The aftermath

Daddy issues

Ophelia

Después de nuestra cita-no cita, Mason y yo fuimos a mi departamento. Donde nuevamente me quede dormida viendo Gossip Girl en el sillón, nada más que esta vez no fui la única en hacerlo. Me levante a la mañana  siguiente abrazada a él. Después de esa noche las líneas quedaron muy borrosas. Por más que intentaramos fingir que no éramos nada más que amigos lejos estaba de ser la realidad.

Todos los días siguientes nos sentamos uno al lado del otro en la cafetería, mirándonos fijamente a los ojos con nuestras caras a centímetros de distancia, hasta que nos dábamos cuenta y volvíamos a poner distancia solo para volver a la misma posición minutos más tarde. Caminamos por el campus de la mano, y pasamos la mayoría de nuestro tiempo juntos o mandandonos mensajes por celular cuando estábamos separados. La mayoría de nuestras noches las pasábamos en mi departamento viendo netflix y comiendo comida para llevar, o cenando en Mindigo. Pero no fue hasta un mes más tarde cuando todo cambió.

Después de clases, camino hacia la cafetería. Mason está al lado de las puertas de ésta del lado de afuera. Cuando me ve, camina rápido hacia a mi, toma mi mano y comienza a caminar. Camina tan rápido que para seguir su ritmo es necesario que empiece a trotar, le pregunto que pasa pero no responde. Finalmente llegamos a su auto, abre la puerta del lado acompañante y me ayuda a sentarme. Sube del lado del conductor y empieza a manejar en silencio. Le doy un momento para que se recomponga, pero una vez que veo que entramos a una ruta le pregunto a dónde vamos.

"confías en mí?" Me pregunta mirándome a los ojos.

"No hubiera subido a este auto sino."

Asiente con la cabeza y se queda callado. Diez minutos más tarde se sale de la ruta y comienza un camino de tierra oculto. Luego de unos metros, estaciona el auto y baja. Mientras da la vuelta para abrir mi puerta observo mi alrededor. Es un hermoso descampado, lleno de plantas con una gran vista de la ciudad a lo lejos.

Nos sentamos en el piso y miramos hacia adelante, después de un largo rato finalmente Mason rompe el silencio.

"Solía venir acá todos los días. Cuando me sentía abrumado o tenía un mal día. Cuando empecé la universidad encontré una nueva zona de confort, el bar cerca de tu casa. Pero nada nunca me trajo tanta paz como este lugar."

"Porque cambiaste de lugar? Porque estamos acá, ahora?"

Se encoge de hombros. " Supongo que el bar era más cerca. No sé." Pasa una mano por su pelo y continua " Cuando empecé la universidad y me mude de mi casa... No tuve tantos motivos para venir. Supongo que los problemas no eran tan grandes después de eso."

"Que paso que sea tan grave hoy?"

"Mis padres están separados. Pero no solían estarlo. Cuando tenía trece años sus peleas se volvieron algo cotidiano. Empezaron peleando sutilmente, creyendo que no los escucha. Se escondían en su habitación y se gritaban por horas. Con el tiempo las peleas eran en cualquier lado, a cualquier hora, sin importar quien escuche. Mi relación con ambos era casi nula para este momento. Ya no éramos una familia, ya no era su prioridad. Y después de largas horas de gritos y peleas, venían las largas horas de gritos de reconciliación." DIUGH. Nadie nunca tendría que ver o escuchar a sus padres teniendo sexo. " En esa época pensaba que era lo peor del mundo, venía acá para alejarme de eso. Para tener paz y silencio. Para fingir que no éramos una familia tan hecha mierda. Fue cuando empecé a salir y tomar más, también. Mi modo de afrontar la situación era esa. No fue hasta que mi mamá me mando a la oficina de mi papá una tarde y lo vi con su secretaria que los gritos de reconciliación dejaron de ser lo más nauseabundo que escuche. Di media vuelta y volví a mi casa, sin lo que me había pedido mi mamá y negándome a ir de vuelta a buscarlo. Mi mamá viajó hasta la oficina ella misma y... Y bueno, lo próximo fue un divorcio. Mi mamá se fue de la casa, lo que legalmente es conocido como abandono de vivienda, o algo así. Mi papá se quedó con todo. La casa, los autos, la plata. Todo lo que mi mamá había heredado de su familia. No era mucho pero era todo lo que teníamos. Mi papá se casó con su secretaria y nunca lo volví a ver. Mi mamá conoció a un empresario  con mucho dinero, y se casaron al mes. El hombre, era abusivo. Tanto con su esposa como con su hijastro de diecisiete años." Tomo su mano en la mía, y él la aprieta antes de continuar. "Al año siguiente me mude de mi casa para irme a la facultad. La cual él paga, lo que me obliga a seguir teniendo que ser parte de esa familia. Es el dueño de Mindigo, entre otros lugares."

Ahora tiene sentido porque todos lo conocen, y porque va tan seguido y nunca paga la cuenta.

"Vive en Nueva York, donde tiene otra sucursal de Mindigo y varios bares reconocidos. Casi nunca aparece por acá, lo que lo hace todo más fácil. Mi mamá no me fuerza a fingir que ella o él me caen bien cuando él no está, simplemente nos ignoramos. Mindigo es controlado por empleados por lo que nunca corro el riesgo de encontrarlos ahí. Pero ahora volvió. Hoy fui a Mindigo y ahí estaba. Hablando con el encargado. Me dijo que se va a quedar acá, viviendo con mi madre. Que quiere recuperar la relación con su esposa. La cual si bien seguían casados, no vivían ni siquiera en el mismo estado. Los empleados del restaurante dicen que volvió porque mi mamá estaba teniendo una relación con alguien nuevo y él no podía permitir eso."



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En el texto hay: amor juvenil, amores tragicos, depresion

Editado: 05.03.2018

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