A la mañana siguiente Emely se despertó con un gran dolor muscular y de cabeza, sentía que todo le daba vueltas y como era sábado no tenía que preocuparse por ir al colegio; aunque... no había ido por semanas.
— ¿Pudiste dormir? — Cuestión la anciana al ver bajar a su nieta.
— No tanto — Respondió.
Emely se sentó en la mesa y empezaron a desayunar, pero todavía la imagen de esa bestia rondaba en su cabeza. Todo iba bien hasta que en un descuido su abuela descubrió que tenía marcas de rasguños en su brazo derecho.
— ¿Qué te pasó? — Pregunto.
— ¿Eh? — Respondió confundida.
— En tu brazo — Dijo señalando.
— Esto... — Dijo mirando su brazo — Creo que me lo hice sin querer mientras dormía — Terminó de decir.
— ¿Estás segura? — Pregunto la anciana dudando.
— Puede que sea lo más probable ya que no me acuerdo de como me lo hice y con qué — Respondió mientras comía.
La anciana la miro y siguió comiendo aunque dudando de la historia de su nieta. Emely comió lo más rápido que pudo y después de terminar subió de nuevo a su habitación y tomo su laptop y empezó a investigar. De repente el teléfono sonó, era una notificación.
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Hanabi: ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Qué haces?
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Emely: ¡Hola! Estoy bien y estoy investigando. ¿Puedo preguntar algo?
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Hanabi: Sí.
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Emely: ¿Conoces alguna criatura mitológica japonesa que tenga forma de un león gigante?
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Hanabi: No, pero.... puedo investigar. Espera.
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Hanabi mando varios enlaces sobre páginas que hablaban sobre criaturas mitológicas Asiáticas y Emely se puso en marcha más no hallaba una criatura como la de sus sueños de orígen japones hasta que...
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Emely: Creo que lo encontré. Revisa el link de la página 6 que mandaste.
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Hanabi: Esa criatura no es de orígen japones.
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Emely: Entonces ¿De qué orígen es?
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Hanabi: Es una criatura de la mitología China.
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Emely: Te veo en la estación del metro en 40 minutos.
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Hanabi: ¡Espera!
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El mensaje llegó más nunca lo vio la pequeña ya que se había desconectado.
Emely llegó a la estación del metro y Hanabi ya estaba ahí esperándola mientras leía su manga favorito.
— Perdón si tarde — Dijo.
— No te preocupes sólo he estado aquí 15 minutos antes — Respondió el joven — Ahora dime ¿Por qué la urgencia? — Agregó.
— ¿Hay alguna cafetería cerca? —
Ambos subieron al metro y en la siguiente estación bajaron y al salir de la estación se encontraba una pequeña cafetería. Ya ahí Emely empezó a contarle todo.
— Si te pregunté sobre alguna criatura mitológica japonesa fue porque tuve un sueño donde me atacaba — Dijo mirando si café.
— Pero... si sólo fue un sueño — Respondió Hanabi escéptico.
— Lo mismo pensé hasta que... — Dijo mientras le enseñaba su brazo derecho.
— Son rasguños — Dijo sorprendido.
— Hoy en la mañana mi abuela los vio y por eso quiero saber ¿Qué criatura es? ¿Por qué me atacó? — Respondió algo alterada.
— Como te dije esa criatura es de la mitología China. Se llama Nian y según la mitología China se cree que habita bajo el mar o en las montañas — Contestó.
— De hecho en mi sueño mi casa se encontraba en la cima de una montaña, pero todo al rededor estaba destruido, como si hubiesen cortado lo de los alrededores dejando mi casa dentro del círculo y esa cosa salió de las profundidades —
— Pero, Emely, si fuera real sólo saldría en el inicio de la primavera y es verano. Además es una criatura China — Aún seguía escéptico Hanabi.
— Pero debe de haber una conexión, algo por lo cual lo haya soñado — Decía mientras miraba su celular.
— No sé, pero lo que si sé es que debes volver al colegio o te expulsarán y no podrás estudiar más en otras instituciones — Dijo el joven.
Emely sólo agachó la cabeza u asintió, pero la verdad eso era lo que menos le importaba, es más así ya no vería a Yuko y a sus amigas, pero no quería decepcionar a sus padres. Eso, sus padres; debía resolver todo antes de que sus padres llegarán.
— Debo enfrentarme a él — Dijo sin pensar.
— ¿Cómo harás eso si ni sabes que exista? — Respondió Hanabi.
— Tendré que buscarlo en mis sueños — Dijo con decisión.
— ¿Cómo haremos eso? — Cuestionó el jóven.
— ¿Haremos? — Dijo sorprendida.
— Crees que te dejaré sola y más si estás en peligro — Respondió con una sonrisa.
— Está bien — Dijo devolviendo la sonrisa.
Cayó la noche y ambos se encontraban a las orillas del pequeño río donde le gustaba estar Hanabi.
— ¿Segura que funcionará? — Dijo un Hanabi aún escéptico.
— Sí, aunque no sea el mar — Respondió.
— Están bien —
— Si ves que pasa algo me despiertas — Dijo Emely mientras cerraba los ojos.
Se recostó sobre el pasto y empezó a relajar su cuerpo hasta el punto de ya no oir el ruido de los autos y solamente concentrarse en el sonido del agua y del viento acariciar el pasto.
La imagen de ella en el césped se hizo presente. Estaba ahí sola, en silencio, sin nadie ni nada al alrededor. Se levantó y camino a la orilla del pequeño río mirando siempre el reflejo en el agua que se encontraba estática.
— ¿Dónde estás? — Murmuraba.
Siguió caminando mientras admiraba el paisaje y la tranquilidad que este le daba. Siguió así por unas horas hasta que el agua empezó a agitarse; primero lentamente, pero luego más fuerte y violento.
— Estás aquí — Susurro al quedarse estática.
Se detuvo y espero a que un ruido le diera avisó que aquella criatura ya estuviera ahí frente a ella, pero no fue así. El silencio se hizo presente de nuevo.
Espero un poco más hasta que un ruido peculiar se hizo presente, pero no era un gran ruido, más bien era como si alguien limpiará piedras así que abrió los ojos y dió un grito al ver a un pequeño hombre lo cual sorprendió al hombresito.
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Editado: 25.06.2020