1. PRIMER DÍA
Siete años después...
*MADIE*
Las vacaciones de verano terminaron, quiero decir, que por fin terminé la rutina tediosa y repetitiva que me estresaba enormemente.
Llegué temprano al instituto, caminé por los pasillos, algunos de mis compañeros se detuvieron a saludarme y otros sólo dijeron "Hola". En mi trayecto me topé con Jamie y Simon, mis amigos.
- ¡MAD! -La voz de Jamie resonó por el pasillo, llegó hasta mi y me abrazó. - Al fin te veo. Te extrañé demasiado.
Les contaré, "Mad" es "Locura" en inglés y curiosamente, también es el diminutivo de mi nombre.
"Menuda locura"
- Yo también te extrañé, Jamie.
- ¿Qué tal tus vacaciones? Tendrás que contarme tus aventuras en Londres. -Pasó su brazo en mi hombro.
- ¿Y yo qué? ¿Ninguna de las dos me dará un abrazo? - Simon hizo un puchero y ambas corrimos hasta el a abrazarlo.
"Simon es el genio que me empezó a llamar Mad".
- Hola Madie. -Escuché detrás de mi.
"¡Dios! ¿En serio? Es mi primer día de clases y ya vuelvo a toparme con él"
Rodé los ojos, me crucé de brazos y volteé para toparme con la sonrisa de George Blaise. No hace falta que sepan quién es.
- Blaise. -Me limité a responder.
- ¿Me extrañaste preciosa?
-Mostró una gran sonrisa, me dieron unas ganas inmensas de golpearlo.
- No.
George Blaise, lo conocí hace varios años. Sus padres y los míos se conocen y desde entonces me fastidia. Es un idiota, un estúpido, un cretino y...
- Vamos Preciosa -Se acercó más a mi y susurró. - Sé que me extrañaste tanto como yo a ti.
Impulsivamente cerró la distancia y besó mi frente. Lo aparté de inmediato, Jamie y Simon me siguieron por detrás.
Odio a George, lo único que consigue con sus estúpidos juegos es que yo huya como una cobarde por sus "intentos de ligue" conmigo.
"Blaise Pascal debe estar retorciéndose en su tumba porque él lleva su apellido".
y George no tiene la mitad de inteligencia de Pascal.
Caminamos rápidamente a nuestra primer clase de química, dejé mi mochila en una de las bancas y me recosté en ella.
- ¿Madie? ¿Estás bien? - Jamie tomó asiento a mi lado.
- Si, es solo que no soporto al idiota de Blaise.
- Vamos Madeline, déjalo pasar. Además, ese idiota está enamorado de ti y lo sabes. Todos lo saben. -Hizo un énfasis en todos y sonrió pícaramente.
"Dios"
Rodé los ojos y me tumbé de nuevo en la butaca.
La clase de química dió inicio, el profesor Peyton hizo su presentación y prosiguió con las presentaciones del grupo y llegó el momento de presentarme.
Soy Madeline Thompson, tengo diecisiete años y quiero estudiar medicina.
Mis compañeros siguieron presentándose, de repente George hizo su aparición en el salón de clase.
- Señor... -Al profesor se le olvidó el apellido de George.
- Blaise, señor Peyton. Soy George Blaise. -Su cínica vista se posó en mi y me guiñó un ojo y el profesor lo notó de inmediato.
- Como veo que conoce a la señorita Thompson, usted señor Blaise tomará asiento junto a ella.
- ¡¿QUE?!
Todos se voltearon a verme después de mi reacción, George no lo pensó dos veces y se sentó a mi lado.
- Hola de nuevo, preciosa. -Susurró a mi oído.
"Este día será demasiado largo".
(******)
Los martes sólo se definen con una palabra; aburridos. En el Instituto no se habla más que del "baile de bienvenida" y así será por el resto de la semana.
Cuando terminaron las clases, tomé el autobús de regreso a casa. Tengo auto pero no quiero conducir porque hace algún tiempo tuve un percance.
Dejé mis pensamientos de lado, el autobús me dejó a unas cuadras de mi casa, puse mis audífonos y caminé en silencio, tarareando mentalmente las notas de una de mis canciones favoritas.
Me faltaba una cuadra para llegar a casa cuando sentí que alguien venía detrás de mi, bajé el volumen de la música y miré de reojo, Blaise venía corriendo, me hizo una seña para que me detuviera pero no le hice caso, apresuré mis pasos, pero me estaba alcanzando.
"Rayos, corre rápido"
- No corras preciosa. -gritó. -No te haré daño. - soltó una leve carcajada.
Me puse furiosa y me detuve en seco, Blaise se acercó a mi y quité mis audífonos.
- ¿Se te ofrece algo? -pregunté de mala gana.
- ¡Wow, Madie! Deberías cambiar tu temperamento. Sólo quise acompañarte a casa.
- Me estás siguiendo hasta mi casa como si fueras un acosador y no quieres que me enoje. Hay algo mal contigo, Blaise. -Respondí con un poco de ironía y el rió. - Hablo en serio ¿Se te ofrece algo?
- Está bien, está bien preciosa. Tus padres invitaron a cenar a los míos, por esa razón te estaba siguiendo, para que fuéramos juntos a casa.
- ¡¿QUÉ?!
- Vamos linda. -George tomó mi mano y me arrastró a casa completamente rendida. No pude evitar estremecerme ante su tacto.
Cuando llegamos, ya estaba la comida en la mesa y los padres de George ya estaban sentados, ambos nos observaron con los ojos muy abiertos.
- Cariño, al fin llegan. -Mi madre salió de la cocina con unos vasos, se acercó a besar mi mejilla y sonrió.
-¿Qué pasó aquí, Madeline? -Señaló mi mano, que aun estaba entrelazada con la de George. Sentí las miradas de todos puestas en mí, rápidamente cómo si quemara la solté y salí del comedor.
- Mierda, mierda. -Repetí una y otra vez.
Subí las escaleras y llegué al baño, encendí la luz y noté mi piel pálida. Lavé mis manos y mi cara y me cambié de atuendo, unos jeans, una blusa y unas sandalias. Bajé al comedor y me acerqué en silencio a mi asiento junto a mi madre.
Después de comer, mis padres acostumbran a salir al jardín a platicar con los padres de George.
Y yo por mi parte. Trepé al gran arbol de mi jardín.
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Editado: 21.05.2020