en ese momento Joshuad entró a la habitación acompañado de Teresa y Chispitas.
—Ella está encantada con la perrita—dijo Joshuad refiriéndose a Teresa, la cual tenía a chispitas en brazos mientras le acariciaba la espalda.
Jessica sonrió genuinamente. Por mucho que me cueste admitirlo, Joshuad y Teresa la llenan de vida, siempre está feliz cuando está con ellos.
—Que ni lo piense, Chispitas es mía—respondí.
—Cuando estés de vacaciones te mandaré a Teresa para que la cuides y pases tiempo con tu sobrina—miré a Teresa. Pequeña niña adorable, pero no me ganará tan fácil.
—No soy niñero—Joshuad se rió. Teresa soltó a Chispitas al suelo, la cual empezó a dar vueltas alrededor de ella haciéndola reír a carcajadas.
Instintivamente yo también sonreí, es muy adorable.
Se fueron de la casa luego de un rato, prefieren manejar de noche antes que pasar una noche aquí, después de lo que pasaron supongo que los entiendo.
Al día siguiente fui a la escuela, todo rondaba normal hasta que me topé con Marcos.
—El Terry.
—Marcos.
Nos saludamos con un apretón de manos.
—¿Por qué no fuiste a la fiesta de ayer?
—Oh, mi hermana vino de sorpresa.
—Genial, no sabías que tenías una hermana.
—Sí.
—Sabes, tengo la ligera sensación de que me estas evitando últimamente.
Mi corazón comenzó a acelerarse.
—¿Evitándote? ¿Por qué haría eso? —dije tratando de disimular mi nerviosismo.
—No sé, por eso te lo estoy comentando.
—Sabes que como se está acabando el semestre nos ponen más tareas y así—me excusé sonando lo más convincente posible.
—Si necesitas ayudas con las tareas me puedes decir.
—Sí, lo tendré en cuenta.
Los amigos de Marcos lo llamaron a los lejos, él le hizo seña de que iba en un momento y fijó sus ojos en mí.
—Espero verte en la próxima fiesta.
—¿Cuándo será?
—Este fin de semana. Es mi cumpleaños.
—Oh claro, habíamos hablado de eso. Ahí estaré.
Marcos sonrió y se alejó para reunirse con sus amigos. Me quedé parado, procesando lo que acababa de pasar. La idea de asistir a su fiesta de cumpleaños me llenaba de nervios, pero también de emoción. ¿Qué se supone que tengo que hacer?
En la tarde, cuando llegué del entrenamiento, David y yo hablamos de ello.
—¿Qué se supone que tengo que hacer?
—Terry no es la primera vez que te gusta alguien, calma—David lo hacía ver tan simple.
—El detalle es que ya me di cuenta que me gusta, cuando no estaba seguro era más fácil comportarme normal al lado de él, ahora que ya reconocí en voz alta mis sentimientos es como si no lo pudiera tener cerca sin derretirme internamente.
—Comprendo, pero vuelvo y te pregunto ¿Qué quieres hacer con esos sentimientos?
—No sé, lo poco que tengo conociendo a Marcos sé que es atrevido, libre y seguro tiene pretendientes, es más creo que tiene un novio o un casi algo, no hablamos muchos de esos temas por eso no lo tengo claro, pero pienso que él y yo no pasaríamos de amigos.
—Bueno, pues no le digas nada y ve alejándote poco a poco.
La idea de alejarme no me gustó.
—¿Y si no quiero alejarme?
—Bueno, tienes dos opciones: seguir siendo su amigo, aunque los sentimientos te ardan por dentro o decírselo a ver qué pasa.
—¿Y que podría pasar?
—Que te corresponda y vivan un amor bonito o que te diga que no siente lo mismo y puedas superarlo más fácil y rápido.
—Pareces experto en el tema, bro.
David sonrió—Ni tanto.
—¿Qué me recomiendas?
—Díselo. Lo peor que te puede pasar es que te diga que no. Y si te dice que no, al menos no te quedaras toda tu vida pensando que hubiera pasado si se lo hubieras dicho.
—Tienes razón. Me da un poco de miedo decírselo, en unos días tiene una fiesta, es su cumpleaños. Quizás lo haga ahí.
—Tienes todo mi apoyo, bro.
—Gracias, bro.
Durante el resto de la semana, traté de concentrarme en mis estudios, pero la anticipación por la fiesta de Marcos estaba siempre presente. Cada vez que lo veía en los pasillos, mi corazón latía un poco más rápido, y me encontraba a mí mismo imaginando múltiples escenarios con él, y ni hablar de cuando nos tocaba juntos en los entrenamientos.
—Terry.
—Dime Trent.
—¿Iras al cumpleaños de Marcos?
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Editado: 16.11.2024