Tessa Scott.

Arbeit.

Arbeit.

Desperté al escuchar la alarma de mi celular. Me levanté y me fui a bañar, me bañe rápido y al salir me puse ropa interior sencilla. Me puse un albornoz y corrí al cuarto de lavandería para sacar el uniforme de la secadora. Regrese al cuarto, me sequé el pelo y me arregle un poco.

 

Me puse el uniforme, guarde lo que me faltaba en la maleta, junto a algunas sudaderas, pijamas, conjuntos de lycra, ropa interior, tenis, algunos conjuntos casuales para salir, a Keiner, maquillaje y cargadores, junto a mi cartera.

 

Agarre mi celular, la maleta y la identificación que me dio Ares, la cual guarde en mi bolsillo junto a las llaves del carro. Desayune algo rápido y me asegure de dejar toda la comida guardada.

 

- Keiner, apaga todo y pon la alarma, me iré al trabajo. -dije en voz alta.

- Si Tessa. -dijo Keiner haciendo lo que le pedí.

 

Me aseguré de cerrar bien el departamento y bajé hasta el carro, subí la maleta y manejé hasta la central. No tardé mucho en llegar, el camino se me hizo tranquilo para llegar a tiempo.

 

- Buenos días, identificación.

- Tessa Scott. -dije mostrando la identificación que me dio Ares.- Soy la nueva capitana.

- Capitana Scott. -dijo el guardia haciendo un saludo.- Déjeme anotar unas cosas de su carro para tenerlo en el sistema.

- Adelante.

 

Miro algunos puntos del carro mientras anotaba, después de unos minutos me dio el pase. Una vez me estacioné, le puse los seguros al carro, caminé hasta el edificio principal encontrándome con el coronel, mire la hora en mi reloj y estaba a tiempo.

 

- Buenos días capitana Scott. -dijo haciendo un saludo.

- Buenos días coronel. -dije contestándole el saludo.

- Justo a tiempo, necesito más personal como tú. -dijo bromeando.- Empecemos con el recorrido. Hoy es tu día especial, te presentaremos ante toda la central como la nueva capitana.

- Gracias por los regalos señor, fue un honor.

- Que bueno que te gustaron. -dijo sonriendome.- Me recuerdas a mi hija. Y  a la hija del general Klein. Ambas eran apasionadas con su trabajo y agradecen hasta el más mínimo detalle. -dijo con un aire de felicidad.- Movámonos tenemos mucho que hacer.

 

Mientras ponían mi huella en el sistema de entrada y salida me daban los documentos de mis soldados y mi teniente. También me iban a mandar al correo una lista de cosas que tenía que tener listas a final de la semana.

 

- Aquí te pondrán tu rastreador. -dijo el coronel entrando a una área médica.

 

Una enfermera se me acercó y me mostró el rastreador.

 

- ¿Te han puesto algún implante de hormonas o anticonceptivos?

- Sí, tengo un implante subdérmico.

- Bien, es el mismo procedimiento e instalación.

 

5 minutos después estaba saliendo del lugar con el rastreador, me llevó por al edificio donde estaban las oficinas, osea el de administración. Subimos hasta el tercer piso donde estaban las oficinas de los capitanes, le dimos la vuelta al pasillo y me señaló dos direcciones.

 

- Esa es la del capitán Pierre y esta la tuya. Son amigos así que si necesitas ayuda con algo él te puede explicar. Su secretaria. -dijo señalando la señorita que estaba sentada delante de mi puerta.- La señorita Monroe.

- Mucho gusto capitana Scott. -dijo dándome la mano.

- Igualmente señorita Monroe. Espero nos llevemos bien y trabajemos de maravilla juntas.

- Ya lo creo que sí. -dijo el coronel.- Esta es su oficina. Su computadora de escritorio y su laptop ambas de nueva generación, la laptop se la puede llevar, es suya, tiene un dispositivo Keiner de alta tecnología que controla la pantalla, la mesa holográfica, luces, ventanas y el clima de la habitación.

- Las tres cosas están sincronizadas por lo que no tendrá que dificultar a la hora de trabajar. -dijo la señorita Monroe.- Dentro de la laptop viene su correo y contraseña, solo yo la sé, puede cambiarla si gusta.

- Gracias. -dije dejando los papeles que me dieron antes en el escritorio. La ventana daba al campo de entrenamiento central.

- Colgamos todos los certificados, reconocimientos y mandamos a traer tus medallas de tu distrito. -dijo mostrando una pared llena de las cosas que he hecho desde los 8.

- Muchas gracias, se ve muy bien ahí. -dije viendo todo.

- También tiene marcos con fotos que encontramos en el sistema, con sus amigos, sus padres, trabajando, de niña cuando comenzó a entrenar.

´- Muchas gracias.

- Vamos para que conozca su cuarto.

Salimos de la oficina avisando a Monroe que vendría después. Salimos del edificio y me llevó al dormitorio. Subimos al sexto piso y entramos en la  cuarta habitación de la derecha.

 

- Tiene cama, baño, cajoneras, un pequeño sillón, una mini heladera con refrescos, agua, energizantes. El guardarropa. -dijo abriéndolo.- Su uniforme de gala con zapatos. -dijo enseñando la caja con los zapatos dentro.- Uniformes de diario con botas de repuesto. También toallas.

- ¿Qué es eso? -dije señalando una caja en el piso, era de cartón.

- Cosas de que se le pueda acabar, papel, jabón, shampoo, cosas de higiene.

- Oh, perfecto.

- ¿Tienes alguna duda?

- ¿Hay toque de queda?

- Para los soldados sí, a las 11. Para sargentos, tenientes y capitanes, no. Pero el trabajo empieza a las 8. Algunos entrenan por su parte antes, pero oficialmente a las 8.

- Si señor.

- ¿Otra duda?

- No.

- Me voy… Por cierto, la cafetería está abierta las 24 horas. -dijo sonrienodme.- Y tu presentación es a las 9. 




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