Thantia

XVI

Las flores del jardín de los Marci se balancean al ritmo del viento haciendo que, desde la ventana de mi habitación, luzcan igual a las olas del mar, solo que con mucho más color.

He gastado las últimas cuatro horas de mi día aprendiendo todos los hechizos que pude almacenar del libro de los Marci.

Así que mi cerebro está frito, aunque no literalmente porque sí fuera así, ahora mismo estaría experimentando un dolor agonizante.

Quizá debería parar de leer sobre temas raros por un rato.

Axis da vueltas inquieto por toda la habitación, no parece tener ganas de piar alegremente como de costumbre. Cada que lo miro puedo sentir la preocupación en mi pecho.

  —Oye, Ax, ¿podrías parar?—digo dejando caer sobre el escritorio el bolígrafo que sostenía en mi mano—, estás dándome jaqueca.

Él se posa frente a mí molesto por mis palabras, sus orbes negras parecen reclamarme silenciosamente antes de desaparecer con un fogonazo.

Me encojo de hombros pensando que quizá solo está teniendo un mal día.

Creo que todos lo estamos teniendo.

Los Marci se la han pasado todo el día discutiendo entre ellos y con personas del parlamento en la planta baja de la casa. Puedo oírlos levantar la voz de vez en cuando haciendo que mi cabeza quiera explotar.

Las cosas se están complicando dentro de la ciudad, las personas están comenzando a desconfiar de ellos y de la forma en la que Chelle gobierna Thantia, incluso han empezado a cuestionar si su matrimonio con Woodrow fue realmente por amor.

Lo último casi logra quebrar a Chelle cuando lo leyó en el periódico, sus ojos se pusieron vidriosos y se excusó un momento para salir de la habitación a solas. No quiso decirlo en voz alta, pero ese artículo realmente la hirió y, curiosamente, eso me llevó a pensar que hay más de su historia con Woodrow que aún no me ha contado.

Suspiro clavando mi vista en el sobre negro que hay junto al libro de los Marci y que tiene mi nombre en el.

Es una carta de Parris y llegó hace unos días por medio de Axis. La he leído al menos tres veces desde que llegó resistiéndome apenas a responderle porque eso fue lo que me pidió.

Su mensaje fue bastante breve y directo—aunque por alguna razón creo que intentó buscar las palabras más suaves que encontró en su vocabulario para explicarme la situación—.

Mis manos se dirigen hacia el sobre para sacar una vez más el papel que contiene.

“Sky:

No respondas esta carta, el abuelo me llevará a su cabaña y si lo haces, Axis correrá peligro.

Estaré bien, con suerte lograré obtener más información para tus padres.”

Paso mis manos por mi rostro con frustración sintiendo que no puedo más con todo esto.

Es cierto que mi vida no era precisamente la mejor, pero al menos tenía algo de normalidad que no involucraba tener que estar en medio de una guerra entre mis padres y el abuelo de mi... amigo.

Un estruendo se escucha fuerte y potente desde la planta baja poniéndome alerta, me levanto de la silla en la que había permanecido sentada dirigiendome a la puerta con rapidez.

Asomo mi cabeza al pasillo, pero todo parece estar en perfecta calma hasta que un segundo estruendo llega a mis oídos haciendo que me sobresalte.

Corro escaleras abajo con la misión de averiguar de dónde proviene el ruido, sin embargo, Chelle me intercepta a la mitad del camino.

  —Tenemos que escondernos—toma mi mano y me jala de vuelta al piso de arriba.

  —¿Dónde está Woodrow?—pregunto asustada intentando igualar el ritmo en el que se mueve.

  —Manteniendonos fuera de su alcance—responde con la respiración agitada deteniéndose frente a la puerta de una habitación completamente desconocida para mí—, es aquí, vamos.

Gira la perilla de la puerta antes de obligarme a seguirla dentro de la habitación.

Las paredes son diferentes a las del resto de la casa, tienen un acolchado que las cubre por completo y las hace lucir extrañas ante mis ojos.

Chelle junta sus manos como si fuera a comenzar a rezar, pero sus ojos se mantienen abiertos de par en par y muy fijos en la puerta.

La casa se sacude de manera violenta haciendo que mi estómago se contraiga y la sensación de vértigo crezca dentro de mí.

Las manos de Chelle se llenan de una luz azul que se separa en cuanto sus manos lo hacen, se mueven dibujando una circunferencia en el aire y luego hace un movimiento hacia la puerta igual que cuando intentas empujar algún objeto.

  —¿Qué está sucediendo?—me abrazo a mí misma con la intención de ocultar un poco el temblor que hay en mi cuerpo—, Chelle, ¿qué pasa?

  —Alguien ataca la casa—camina en círculos preocupada—, nos tomaron con la guardia baja, debimos haber supuesto que algo así podía pasar.

Sus ojos se cristalizan.

Seguramente está pensando en Woodrow solo en la planta baja conteniendo un ataque que proviene de un desconocido.

  —Tenemos que ayudarlo—mis palabras hacen que detenga sus pasos—, no podemos ocultarnos, si él no logra...



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En el texto hay: elementos, academia, thantia

Editado: 11.10.2019

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